I

119 6 3
                                    

—Yamada-kun.

Saburo estaba más interesado en el burdo garabato que dibujaba sin ánimos sobre sus notas de matemáticas, donde Jiro era golpeado en la nariz por una bola de béisbol que había lanzado Ichiro, que en cualquier cosa que su compañera de clase tuviera para decir. Detuvo su lápiz pese a todo y levantó la mirada hacia donde se encontraba de pie la chica, frente a su pupitre, dando golpecitos sobre la caja de bento envuelta entre sus nerviosas manos.

—¡D-disculpa! —El valor que había tomado para acercarse a él y hablarle se había desvanecido al momento en que fijó los ojos en los suyos, y cuando la chica rompió el contacto para bajar la mirada hacia su propio almuerzo Saburo notó las coletas desiguales que llevaba, como si se hubiera despertado veinte minutos demasiado tarde y hubiera salido a toda prisa. Como si el sonido de su crítica hubiera alcanzado los oídos de la chica, ésta comenzó a jugar con las puntas de su cabello como si fuera capaz de arreglarlo con sólo intentarlo. Bueno, no es como si a él le importara. Estaba seguro de que tener el cabello tan largo requería de tediosos cuidados; incluso Jiro se tomaba cinco minutos extra cada mañana para arreglarse bien el cabello.

No había notado que la chica seguía hablando pero, en cuanto volvió de sus ociosos pensamientos, la encontró observándole expectante.

Se disculpó con una sonrisa. Por el modo en que decayó la expresión de la chica, estaba seguro de que se veía tan falsa como se sentía. —Lo siento, ¿qué estabas diciendo?

—Yo... —Bajando su voz hasta que sólo fue un débil murmullo, afianzó el agarre sobre su bento—. Pregunté si querías venir a comer con nosotras...

Saburo miró detrás de ella hacia el círculo de chicas que se había detenido en la puerta del aula, pero no necesitó de un súper-oído como alguno de los héroes superdotados de los mangas de Ichiro para saber que las palabras que salían de sus bocas eran de desagrado hacia él mientras esperaban a que su amiga terminara.

—Gracias —dijo ligeramente, y podría asegurar que la chica ya sabía lo que estaba por decir—, pero prefiero comer solo.

—Ah... De acuerdo...

Se disculpó por molestarlo y salió del aula con sus amigas, pero no sin antes dirigirle miradas extrañas mientras se iba. Era molesto, pero aun así siguió observándolas mientras se marchaban y se preguntó, sólo por un momento, cómo sería tomar el almuerzo con amigos. Bufó para sí mismo y regresó a su arte de torturar a Jiro. Quizás se lo mostraría a Ichiro y éste se reiría frente a Jiro. Quizás incluso le diría que su arte era mejor que el de su mangaka favorito, y ese pensamiento hizo que Saburo se iluminara y se olvidara de que no tenía a nadie más con quien compartirlo.


—No puedo soportar esa actitud tuya.

Ser arrinconado en los casilleros después de clase por una pandilla de estudiantes de aspecto disgustado era uno de los escenarios más clichés representados en las pilas de desgastadas novelas ligeras que Ichiro no había podido vender para obtener dinero extra justo después de que él entrara a la secundaria. El personaje víctima usualmente pende de un hilo entre el miedo frenético y la falsa valentía, haciendo un trabajo nada convincente en fingir que sus palabras no le cortan la piel más profundo que sus golpes hasta que aparece el héroe para golear a los abusadores y dar un largo y sentimental discurso sobre por qué no deberían aprovecharse del más débil.

Pero el héroe de Saburo no llegaría. Estaba demasiado ocupado trabajando para ir corriendo en su ayuda, y aun si no fuera así, Saburo nunca dejaría que viera a su hermano menor en esa situación tan patética, con la espalda contra su casillero cerrado y sus zapatos goteando, humedecidos por una sustancia desconocida. Ojalá que no se trate de nada que un poco de jabón y dejarlos secando al sol no pueda arreglar. No quería pedirle otro par a Ichiro cuando la próxima semana iba a lanzarse mercancía de su personaje favorito más reciente.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 04, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

todo lo que cae, se levanta | hypmicWhere stories live. Discover now