Cuando La Muerte Ama A La Vida

La vida está en los rayos solares acariciando tu piel, en el manto nocturno que vela por tu descanso y en el canto tenue arrastrado por la brisa. La vida acaricia gentilmente tu cara con una brisa mañanera y te permite abrazar y sentir la calidez de tus seres queridos. La vida se refleja en la risa de los infantes y en los ojos de tu amante; pero la vida es efímera. Ella viene y se va en menos de lo que dura un parpadeo; los niños morirán y el amor se marchitará, dejando solo una sombra triste de lo que en su momento fue algo eufórico.

La muerte siempre estará detrás de la vida. La muerte está en los campos de batalla en forma de cuervos, en los corazones de los traicionados y en el silencio fúnebre de los cementerios. La muerte se refleja en los ojos de los corazones rotos y en el vacío de la mente; y la muerte es eterna. Ella ha existido desde que el universo tiene memoria y ni siquiera el tiempo será capaz de acabar con ella porque la muerte y el tiempo son viejos amigos.

La vida y la muerte danzan la misma melodía, cada quien con sus distintos pasos. La vida otorgará primaveras cálidas y la muerte mirará con una sonrisa, esperando a que su momento llegué para llevarse esa belleza a su mundo. La vida creará inviernos fríos y la muerte recogerá a aquellos desafortunados que mueran en la nieve, abrigándolos con la calidez de su amor. La vida permitirá que imperios se alzen y que los mortales florezcan en avances y la muerte estará sentada con una triste sonrisa sobre la rama de un árbol lejano, mirando como la vida concluye su obra en una brutal batalla.

Podrías odiar a la muerte por arrebatar vidas, pero no pararías a pensar en cómo podría la muerte quitarle algo a su amada vida. La vida es impulsiva y siempre cambiante, pero la muerte ama todas sus versiones y está ahí para solucionar todo sus errores con la ayuda del tiempo.

La vida permite guerras y hambruna, y la muerte se presentará como un cuervo para guiar a las almas hacia su reino de olvido bendito. La vida te dejará sentir el amor y euforia, y la muerte te dejará sentir compasión y perdón cuando tus seres queridos se vayan a su reino.

La muerte es amable y perdona a la vida a pesar de lo cruel que puede llegar a ser. Aún con nuevas vidas surgiendo a cada rato, la muerte se toma el tiempo para adorar a cada una de ellas. Aún cuando la vida trata con crueldad y malicia a sus creaciones, destrozando sus corazones y mentes, la muerte los recibirá con los brazos abiertos para dotarlos del cariño que no recibieron con la vida.

La muerte sonríe con tristeza ante cada guerra, cada hambruna, cada pestilencia, pero la muerte no llora. No llora porque esas son las decisiones de la vida y por más viles que sean, son parte del ciclo de la existencia y la muerte sabe que, eventualmente, esos desafortunados llegarán a su reino para tomar un descanso de la vida.

La vida es como una rosa, cada uno de sus pétalos son tan hermosos y te harán sentir tan bien y feliz; pero tendrás que soportar sus espinas, algunas más leves y otras que te harán dudar si la vida vale la pena.

La muerte es como una madre, su amor siempre infinito y sus brazos siempre abiertos; tal vez duela la transición pero al final, la muerte te cubrirá con su abrigo de olvido y te dará un fuerte abrazo antes de que te hundas en la inconsciencia. Estarás ahí en su fuerte pero gentil agarre hasta que la vida vuelva por ti.

La vida siempre morirá y la muerte siempre vivirá; y sin importar cuantos eones pasen, la muerte será la misma madre triste mirando desde la distancia a la vida, amando en silencio y esperando que su tiempo llegue para finalmente abrazar a lo que más ama.