Se Acabó ↬ JiHan [One-shot]

Capítulo único

Joshua entró al departamento enfadado, más consigo mismo que con alguien más. El lugar se encontraba vacío, en silencio y con todas las luces apagadas, JeongHan aún no llegaba y eso lo hizo enfurecer aun más.

Agarró fuertemente los pequeños papeles que se encontraban en su bolsillo y fue directo a la habitación de JeongHan, eran poco más de las tres, tenía tiempo suficiente.

Tomó todas las cosas de su compañero y las metió sin cuidado en una maleta que encontró. Todo junto y descuidado: ropa, zapatos y accesorios. En un bolso más pequeño guardo el resto de las cosas.

Lo espero en la sala, con sus cosas por un lado.

En el momento que JeongHan entró venía hablando por teléfono, riendo fuertemente y sin ninguna preocupación. Se desconcertó un poco por la escena que encontró. Se extraño muchísimo al pensar que Joshua se iba, no le había comentado nada, ni siquiera sabía si había hablado recientemente con su madre.

—¿Te vas?

—No, yo no me voy. Te vas tu —respondió furioso. —. Esto se acabo JeongHan, ya no puedo más.

El temor comenzó a crecer en JeongHan, él no se quería ir, no tenía a donde ir. Y ni siquiera sabía por qué se tenía que ir.

—¿Ahora qué hice?

—Nada. Ese es el problema, no hiciste nada —JeongHan nunca había visto a Joshua tan enojado. Normalmente los enfados de Joshua eran en silencio —. No haces nada, no dices nada y me juzgas en silencio. Sí ya no quieres seguir con esto sólo dilo.

Joshua se paseaba por toda la sala, moviendo las manos de un lado para el otro mientras parloteaba. A JeongHan todo le comenzó a dar vueltas, se encontraba muy confundido. Esperaba que todo eso se tratará de una simple broma porque no estaba entendiendo nada. Vivir con Joshua era peor que vivir con una novia celosa.

Muy lentamente avanzó lo suficiente para terminar de entrar y poder cerrar la puerta, los gritos de Joshua estaban llamando la atención de los vecinos. Con mucho cuidado, y procurando no hacer mucho ruido, dejo sus llaves en la mesita que se encontraba a un lado suyo, sin querer llamar mucho la atención de su compañero.

JeongHan trato de recordar qué era lo qué había hecho, pero nada venía a su memoria.

Absolutamente nada.

—Esta bien, me marchó y no pienso regresar —dijo calmo —. Si esto se arruinó fue tu culpa, no la mía. —Tomó la maleta dispuesto a salir.

—¿Por mi culpa? Bien. Vete y no vuelvas. Toma para que te vayas —dejo los papelitos que se encontraban en su bolsillo, uno por uno —, el tren parte a las cinco, el autobús sale a las seis y el avión despega a las siete, en el que gustes largarte. Y esto —agitó una caja de pañuelos desechables dejándolo enfrente del televisor —por si regresas es lo único que encontrarás, el viaje es redondo.

JeongHan salió pero no sé fue. Espero fuera del departamento hasta que escucho un par de sollozos, muy suaves y amortiguados por la puerta. Soltó un suspiro, refunfuño y pateo el piso como niño chiquito antes de entrar. Joshua se encontraba recostado en el sofá, al parecer los pañuelos eran para él, los tenía sobre su pecho y sacaba uno tras otro tirando a cualquier lugar el que ya había utilizado. Su llanto se hacía cada vez más fuerte. JeongHan cerró la puerta antes de que los chismosos de sus vecinos escucharán y pensarán que estaba matando a Joshua o algo.

Se dirigió a donde se encontraba su amigo, dispuestos a consolarlo. Joshua lloraba a moco tendido y JeongHan no entendía el por qué, si a él fue a quien corrieron.

Dando palmaditas en la espalda del otro JeongHan pregunto —: ¿Shua estas en tus días?

—No seas menso JeongHan, eso sólo les pasa a las mujeres —gimoteo.

Pensó en algo que animará un poco a su amigo antes de preguntarle qué era lo qué pasaba, no fuera ser que lo corriera nuevamente, recordó una agradable platica que había tenido con JunHui esa mañana.

—Estuve hablando con Jun…

—¡Ya sé! —Lloro más fuerte.

Joshua continuó llorando por varios minutos más, hasta que la caja de pañuelos quedó vacía y el llanto de Joshua se redujo a sollozos.

Con dificultad, Joshua dijo —: Te oí hablando con Jun.

JeongHan espero a que Joshua continuará, mirándolo atentamente queriendo saber cuál era el problema.

—Y dijiste algo que yo no recordaba y me hizo cuestionarme muchas cosas. Y luego tu dijiste que te ibas y… y…

Y Joshua comenzó a llorar nuevamente.

La desesperación de JeongHan era tan grande que quería acompañar a Joshua con su llanto.

JeongHan no tenía ni idea de que había hecho.

JeongHan abrazo a Joshua hasta que su llanto comenzó a disminuir, otra vez.

—Ya no me quieres —murmuró —Yo te ayude a arreglar tu habitación y tu no me diste las gracias.

El llanto de Joshua volvió a empezar.

Dándose una palmada en la cara JeongHan se sintió un tonto.