Capítulo 33

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Último capítulo. Gracias por ser parte de esto.❤

Arizona

Las personas se acercaban cada tanto para felicitarla por su trabajo mientras ella, sin poder creer todavía que aquel día había terminado —o que había sucedido en lo absoluto—, les agradecía con una sonrisa que iba de oreja a oreja.

La inauguración de la tienda de Rachel fue el primero de abril, después de algunos meses cargados de trabajo y bastante estrés. Entre enero y febrero, Arizona solo trabajó medio tiempo en LoveLine y pasaba el resto del día concentrada en la colección que lanzaría esa primavera. Unas semanas antes de la apertura, Arizona renunció a LoveLine porque no podía mantener ambos trabajos y porque el estrés le había dado a Rachel por necesitarla más tiempo del normal; Ari más allá de ser una de sus diseñadoras, se había convertido en una buena asesora de su proyecto.

El primero de abril transcurrió rápido. Rachel había extendido la invitación a periodistas, influencers y fashion bloggers. La voz se extendió por la ciudad y, en su primer día, el sitio estuvo bastante lleno. Eso no significó que se vendiera todo, aunque sí que Rachel Crowell dio de qué hablar en redes sociales.

Cuando Arizona vio fotos suyas en todos los medios, gente llamándola por su nombre y hablando sobre las piezas que tenía en la tienda de Rachel, derramó un par de lágrimas de felicidad. Sentía que estaba soñando, porque no podía ser que había alcanzado algo así de increíble tan pronto.

«Sueña en grande» le había dicho Rachel. «Estas son solo las ligas menores. No descanses hasta que te reconozcan en todos lados».

Y aunque ella tenía razón, se permitió abrazar el momento, disfrutándolo como si fuera el último día de su existencia.

—¿Champán, mademoiselle? —Jesse se acercó a ella con dos copas. Para Ari no era muy común verlo en traje y corbata, pero el brindis de esa noche en la tienda (a puertas cerradas) lo ameritaba—. Me pregunto si así se siente tener una novia famosa.

Arizona le sonrió y aceptó la copa de champán. Últimamente no habían compartido tanto porque los preparativos para la inauguración tenían a todos sin tiempo libre, y aquel día en particular, apenas había intercambiado con él un par de palabras. Sin embargo, una vez que cerró la tienda y la celebración privada empezó, Ari se permitió relajarse.

—¿Me has extrañado hoy?

—Solo un poco.

—¿«Solo un poco»? —repitió, divertida.

Él le sonrió y rozó su cintura con delicadeza, en una caricia sutil y disimulada pero que le demostraba que la deseaba.

—No he sufrido tanto extrañándote porque confío en que cumplirás tu palabra y este fin de semana estrenaremos esa lencería que está esperando en el clóset. Y si no la cumples, no importa. Vale la pena verte tan feliz.

A veces le costaba creer que el tiempo hubiera transcurrido tan rápido. Ya se hacían casi seis meses desde la primera vez que ambos hablaron por teléfono y cinco desde que comenzaron a salir. De todas maneras, Arizona sentía que lo conocía de toda la vida. De todas las vidas; como si su alma hubiera reencarnado mil veces y en todas lo hubiera amado a él.

Le dio un beso corto en los labios.

—Además —continuó Jesse—, se me ha hecho difícil extrañarte porque tu hermana no me ha dado tiempo. Entiendo que quiera conocer la ciudad y hacer cosas nuevas, pero a veces me abruma con tanta energía. Hoy estuve con ella todo el día y siento que sé más sobre su vida que sobre la mía.

Al otro lado de la línea [EN PAPEL] [+18] ✓Onde as histórias ganham vida. Descobre agora