Corriendo del pasado

Capítulo Uno

Hola. Mi nombre es Alex, tengo 20 años y esta es la historia de como perdí la alegría.

Levantarse temprano  es un martirio para cualquier ser humano, estar en aquel sueño acogedor, bajo esas sábanas calentitas, Dios! ¿ Por que tiene que soñar la alarma? ¿Quién carajos las invento?

-Alex levántate ya es tarde - (dice mama mientras sirve chocolate y prepara los deliciosos sandwiches de jamón  queso que tanto me gustan)

Abrir los ojos, ver todo borroso y no querer solar las cobijas que rozan tu piel con ese deliciosos calor es la prueba más difícil mas una vez superada todo se hace más fácil. Sentarse en la cama, buscar las sandalias, estirarse y querer hechar toda la vida a la mierda en un minuto... Es parte del proceso. Llegar a la ducha, descubrir tu ser, orinar, abrir la llave, sentir las gotas frías como el hielo rozando tu piel, quedarte sin respiración unos minutos es la única forma en la que tu cuerpo vuelve a sentir que vive.

- Alex apúrate que tus hermanos tienen que bañarse

- ellos pueden esperar - (conteste con irá)

Salír del baño y que una ráfaga de viento te haga sentir en la Antártida, correr hasta tu habitación, buscar el uniforme y ponértelo, luego mirarte al espejo y perderte en tu mundo por unos minutos... Eso es paz.

- cuídate y que aprendas mucho, te quiero hijo.

- y yo a ti mamá

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Me gusta caminar, siento que puedo respirar y ser yo mismo antes de llevar a aquella cárcel para niños y jóvenes, mirar las mariposas volar, los pájaros cantar y la naturaleza crecer es algo completamente hermoso a mi parecer. No vivo lejos de mi colegio, mas aún así siempre llego tarde, no porque salga después de la hora de mi casa sino que... Camino mucho esperando que algo pase y así tener una excusa para no volver.

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07:00 am
- señor Alex le hemos dicho que la entrada es a las 6.30 tendré que hacerle una observación y por favor a la próxima madruge más o tendremos que hablar con sus padres.

- esta bien profesor, no volverá a ocurrir

-he escuchado varias veces lo mismo

-(baje mi cabeza)

- siéntese por favor

Los pupitres de mi colegio son bastante pesados y ruidosos, para nada cómodos más es parte del castigo que se tienen por ser estudiante.

- mariquita siéntate ya - grita Oscar

- está como dormida la nena -  dice Mario

- ya déjenla, no ven que después llora la niña, maricon! - luisa

- odios sordos, no estoy aquí, ellos no me hacen daño-( digo en mi mente) pongo mi bolso en el espaldar, saco mi cuaderno de matemáticas y me siento a escuchar la clase.

- sabes Lo que tienes que hacer

-si Mario, ya te paso las respuestas del quiz de inglés que tendremos - respondi

- te mereces un beso y que te pongan a mamar, así como a ti te gusta ¿recuerdas? - susurra Mario al odio de alex

Callo, saco la copia de inglés, la paso a Mario e imagino mi mundo sin ellos en mi vida, la muerte de luisa sería un deleite en mi imaginación, cortarle su garganta seria u privilegio, eso sin decir que le arrancaría la lengua a Oscar y lo dejaría desangrar mientras a Mario le corto su estúpido pene con mis dientes... Hijo de puta.

No poner atención en las clases y escribir en inglés es una de las cosas habituales que hago. Palabras como DIE, GUILTY, SORRY son las más usadas en mi vocabulario.

- ¿que escribes? - Ana

-nada - (Cierro el cuaderno y finjo poner atención a la clase)

- no creo que sea nada, te vi escribir algo ¿me podrías mostrar?

-no, lo siento, es personal.

- esta bien (Ana puso cara entristecida y dejo de hablar)

Lo siento ( dije en mi mente) pero si dejo que alguien vea lo que escribo y lo comprende... Estaria en un gran problema. El día será eterno, no puedo creer que apenas han pasado 76 minutos y ya anhelo morir. No veo la hora de estar en casa.

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09.00am

Suena la campana para desayunar y tener media hora para descansar de las clases y así luego retomar.

Siempre salgo, me siento detrás de la biblioteca de mi colegio, saco mi sandwich hecho con amor, coloco mis audifonos para evitar la vida de otros y así poder concentrarme en mi mundo.

- sshhshshsh lo vas a despertar - Oscar

- tranquilo - dice Mario

Con cautela Mario y Oscar se acercaban a mi, al notar que supe de su presencia Mario se me tira encima mientras Oscar con pegamento une mis orejas y hecha un poco en mi cara, tiran brillantina y se alejan riendo a carcajadas

- maricon - se escucha a Mario decir a lo lejos.

Solo me resta llorar, ir a los baños y tratar de limpiarme, no tengo mucho tiempo ya en poco se acabará el descanso.

El timbre era igual al de una alarma de bomberos, ensordecedor como ningun otro, pero, ya todos los alumnos y personal docente estábamos acomtumbrado a el. Mis manos aún llenas de brillantina me impedían volver al aula de clase, ya la cara limpia era un gran paso mas mi cuerpo era aún la escena del delito.

-llegas tarde Alex  - dice Antonia

Antonia era la docente del área de ciencias naturales, mujer alta y blanca de contextura gruesa y cara enojada, daba miedo con solo mirarla.