Capitulo 3

177 21 4
                                    

Las nubes oscuras se alineaban en la luna llena el viernes por la noche. Las calles estaban mojadas, lo que le daba a la ciudad una sensación inquietante. Al final de la calle y en un callejón, dos adolescentes estaban en una conversación profunda.

Nick se encuentra en la casa de Ethan y Lara, no podía dormir y pensaba todo el rato sobre sus recientes poderes y sobre Maddie, aquella chica que nunca la hablaba hasta hace poco. Estaba en modo crush con ella y se imaginaba muchas cosas con ella cuando termina cayendose de la cama provocando un ruido.

Lara abrió la puerta de su habitación entre bostezos y algo preocupada.

— ¿Nick? ¿Estas bien? — Pregunta Lara al sentir el golpe.

El castaño se levanta rápidamente y se mete en la cama tratando de disimular.

— Si, estoy bien, se me cayó mis gafas y no la encontraba. — Responde Nick mientras toma las gafas, que justamente se habían caído también.

Lara no hizó más preguntas y cerró la puerta alejándose de la habitación de los invitados.

A la mañana siguiente, Nick se despidió de los Gardner para volver a su casa. Cuando llegó, vió a su padre como todos los días con su taza de café y periódico.

La vida de Nick estaba tomando giros inesperados, cada día traía consigo nuevas revelaciones y desafíos. La noche anterior había sido particularmente agitada, con sus pensamientos girando en torno a Maddie y sus nuevos poderes. A pesar del pequeño incidente nocturno, la mañana le ofrecía una oportunidad de comenzar de nuevo.

— Buenos días, papá, — saludó Nick, intentando parecer lo más normal posible a pesar de la falta de sueño.

Max levantó la vista de su periódico, una sonrisa apareciendo en su rostro al ver a su hijo.

— ¿Cómo estuvo la noche en casa de Ethan? — Preguntó, notando el aspecto cansado de Nick.

— Bien, solo un poco de insomnio. — Respondió Nick, evitando entrar en detalles. No estaba listo para compartir sus secretos, no hasta que entendiera mejor qué estaba pasando.

Max asintió, comprendiendo que los adolescentes a veces tenían noches difíciles. Se levantó y se acercó a Nick, colocando una mano sobre su hombro.

— Si algo te preocupa, sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? — Dijo Max, su tono lleno de preocupación paternal.

Nick miró a su padre, agradecido por el apoyo.

— Lo sé, papá. Y lo haré... cuando esté listo. — Aseguró Nick, sintiendo un peso levantarse de sus hombros al saber que tenía el respaldo de su familia.

Con la conversación matutina concluida, Nick se preparó para el día. Tenía un compromiso con Maddie en la veterinaria, y aunque estaba nervioso por lo que eso podría significar, también estaba emocionado por la posibilidad de pasar más tiempo con ella y ayudar a los animales.

Era un sábado por la mañana, no había nada que hacer, solo esperar para llegar la hora de ir a trabajar con Maddie.

Cuando llegó la hora, salió de su casa despidiéndose de sus padres y llegó a tiempo a la veterinaria donde le esperaba Maddie.

Nunca, en sus sueños más locos, esperó que esto sucediera y así sucedió, gracias a Rocco, el perro que salvó con sus recientes poderes recién descubiertos. Nick todavía no sabe qué es, pero de hombre lobo no seria.

Nick al ver que no era un hombre lobo, estuvo decepcionado. No entendía sobre sus poderes que comenzaban a aumentarse cada día y aún no sabe ni usarlos. Tener super fuerza, correr velozmente, cursarse rápido, siempre oyendo de todo. Pero no se transforma en lobo. Eso es lo que diferencia de un hombre lobo. Tampoco ses un vampiro porque los vampiros prefieren la sangre y Nick odia ver la sangre porque termino desmayado.

Hijo del Diablo Where stories live. Discover now