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Lidiar todos los dias con los asuntos de bonten, los miembros y los asuntos ilegales que conllevaba esto, no era nada, realmente no les daba mucha importancia, no es como si fueran su motivación para seguir de pie y con vida, Mikey se sentía realmente vacío y solo, a pesar de estar rodeado de los miembros, no podía sentirse bien, tenia dinero pero tampoco lo ayudaba.

El chico de pelo blanco y ojeras pronunciadas vio con su oscura mirada el vacío desde lo alto del puente, el viento pego en su cara y su cabello, o eso es lo que queria imaginar, en realidad estaba encima de un rio, se envolvería en la fría agua y su alma desaparecería y por fin todo su sufrimiento terminaría.

Por fin seria libre.

Terminaría su tormento, podría volver a ver a Shinichiro, Emma, su madre y a su abuelo.

Cerró los ojos y se preparó mentalmente, pero esto nunca llegó, fue jalado bruscamente para abajo con tal fuerza que cayó de sentón en el suelo.

Un quejido de dolor salió de sus labios y la furia hirvió en su sangre.

¿Por qué lo interrumpían cuando por fin tenia el valor para acabar con todo esto?

Se giró y bastante enojado grito.

-¡¿Pero que te pasa pedazo de bas..?!

Sin embargo se detuvo de inmediato al ver a la persona que lo había detenido, un chico de cabello esponjoso y rubio, sus ojos azules tan claros que podía observar el reflejo de las estrellas que brillaban esa noche, el joven lloraba y sus lagrimas no dejaban de caer mientras lo observaba.

-¡No vuelvas a hacer eso, no importa que tan difícil sea la situación, debes ser fuerte!- grito mientras que con toda la confianza del mundo tomaba sus mejillas entre sus manos.

Mikey no se había cuenta que había comenzado a llorar si no fuera porque ese joven limpiaba sus lagrimas con sus manos.

-Por favor debes vivir, no vuelvas a hacer eso te lo suplico- susurró con la voz entre cortada.

Mikey asintió pasmado, sin saber que decir solo observando el rostro del joven y el chico le sonrió dulcemente aún llorando y Mikey sintió sus mejillas arder.

-¡Joven Hanagaki!

Un chico de cabello rojo venia corriendo hacia ellos con una sombrilla.

-¡Por favor, no vuelva a salir corriendo así de una junta!, podría ser malo para su imagen- dijo mientras jadeaba en busca de aire.

-Lo siento Akkun, no podía estar tranquilo mientras observaba todo por la ventana- comentó levantándose y tomando el paraguas, la lluvia empezaba a caer lentamente sobre ellos y Mikey aún seguía tirado en el suelo sin saber como reaccionar

-Ten, por favor tómalo- murmuró mientras le extendía el paraguas y la lluvia comenzaba a mojarlo.

El peliblanco lo tomó con la mano temblorosa y observo como aquellos dos chicos se iban corriendo adentrándose a un edificio.

Se levantó muy lentamente aferrándose al paraguas, escuchando la lluvia caer, hacía tanto tiempo que alguien lloraba por el, después de su hermano y hermana nadie se había preocupado realmente por él y hoy ese misterioso chico había derramado lágrimas por el y aun podia sentir la calidez de su tacto, ese chico le había hablado tan dulcemente a él un criminal peligroso.

No lo merecía.

Pero ahora solo quería seguir sintiendo la calidez del joven.

No pudo soportarlo y lloró en silencio mientras volvía hacia el edificio de Bonten, ahora cada vez que se sintiera triste recordaría la sonrisa de Hanagaki.

-Mikey, volviste, estaba a punto de mandar a nuestros hombres a buscarte- comentó Sanzu quien lo esperaba en la puerta.

Mikey no contesto, solo ingresó dirigiéndose a su habitación y cerrándola con seguro mientras se tiraba sobre la cama, observó el paraguas mientras lo acomodaba y vio en letras pequeñas.

Hanagaki Takemichi

-Takemitchy...

-Mikey, Oye, ¿Estas bien?, ¿Necesitas relajarte?, puedo traerte algunas pastillas y...

-¡Lárgate!- exclamó, no quería oír nada por hoy solo recordar la dulce voz de su salvador.

A la mañana siguiente amaneció con los ojos irritados y podía sentir que tenia un poco de fiebre, ayer no estuvo abrigado y con el frio y la lluvia lo más probable es que se enfermara.

Se levantó y arrastro sus pies hacia el escritorio que tenia en el cuarto y tomo su laptop, la cual era usada para el "trabajo", quería buscar si el chico tenia redes sociales, ni siquiera le había agradecido, entró a facebook y colocó el nombre en el buscador y millones de perfiles, artículos, videos y fotos de Hanagaki Takemichi aparecieron frente a él.

¿Que mierda?

Ahora estaba confundido, ¿Acaso era un nombre muy popular?

Sin embargo mas veía más sorprendido estaba, Takemichi era alguien muy popular, ¡Era un Idol!

Había sido salvado por un Idol super famoso.

Mientras mas observaba mas se calentaban sus mejillas, el era tan lindo, cantaba como los ángeles y era un dios en el baile.

Con tranquilidad descargo una que otra foto y una que otra canción, pero ahora con un brillo en ojos . 

IdolWhere stories live. Discover now