One-shot: blanca

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Desperté en un lugar oscuro, junto a otras muchas mujeres que como yo habían sido capturadas, ¿para qué? La verdad no lo quería saber, el olor a viejo y a húmeda golpeó mis fosas nasales, era repugnante. No podía vislumbrar el lugar a mi alrededor, sólo escuchaba el llanto de esas mujeres que como yo, se encontraban aterradas.
No se cuanto tiempo había pasado, calculo que desde mi captura como dos semanas, pero estas mujeres quizás llegaban  aún más tiempo aquí, que yo.

En ese lugar todas estábamos amontonadas, sucias y con hambre pues era poca la comida que nos daban y a veces sólo una al día.

En uno de esos momento la puerta se abrió y la luz que se coló casi me dejó ciega, por la puerta entraron tres hombres que les ordenaron en un  mal inglés, con agresividad y a empujones a salir aun grupo de mujeres que ellos escogieron. Cada cierto tiempo hacían  lo mismo, venía y se llevaban a un grupo; poco a poco fuimos menos. Uno de esos días yo fui escogida junto a otras más, nos ordenaron salir y lo hicimos en fila al exterior y comenzamos a caminar a donde sea que nos llevarán.

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Poco a poco y con disimulo me comencé alejar del grupo, para nada me quedaría en aquel lugar, no sabía que podría suceder y no era algo que iba a averiguar, pues esos tipo se veían peligrosos. Se que era riesgoso huir pero tenía que intentarlo.

Me escondo entre unos autos que habían el en lugar y mire como subían a las demás mujeres en un camión, un dolor estrujo mi corazón por no poder hacer nada en ese momento por ellas. Mire a mi alrededor todo estaba oscuro la noche pesaba, sólo las luces artificiales alumbraban el camino que yo recorría a toda prisa; me di cuenta que me encontraba en la bahía pues comencé a escuchar las olas del mar, al acercarme más mire la inmensidad de éste, de noche era hermoso el panorama, apezar de mi situación podía apreciar aquello.

- Oye tú - esa voz masculina en inglés me hizo girar sobre mis talones del susto que sintió mi corazón, el cual salió al galope al ver a aquel hombre a unos pocos metros de mi. Sus rasgos asiáticos eran inconfundibles, era alto y algo fornido, mi alarma interna activo el modo supervivencia.

- No te muevas- ordenó al notar mi intención de correr, pero ni que fuera estúpida me quedaba allí parada, no, penpendeja no soy. Los ojitos del hombre se achicaron aún más, se intentó acercar al intuir que no le haría caso y él estaba en lo correcto; sin pensarlo un segundo me heche a correr, era de esperar que él me siguiera. Por el miedo y mi deseo de huir no pensé con lógica y termine en medio del muelle, sin salida más que al mar.

El asiático negó con su cabeza pues noto nuevamente mi intención pero está vez de saltar y así lo hice. El agua estaba endemoniadamente fría, como pude nada hasta la orilla y corrí hasta un parqueadero de autos y me escondi entre ellos.

Tenía la esperanza de que el hombre no me siguiera más, sin embargo mi suerte no cambia, pues me había seguido al parqueadero y me vi en la obligación de meterme bajo un auto y en cada oportunidad que tenía me  fui rodando sobre el pavimento tipo entrenamiento militar. Cada tanto veía los zapato de ese tipo, eran relucientes por lo visto no caminaba los trechos que yo, a excepción de hoy claro está.

Me aleje lo más rapido que pude, pues el tipo hablaba por teléfono en su idioma materno con alguien, supuse que dándole la localización, por que no entendía nada de lo que decía, pero no me iba a quedar ahí, para que me captura de nuevo.

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Logré salir del parqueadero  y corrí varias calles, no se cuantas, sólo sabía que me moría del frío y este era más inclemente al estar mojada y con ese vestidito que no ayudaba, tenía hambre, estaba cansada; con sueño y mis pies descalzos, la propia loca como dirían en mi país.

Blanca Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ