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Un pequeño rayo de luz se hizo presente en medio de la oscuridad, posándose suavemente en un rostro angelical de una mujer joven, ojos grandes de color café, llenos de pestañas gruesas, por desgracia esa belleza tenía un costo, pues no podía ver con ellos, cabello castaño claro, piel morena, el nombre de aquel espléndido ser, Hanji Zoe.

Se encontraba durmiendo al lado de su amado, un hombre joven, de cabellos negros, rasgos finos, ojos azules parecidos a dos zafiros, y que a pesar tener una estatura baja poseía una gran fuerza, sin duda alguna era un hombre deseado por muchas chicas, era Levi Ackerman.

Ante la luz sobre su rostro la castaña comenzó a despertar, estirando su cuerpo, al sentir movimiento el azabache se despertó, ambos cuidaban el uno del otro.

—Perdón te desperté —dijo mientras deslizaba su mano por el rostro de su compañero.

—No te preocupes, ya es hora de levantarse.

Ambos dieron inicio a su día, recientemente comenzaron su vida de casados y aunque habían ciertas inconformidades intentaban mantener su vida en orden, mientras Hanji preparaba el desayuno, Levi tenía una fuerte discusión con su padre o "el imbécil" como lo había llamado el enano.

Levi fue un chico que vivió por un tiempo en un orfanato, pues su madre Kuschel se había enamorado del heredero de una empresa enemiga, que luego la traicionó, dejándola en la calle, sin importarle su embarazo de alto riesgo, después de buscar a su hermano por un tiempo sin obtener resultados, murió al dar a luz a su hijo por su mala alimentación y estado físico.

Cuando por fin Kenny se enteró de lo sucedido con su hermana, la buscó por 10 años, logrando solo encontrar a su sobrino ya con 10 años, él se encargó de que no le faltara nada al chico, nunca se comportó como un verdadero padre, por lo que el chico creció con una personalidad engreída, algo que la castaña cambio.

—Como digas —dijo Levi con una voz desinteresada, finalizando la llamada.

—Tal vez deberías darle una oportunidad —opino Hanji.

—Tú eres demasiado amable, y yo no pienso aceptar a ese imbécil —tomó asiento para desayunar junto a su esposa.

—Quiere reparar su error... Pero no creo que lo pueda reparar.

—Es mejor conformarse con el ahora.

Se estiró y tomó la mano de su marido —Me gusta el ahora —dijo sonriendo.

Esa sonrisa solo hacía que el chico se enamorara más, correspondió el gesto de la chica y tomo su mano, las cosas suceden por algo, y si el llegara a comenzar nuevamente su vida, no corregiría absolutamente nada.

...

Comenzaba a oscurecer cuando Hanji terminaba su turno como doctora en el hospital de su familia, por lo que solo se encargaba de revisar a los pacientes y en ocasiones realizaba las cirugías más riesgosas, por lo que terminaba rápido, ese día no fue la excepción, pero antes de regresar a casa tomó los resultados de su prueba de embarazo, ya que buscaban tener un bebé.

—Espero que sea positiva —dijo su empleada al entregarle los papeles.

—Gracias, por cierto, el día estuvo muy tranquilo... Se siente demasiado extraño —susurro mientras miraba al horizonte.

—Esperemos que sea igual de aburrida la noche, nunca es bueno cuando nos estamos moviendo desesperados.

—Tienes razón, nos vemos mañana —salió del edificio.

Al soltar la puerta, sintió como un hueco se abrió en su pecho, algo le decía con gritos de  desesperación "No te vayas", un gran miedo se apoderó de ella, y como pudo logro llegar a su auto entrando en el, comenzó a llamar a Levi.

—Hola, Hanji, ya terminaste tu turno —se escuchó desde el teléfono.

—Sí —estaba segura del resultado de la prueba y quería celebrarlo con su amado —Supongo que tu también has terminado, ¿No?

—Así es, ¿Necesitas algo?

—No, solo quiero verte en la casa lo más pronto posible —dijo intentando controlar su emoción.

— Claro, te veo en la casa... Cuídate, te amo

—Sí, también te amo —al colgar el teléfono, el azabache estaba por ir a su auto cuando una voz lo detuvo.

—Levi, no te puedes ir aun —era su padre, o mejor dicho el imbécil.

—No molestes, el día ya termino para mi así que aléjate de mi —respondió sin mirarlo.

—Pensé que íbamos a ir cenar juntos —intentó hacerse el mártir.

El chico miró a su padre sobre su hombro, su mirada era fría con la cual su padre comprendió que si continuaba insistiendo solo empeoraría su relación, así que lo único que pudo hacer fue bajar la cabeza mientras su hijo se alejaba.

—¿Existirá alguna manera de separarlos? —se preguntó para si mismo.

El azabache nunca permitió que su esposa conociera a su padre, sin embargo el señor conocía de lejos a la chica y a su familia, verlo por donde quiera verse el matrimonio era perfecto, la chica era perfecta, sin embargo le molestaba un poco su relación.

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Ahora mi justificación 

1.- Perdón por no reportarme antes, estaba muy ocupada.

2.-  Por alguna razón ya no tenia ganas de escribir y ni hablar de ideas para nuevas series.

3.- Hice esto, porque ya no me sentía cómoda, gente que conozco me descubrió y ahora me da vergüenza.

Se que es insignificante la razón 3, pero me incomoda y me molesta que mis amigos se metan en lo que hago.

Espero no descubran esta cuenta porque pues muy diferentes no son

Ni siquiera les gustan mis gustos, pero pues... Lo hicieron

VuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora