Capítulo 05: Pupilos

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Ximena.



~15/04/2021~



No creí que la instalación de la radio de la policía demoraría tanto. Llevo casi dos horas de pie frente a mi auto y hasta ahora han surgido dos problemas. Primero, pidieron la radio equivocada, eso, costo media hora perdida, después mi jefe me mando a llamar para que firmara unos papeles y eso hizo que el encargado de la instalación no pudiera hacer su trabajo, ya que, tengo que estar presente. Son protocolos de seguridad.

—Todo listo, detective, si algo falla en el aparato, enviarán a alguien para arreglarla.

Le agradezco y sale del estacionamiento con sus herramientas, mientras que yo subo a la planta baja nuevamente.

Hace dos días nos llegó un correo a ciertos miembros de la comisaria y resumiendo el testamento decía que se nos asignarían pupilos o pasantes. Ellos vienen de Seattle, es algo lejos, pero como así a ellos los enviaron acá, a un grupo de aquí los enviaron allá. Llegarán en un par de horas y mientras tanto, se prepara todo para su llegada.

Para aprovechar el tiempo decido ir a la oficina de Ana y avanzar la investigación.

En los dos días hemos conseguido mucho. Los delincuentes que asaltaron el café, son de Seattle originariamente, no tienen familia en la ciudad y tampoco se documentó que ingresaron a la ciudad.

Los registros indican que tienen varios arrestos en su ciudad natal, algunas reincidencias en asaltos, todos con armas en mano y ventas de sustancias psicotrópicas.

—Creo que será mejor dejar esto por hoy. En algunos minutos llegan los nuevos pasantes —escucho que dice apenas entro —. Qué emocionante —añade, sarcástica, levantándose de su silla.

—Se nota mucho tu alegría, Ana —alega Esteban.

Ella lo ignora y sale de su adorada oficina. Con una gran pereza la sigo y apenas terminamos de bajar las escaleras, los nuevos hacen presencia. No nos dijeron quien trabajaría con quien, así que espero que mi primer pupilo sea el indicado.

Al ver el grupo de aprendices recuerdo cuando estuve en esa posición. Hace años lo de ser reubicados en otras ciudades no era tan concurrido, mejor dicho, no era nada concurrido. Esta práctica tiene sus pros y contras, algo negativo, por ejemplo, es estar lejos de los que quieres.

—Buenas tardes a todos —dice Jacob, acomodando el micrófono —. No diré mucho, ya que todos han sido instruidos y avisados adecuadamente. En los sobres que se les estará entregando a todos, tanto a los mentores como a los aprendices —tomo el mío y le sonrío a la secretaria de Jacob —, está lo que necesitan saber, desde el nombre de la persona que les corresponde, hasta las horas de trabajo.

No abro el mío por el momento.

Jacob sigue hablando por un momento hasta que se despide deseándonos la mejor de las suertes.

Reviso el sobre y lo primero que encuentro es el nombre, levanto la mirada y no me es difícil encontrar a mi pupilo, está totalmente quieto viendo a los demás, caminar lejos con sus mentores.

—Hola —lo saludo llegando a su lado.

—Detective Díaz, un gusto, soy Gastón Méndez, supongo que será mi jefa temporalmente —sonríe.

—Seremos algo así como compañeros, no tengo uno asignado por el momento, así que recordaré como es trabajar con compañía.

Desde el mes de julio del año pasado no me han asignado un compañero, a ninguno de los detectives de la comisaria.

Dolor y Tormento© - Trilogía: Dos Palabras - Libro #2 - En PausaWhere stories live. Discover now