PROLOGO

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Hola queridos lectores, hoy empiezo otra historia y como dije previamente no tiene que ver con el rayllum, aunque puede que haya algún cameo interesante, también les hago recordar que en breves sacare e inaugurare los One-Shots de rayllum así que estén preparados. Sin más que decir les dejo con este prologo, recuerden que si les gusta pueden apóyame con sus estrellitas, nos vemos y espero que tengan un gran día.

PROLOGO

Caminaba por la acera, mirando hacia abajo como si el mundo frente mío no existiera , como si lo único que importara fuera lo que tenia en mi cabeza.

Mientras movía mis piernas en dirección a mi casa mi mente estaba pensativa, aun recordaba como alquilábamos un pequeño traje, como solo vinieron un puñado de personas que no conocía y de como el sacerdote oraba. Aun no puedo entender el por que de todo esto, el por que de todas esas lagrimas, el por que de todo ese sufrimiento, y sobre todo el por que el ya no esta en casa.

Las cosas habían cambiado y según mami aun cambiarían pero yo lo seguía sintiendo normal, bueno casi normal. Yo nunca fui muy negativo y difícilmente me afectaba algo, en vez de eso yo prefería alegrar a los además, ayudarlos, motivarlos y hacerlos pasar un buen rato, mis padres siempre me dijeron que con mi presencia alegraba hasta la persona mas triste.

Mientras caminaba voltee y observe las casas de este vecindario, en su mayoría parecían espaciosas, con un lindo ambiente y algo lujosas pero me detuve en una, parecía algo vaciá a comparación de las otras, algo que no me extrañaba teniendo en cuenta que afuera había un camión que tenia pintado "mudanza feliz". Le eche un ultimo vistazo a la casa en cuestión y note que efectivamente habían dos personas hablando con un señor en la puerta (posiblemente era el dueño del camión).

No le di importancia y seguí caminando, ya me quedaba solo dos cuadras más y ya estaría en casa, pero algo me detuvo. Detrás del lugar logre escuchar un llanto que parecía de niña, con algo de interés me adentre hacia del lugar para encontrarme con el origen del llanto, una niña de cabello moreno y piel ligeramente quemada estaba llorando en una esquina. Me la quede viendo unos segundos preguntándome si estaba bien o el por que de su pena, mientras que buscaba alguna respuesta a esto se me ocurrió llamar su atención, intente mover un poco mi pierna o mis brazos pero ella no reaccionaba casi como si estuviera en su propia burbuja, tras entender que no reaccionaria decidí actuar. Ya estaba harto de más llantos.

—¿Estas bien? —le pregunte, ella volteo para mirarme, sus ojos y los míos se encontraron en sincronía casi como un choque entre dos realidades. Pero sin embargo volvió a agachar la vista.

—¿Por que estas llorando? —le pregunte mientras me acercaba un poco más a ella, pero de nuevo no obtuve respuesta alguna.

Entonces me acerque y me senté al lado suyo, no podía explicarlo pero después de oír llorar a mi madre día y noche solo quería calmarla.

—Dime, ¿Qué te esta pasando? —cuestione, ella al sentir mi presencia más cerca se intento apartar pero al mirarme se quedo quieta, algo que me hizo recordar a lo que mi padre siempre decía sobre mi mirada, una que congelaba con solo un breve contacto, nunca había pensado en eso hasta ahora.

Tras varios segundos de un silencio desesperante ella me contesto.

—Mis padres, ellos me trajeron aquí —dijo haciendo un intento por calmar su llanto.

—Y ¿tu no querías venir?

Asintió con la cabeza mientras se limpiaba las lagrimas.

—No es justo, no entiendo por que me trajeron aquí, yo era feliz haya —concluyo inclinando la cabeza en su anterior posición para y por lo que parecía, seguir llorando.

—Pero, ¿Quien dice que no puedes ser feliz aquí? —dije y ella me miro como si le dijera algo imposible, entonces le regale una de mis sonrisas que tanto cautivan mis padres.

Entonces ella y para mi sorpresa dejo su llanto para girar y mirar la pared más tranquila, como si de verdad mi sonrisa hubiera hecho lo que imagine.

—Nosotros no podemos entenderlo todo, pero debemos seguir adelante, no importan los cambios que vengan o los obstáculos que aparezcan siempre debemos buscar la manera de vivir felices —dije utilizando todo lo que aprendí con mi psicólogo y con los comerciales auto motivaciones baratos que salían en la televisión.

Ella má­s calmada y casi sin rastros ya de lagrimas voltea y me mira directamente, ahí noto sus ojos con mayor claridad, unos hermosos marrón claro acompañados de unas delicadas pestañas. Entonces pasa algo que no me esperaba. Ella sonrió.  

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⏰ Last updated: Nov 04, 2021 ⏰

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