Capítulo 1 parte 1...

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Allí estaba, bailando de manera desenfrenada, disfrutando de todas esas mujeres que se rendían enseguida a sus encantos.

Era inconfundible, un hombre vestido con unos pantalones oscuros que dejaban bien marcada la forma de su "silueta", una camisa blanca que le hacía brillar como él que más, una sonrisa que iluminaba todo a su paso.

En su caso, nadie diría que era un hombre de mediana edad rozando ya los cuarenta y cinco años, la palabra cuerpo podría ser cambiada por la palabra: "perfecto".

Pero no era así como se le llamaba. ¿Cómo llamar perfecto a un hombre cuyo único pasatiempo es disfrutar en la cama, sin importarle los sentimientos ajenos?

Imagino lo que estáis pensando, que ese hombre es el típico "Don Juan" encantador de mujeres, y mentiría si dijera que no es así. Por ello, me veo obligada a presentarlo, Ale, un hombre lleno de locura, de unas supuestas ganas de vivir desenfrenado pensando sólo en él.

Sólo le interesaba bailar y disfrutar, junto a esas hermosas mujeres, dónde se sentía el rey del mundo, aunque muchos lo odiaran, esas personas que lo apodaban "perfecto Don Juan".

Sin embargo, él hacía oídos sordos y se auto llamaba perfecto, "Don perfecto", para ser exactos.

Y ahí estaba bailando simulando ser la persona más feliz del mundo, rodeado de miles de putas, como él decía. Lo que Ale no se esperaba es que su salida fuese truncada de la manera más inusual y repentina, en medio de ese paraíso recibió una llamada de su amigo y compañero de trabajo, Uxío, quién se encontraba en ese lugar, en su búsqueda.

Uxío era un hombre sumamente inteligente, pero, al igual que era inteligente, era sumamente despistado.

Él era un hombre, al igual que Ale de mediana edad, de unos 42 años, moreno, delgado y, si os soy sincera, sin un aparente ápice de gracia, compañero de trabajo de Ale, quién le opacaba totalmente cuando de mujeres se trataba.

Pero, en ese momento eso parecía importarle muy poco, ya que estaba nervioso, corriendo desesperado, y me atrevería a decir angustiado.

Ante la atónita mirada de Ale, Uxío fue corriendo junto a él.

- Ale, Ale-decía mientras intentaba coger aire- Es, es muy importante

Atónito y cabreado por haberle hecho separarse de, para él, apetitosos afrodisíacos, se apartó de todas esas mujeres, exhaló un suspiro con resignación algo molesto a lo que le respondió: Uxío ¿tú te das cuenta de dónde has venido a buscarme?

El amigo de Ale, por su parte, se detuvo en seco comenzando a fijarse dónde estaba, ya que, con las prisas no se había dado cuenta de que había entrado en un prostíbulo. Abrió los ojos como platos y respondió:

- ¡Ostias! Menudo despiste tío. Lo siento, joder

- Y tanto que despiste. ¡Menuda putada me has hecho!

- Bueno, no me di cuenta, Ale. No hace falta que me mates. Es que era importante, en serio. - se puso muy serio.

Harto de hablar de los cuantiosos despistes de Uxío y de no volver a su adorado paraíso, Ale dijo:

- Bueno, pero qué coño, Uxío. ¡Mira dónde estoy! Dímelo ya ¿no?

Nervioso, totalmente consciente de su metedura de pata, había algo más que le preocupaba, ya que todos sus despistes tenían relación con una cosa: su mala memoria.

- Era, era importante eh. Lo era. Lo era...- comenzó a rascarse la cabeza.

Ale sabía perfectamente cuál era la razón de darle unas vueltecitas al tema, no lo recordaba y siempre que se molestaba o se ponía nervioso, levantaba su mano izquierda y se daba así mismo una fuerte caricia en su cabello. Y sí, eso hizo seguido de una frase:

- Éstas de coña, ¿verdad? Muy inteligente, Muy no sé qué... ¡Serás anormal!

Desde luego ese no era su día, mejor dicho, su noche ya que no sólo había entrado a un prostíbulo sin darse cuenta debido a sus prisas, sino que su falta de memoria le había vuelto a jugar una mala pasada.

- ¡Joder tío lo siento! Estoy seguro de que era importante. ¡Te lo juro!

Ale sólo deseaba que se fuera, se sentía avergonzado por tener una conversación de besugos justo ahí.

- A ver tío. Mira dónde estamos. ¡Ya me lo dirás mañana!

- Pero es que- dice desesperado

- ¡Pero nada! Si no te acuerdas es porque importante lo que se dice importante no era...por más despistado que seas.

Uxío, por su parte, se quedó callado y apoyó su mano en su barbilla, como siempre hacía cuando pensaba, a la par que respondió:

- Bueno, también es verdad.

El amigo de Ale estaba preparado para irse, pero una mujer lo interceptó en el camino, la cual, como era de esperar, quería prestar sus servicios.

Él siempre se negaba a aceptar a prostitutas como pasatiempos sexuales de una noche, pero esa vez, ante la atónita mirada de Ale, aceptó irse sin dudarlo.

No escondió su sorpresa al verlo, pero la realidad es que tampoco le importaba, sólo quería volver a estar rodeado de mujeres, disfrutarlas, disfrutar a todas esas mujeres, repletas de joyas relucientes, maquillaje y lujosos vestidos que sólo con sus costosos servicios, podrían cubrir.

De repente, la vio, a la mujer perfecta para él, una mujer con unos encantos inconfundibles, calzaba unas botas negras repletas de brillantes, quizá para destacar más de entre todas, vestía un vestido rojo pasión, cuyo escote no daba lugar a la imaginación.

Su rostro no se veía tanto, debido a que estaba oculto tras unos labios de color burdeos, uno de los colores más sexis en el ocio nocturno. Y su pelo era liso, largo y brillaba como el que más.

No obstante, con tanto maquillaje parecía tener la intención de querer esconderse a sí misma.

Embobado por la belleza de dicha mujer, Ale se acerca a ella y le pregunta:

- Hola- sin más preámbulos, va directo al grano - Dime, ¿cuánto cobras?

No parecía haberle hecho gracia que fuese tan directo, pero la verdad, su cruel realidad es que era una más de las que estaba en ese prostíbulo, por lo que enseguida se olvidó de esa ligera "molestia".

Su respuesta era clara, sonrió de manera pícara levantando su mentón mostrando cierto ápice de seguridad, decidió ponerse justo en frente de él, mostrando su cuerpo y seguir con esa sonrisa, mostrándole lo mucho que podría costar pasar una noche junto a ella.

- Dime tú ¿cuánto estarías dispuesto a pagar por mí?

Ale le dio un repaso de arriba a abajo, siendo totalmente consciente de que, de entre todas con las que podía irse, ella era la mejor, no sólo físicamente sino la primera mujer que recomendaban nada más entrar.

Como enloquecido por sus encantos, le respondió:

- Lo que quieras, pero vamos ya

Esa mujer no dejaba de mostrar su aparente arrogancia y le respondió:

- Vale. Vamos... ¡Te sorprendería todo lo que puedo hacer!

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⏰ Last updated: Sep 08, 2021 ⏰

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