La última pelea

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Va perdiendo la conciencia con cada golpe que recibe, ya no siente nada, su rostro, sus extremidades, todo en él ha perdido sensibilidad, y fue antes de empezar a ser golpeado que perdió aquella habilidad.

No sabe exactamente cuando empezó a perder trozos de su alma, intuye que tal vez empezó cuando ver morir a sus amigos se volvió algo cotidiano. Tampoco recuerda cuantas veces ha vivido aquel sentimiento desgarrador y mortal de presenciar aquello sin poder hacer nada, de verlos sufrir horrores en cada futuro.

Sin poder hacer nada no, sin poder lograr un cambio.

Takemichi ha hecho todo lo humanamente posible por salvar a sus amigos y sus futuros, ha soportado las peores palizas y se ha levantado de nuevo para recibir todas y cada una de las que siguieron, ha soportado el perderlos de formas horribles una y otra vez, y ha soportado su propia muerte en varias ocasiones, volviendo siempre para salvar a sus amigos.

Es por eso que ahora le cuesta tanto pronunciar aquella plegaría que le vuelve el corazón más pesado, que convierte su sangre en arena y sus órganos en piedra, esa que lo hace sentir egoísta y cobarde. Aquel deseo que le pesa tanto.

Por favor, ya no quiero ser el héroe. Sólo... dejenme morir.

Nunca lo ha dicho en voz alta, esas palabras nunca han llegado más allá de su mente pero, es real, jodidamente real. Ya no quiere ser el héroe, no quiere serlo desde hace mucho y ni siquiera cree haber llegado a ser uno en algún momento. Porque que clase de héroe no salva a nadie.

Sigue recibiendo limpiamente aquellos golpes violentos, no ha intentado cubrirse en ningún momento, no cree que hubiera servido de algo. Está tendido en el suelo con Mikey encima suyo, no sabe en que momento terminaron así, no estaba en sus planes caer tan rápido aún cuando sabía que no podría ganarle a Manjiro, pero una vez se mantuvo en pié incluso con un disparo en este, así que esperó, creyó que esta vez también podría mantenerse firme, que esa fuerza que no sabía que poseía aparecería de nuevo permitiéndole mantenerse firme y trayendo de vuelta un poco de la esperanza que fue perdiendo con cada uno de sus viajes en el tiempo. Pero se trataba de Mikey, el invencible Mikey. Debería haberlo sabido, que no tenía oportunidad alguna contra él, y si había tenido alguna desapareció con el primer golpe. Aquel fue devastador no sólo por su fuerza sino también porque, en el fondo, Takemichi esperaba que ese escenario nunca sucediera, lo deseaba con toda el alma. Pero sucedió y ese golpe llegó, y no sólo lo hizo caer de rodillas también derribo toda esperanza, por vaga que fuera, que aún conservara, las aniquiló. Ya sabe como término así.

Takemichi ni siquiera reparaba en el dolor que impartían aquellas manos a su rostro, porque el que lo invadía por dentro era mucho peor, era ensordecedora la forma en la que sus pensamientos viajaban por su mente, uno tras otro. Una súplica tras otra.

Entonces lo recordó, aquella tarde en él escondite de Valhalla, al capitán y al vice-capitán de la primera división, al último siendo golpeado por él primero, el rostro magullado y ensangrentado, las manos bañadas de aquel líquido escarlata. ¿Cómo hizo Chifuyu para soportar que Baji lo golpeara así?, por alguna razón es lo único que tiene en la mente en estos momentos. A Chifuyu y a Baji, tal vez la situación se este repitiendo y solo hayan cambiado las personas en ella, y con suerte el final.

De repente, su mente lo lleva a todas esas situaciones que mantienen un parecido con otras pertenecientes a otros tiempos, a otros pasados y otros futuros, y se percata de que venía sucediendo eso, cierta similitud entre sucesos actuales y sucesos de otras líneas temporales. Como sí la muerte o el destino o ambos se estuvieran burlando de él, haciéndole saber que no importa cuanto lo intente ellos dos son absolutos, nadie le gana a la muerte y nadie le gana al destino, ni siquiera él y sus viajes en el tiempo.

La muerte del héroeWhere stories live. Discover now