Capitulo 09: Un Amigo como Theo

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Ximena.



~23/04/2021~



Al momento del que bajo del auto, lastimo mi brazo. Avanzo hasta la entrada del centro comercial.

Decido subir las escaleras y dejar a un lado la pereza. Al llegar al patio de comidas busco la mesa donde este Jacob y su amigo, los alcanzo a ver en una de las últimas mesas, la persona que conoceré está de espaldas.

Camino rápido y cuando llego coloco mi mano buena en el hombro de Allen, voltea y sonríe.

—Hola, pensé que ya no vendrías. Te presento a mi amigo, él es Damián.

El nombrado voltea y me regala una sonrisa.

Es de tez clara, pero un poco más oscura que la piel de Jacob, tiene los ojos verdes aceituna y una sonrisa que sin duda envidio.

Físicamente simpático, en pocas palabras.

—Un gusto, tú eres la detective que reconocerían en la comisaria de New York.

—Y tú alguien... ¿Agradable? —no se me ocurre nada más.

—Lo es, te caerá bien.

Nos sentamos y ellos ya tiene algo de comer. Me preguntan si gusto algo y la verdad es que no tengo apetito.

—¿Cómo se comporta? ¿Es buen jefe? —inquiere Damián.

—Pues sí, pero lo amargado no se le quita —digo sin ataduras.

—En algo estamos de acuerdo —pone la palma en el aire y la choco con mi mano buena.

—Sigo aquí, no soy invisible —refuta de mala gana.

La conversación entre Damián y yo es fluida, la verdad es que es animado. Es un Theo en un rango menos.

Al final resulta que si pido algo de comer. Miro mi reloj mientras bebo el batido de frutilla.

¡Ya son las dos y diez!

—Conozco esa cara —levanta la mirada ante las palabras de Jacob —. ¿Tienes otro compromiso? —asiento —. Bueno, no hay problema, él ya ha hablado mucho —señala a su amigo.

Me levanto y le doy la mano a Damián. Con mi amigo-jefe me despido de un beso en la mejilla.

Salgo del centro comercial buscando mi auto entre muchos.

Las carreteras están libres y es algo extraño a esta hora, pero lo bueno es que llego a mi destino.

Bajo del auto y antes de golpear la puerta, se abre.

—Pasa —sonriendo, se hace a un lado y me fijo en su torso, pero retrocedo cuando noto como se acerca —. ¿Qué te sucedió? —levanto la mirada, tiene sus ojos en el cabestrillo, además del ceño fruncido.

—¿Se te está haciendo costumbre abrir la puerta sin camisa? —su expresión me da a entender de que no cambie de tema —. Accidente en el trabajo —digo.

Asiente asiéndose a un lado.

—Y sobre la camisa —respondo a mí pregunto —. Usted no tiene por qué quejarse —hace una seña con la cabeza para que pase, solo que no me muevo —. No te morderé, Ximena.

Antes de que siga hablando decido obedecer.

—No, si no me lo pides —susurra cosa lamentablemente alcanzo a escuchar.

Dolor y Tormento© - Trilogía: Dos Palabras - Libro #2 - En PausaOnde histórias criam vida. Descubra agora