Capitulo único

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Giyuu camina por el sendero cubierto de piedras blancas, que resuenan a cada paso que da

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Giyuu camina por el sendero cubierto de piedras blancas, que resuenan a cada paso que da. En los costados, hay carrizos de Bambú que se alzan formando altas paredes verdes que solo permiten entrar una tenue luz.

Ese día, se supone que debería ser un día feliz para él, pero no se siente contento en lo más mínimo, de hecho, es al contrario, se siente menos digno que en cualquier otro día normal. Ahora, lo único que quiere es llegar a su hogar, tirarse en su futón y dormir para olvidarse del mundo y de todo el dolor que siempre lo rodea.

La gente dice que el tiempo lo cura todo, pero Giyuu puede confirmar que no es así, porque para él, cada día que pasaba es más pesado que el anterior, y su pobre alma siente que no puede seguir más.

Su paso es mucho más lento de lo normal, no tiene ningún afán, tanto hoy como mañana no tiene misiones, por lo tanto decidió darse un descanso y tomar con calma el pequeño recorrido. Mientras lo hace, analiza con detalle todo a su alrededor, cada vuelta que da, que tan espesa es la vegetación y todo lo necesario para usarlo en un futuro ¿aburrido, no?

Al llegar al final del sendero -que parece más un laberinto-, sus ojos se encuentran con la entrada a una enorme finca. El silencio es el rey de la propiedad, las hojas de tonalidades amarillas y naranjas junto con el aire fresco del otoño proporcionan un ambiente nostálgico, entorno que Giyuu agradece, pues combina a la perfección con el estado emocional en el que se encuentra.

Entra a la propiedad y de nuevo observa todo a su alrededor, el blanco de las paredes hace un elegante contraste con el color natural de las columnas de madera que forman las paredes y puertas. No hay muchos muebles, todo es muy minimalista.

Giyuu, que está parado en el gekan, da un paso al interior de la casa, pero se siente ajeno, como si fuera un intruso, todo se siente tan impropio... Muchos dirían que se debe a que es una de las primeras veces que entra a su nuevo hogar, pero no es así, en realidad, la razón de peso es porque él no merece estar ahí.

Hace apenas dos días había sido convocado a la residencia principal Ubuyashiki, se le había ascendido a Pilar de Agua, quedando con el título de su maestro. Pero ganar aquél título había sido solo un golpe de suerte, le queda grande tal honor, no sabe siquiera si logrará desempeñar adecuadamente su papel, lo último que quiere es dejar en vergüenza a su Maestro, Urokodaki, por tener un sucesor tan débil e infantil.

Explora un poco la construcción, todo es muy elegante y sobrio, no entiende porqué Urokodaki prefiere estar en esa vieja choza donde lo entrenó junto con Sabito cuando era más jóven, sabiendo que pudo obtener todos estos lujos.

Al finalizar su recorrido y memorizar lo más indispensable, elige la habitación más cercana a la entrada como el lugar que será su dormitorio, no utilizará esta finca para nada más que dormir o entrenar, pues nada de eso es suyo. Giyuu se repite una y otra vez que solo será una estancia temporal por el tiempo que se tarde en conseguir un nuevo usuario digno de heredar el título de Pilar de Agua, si es que no pierde la vida antes, al fin y al cabo, su vida no carece de valor según sus pensamientos.

Un día de Otoño (OS sabigiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora