La noche de verano en que llovió [kagehina]

Please, think about our last summer

Buenas noches, gente bonita ❤️.

Espero les guste este One Shot algo corto que salió de varias cosas que me pasaron últimamente. Soy Andy para y por el pueblo. Besos y abrazos, con sana distancia.

Advierto que toco temas importantes, ya lo dije en la descripción, pero para que lo recuerden, por si son algo sensibles a los siguientes temas:

∞ Enfermedades mentales/emocionales.

∞ Depresión, suicidio, duelo por perdida de un ser querido.

Era uno de los mejores veranos que ocurrían en Sendai, al menos desde donde él recuerda. El sol estaba en su punto máximo, dando la calidez suficiente para hacerle sudar sin siquiera esforzarse.

Hinata y él habían aprovechado el descanso que tenían después de las olimpiadas y antes de que volvieran a la rutina con sus equipos de liga. Ya contaban con un departamento que compartían juntos en Tokio desde hace tres años en cuanto volvió el pelirrojo de Brasil, pero nada les apetecía mejor que volver al viejo Sendai; específicamente a la playa donde se confesaron mutuamente durante el segundo año estudiando en Karasuno.

Tuvieron en primer lugar, la intención de invitar a sus demás compañeros del primer Karasuno, pero llegarían al día siguiente, siendo ellos los primeros en la casa que rentarían por tres días.

A Kageyama le venía de perlas tener tiempo con Hinata a solas, sin que nadie les irrumpiera alguna muestra de cariño; porque a pesar de que mejoraron sus habilidades sociales con el pasar de los años gracias a sus amigos (y el propio Hinata), aún le daba vergüenza cuando los encontraban demostrando su devoción por el otro.

Como ahora: ambos sentados a la orilla del mar, dejando que el agua salada les mojara la parte del traje de baño, hasta la cintura; con Hinata entre sus piernas, la espalda de él pegada a su pecho. Seguramente escuchando sus propios latidos.

Era de esos momentos en los que no necesitaban palabras y solo dejaban el tiempo pasar, así como el sol ocultándose por el oeste mientras él recargaba su cabeza sobre el hueco entre el hombro y el cuello de su alma gemela.

Viene a su memoria ese día peculiar en el que se confesaron, siendo ya siete años atrás. Habían rentado esa misma casa; cada uno del equipo de Karasuno, tanto nuevo como viejo, cooperando lo suficiente para pasar un fin de semana relajado. Asistieron todos, a pesar que algunos ya estaban en la Universidad.

La tensión entre ellos la sentía cada uno de sus acompañantes que no sabían qué hacer para que ya dejaran el tira y afloja en el pasado. Fue así hasta que Yachi les pidió a ambos que volvieran a la playa, porque olvidó sus lentes favoritos y así entre ambos sería más fácil encontrarlos. Aceptando a regaña dientes hicieron caso y entre sus discusiones infantiles aceptaron lo que sentían el uno por el otro.

Hinata sorprendido porque Kageyama tuviera interés por algo además del vóleibol y Kageyama porque no creía posible que alguien como el pelirrojo, que era toda alegría viviente, fijara sus ojos en una persona hosca como él y que además contaba con pocas habilidades de socialización.