Capitulo Único

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Era la época de la República en China y el mundo estaba en guerra.

¿Y yo? Yo era un espía infiltrado en un barco Japonés, en batalla contra otro barco chino.

No te voy a mentir, ser un espía no es tan genial como lo hacen ver; lleva coraje, una moral algo gris, mucha paciencia y lo más importante: saber cuándo actuar.

Pero eso no es importante por ahora. Aquí no hablaré de como era ser un espía en la República, voy a hablar de una romántica historia.

Prosigamos.

En ese barco chino había el Capitán que era mi superior. Le pasaba información sobre las debilidades y los planes del la flota para que hicieran contrataque.

A través de las cartas, y por aburrimiento, empecé a molestar al capitán. Era duro por fuera pero suave y tímido por dentro, justo mi tipo.

Al inicio de nuestra larga conversación por cartas, le tendí una trampa para que se asomara a la cubierta. Ahí fue cuando lo vi por primera vez. En medio de la noche, su figura medio iluminada por la luna, con su uniforme que le daba un aura heróica; parecía un intocable inmortal. Sí, justamente de mi tipo.

Entonces, después de unos cuantos regaños de su parte, trampas de mi parte y jugar al gato y al ratón por un tiempo, terminé coqueteandole.

Con la ida y vuelta de varios mensajes le dije que si lograba que la embarcación fuera suya, tendría que verme en persona. Quizá esto era muy frívolo de mi parte, ya que sería degradante para él dado mi bajo estatus al tener una madre japonesa, pero realmente tenía ganas de verlo otra vez.

Gracias a nuestros esfuerzos combinados, logramos vencer a los japoneses sin tantos muertos y con la nave intacta;  lo cual no fue fácil, tuve que hacerme pasar por el obeso jefe de maquinas del barco japonés casi dos días mientras lo mantenía encerrado. ¿Ya ves lo que dije de la paciencia?

Por supuesto, el capitán me tuvo que dar la cara. Y cuando nos encontramos a solas, lo acorralé y le dije:

—Capitán, no sigas jugando. Sabes que también te gusto.

Por fuera aparentaba estar confiado y mantenía mi actitud de dandy, por dentro pensé: "me va a arrojar del barco".

Sorprendentemente, el capitán me miró y asintió.

Para resumir la historia... ¡ese idiota me había mentido todo el tiempo! Él fue el que estaba enamorado de mí antes. Ni siquiera era necesario escribir personalmente las cartas, ¡lo hizo para conocerme!

Fue como si un rayo me hubiera atravesado y destruido un poco su intachable imagen, solo un poco.

Cuando no reaccioné, comenzó a reírse de mi. Así que lo besé para no avergonzarme solo. Funcionó.

Funcionó en todo nuestro regreso.

Cuando llegamos a China nos tomaron como héroes, al parecer cambiamos el rumbo de la guerra. Con esto, empezaron los problemas: fuimos por caminos distintos, cada vez nos veíamos menos, hasta que gradualmente creí que no lo volvería a ver.

Me decepcionó un poco, ¿Acaso no dijo que le gustaba desde el primer momento? ¿Por qué era yo el que parecía más desesperado?

Al principio me convencía de que eran las infinitas responsabilidades, luego de noche pensaba que quizá había obtenido un compromiso y se casaría pronto, que todo había terminado. Tal vez solo se cansó de mí... intentaba no pensar en eso.

Pasaron meses, ni una sola carta.

Era el festival de medio otoño. Recordaba que en altamar prometimos ir juntos, o quizá lo obligué a prometerlo entre sus súplicas de piedad...

Suspiré pensando en mí mismo como un tonto, ¿Quién recordaría algo tan insignificante?

No lo sé, el alcohol me había confundido, solo al caminar en medio del frío nocturno me puse un poco sobrio. Pero cuando miré frente a mi casa juré estar ebrio de nuevo.

Él estaba allí.

El viento intentó llevarse una de las linternas que tenía en la mano y él intentaba alcanzarla, eso sin duda arruinaba su alta imagen, pero no para mí.

Justo cuando la tomaba de vuelta, me miró.

Era tan hermoso. Su piel blanca, labios pequeños y rojos, su cabello negro peinado de manera relajada. Sin uniforme se veía aún más suave y apuesto.

Me sonrió. Sus ojos brillaban mucho más que las linternas que sostenía.

No olvidó nuestra promesa.


FIN







Nota:

Hice esta historia por un sueño que tuve donde puedo jurar que pasó al menos el 90% de todo lo que escribí jajaja

El sueño terminó donde terminó la historia. Tal vez algún día me anime a extenderla y no dejar un final tan inconcluso. Pero por ahora, espero que lo hayas disfrutado💕

—NoRegrets

Sueños de nostalgia otoñalWhere stories live. Discover now