único

710 70 16
                                    

se sentía a morir.

tal vez había vivido peores sensaciones y situaciones, pero su ruptura con Rachel realmente le dolió. era peor que cualquier dolor físico que pudiera y hubiera sentido, porque ciertamente no terminaron de la mejor manera y con suerte ella no lo había desterrado al infierno.

se encontraba en su habitación, lamentándose existir y carecer de afecto cuando era un niño, porque si tal vez fuera distinto no habría terminado con Rachel, ni mucho menos sintiendo se la peor escoria por hacerla llorar.

si bien los dos eran bastantes fríos, secos, serios y poco afectivos, Rachel solía ser la que más mostraba sentimientos y él claro que se esforzaba, pero lo único que lograba era verse poco natural y lastimar los sentimientos de la muchacha. había intentado pedirle consejos a Dick, pero el chico se terminaba desviando o hablaba mucho y demasiado, también pensó en pedirle consejos a Jason, pero si lo hacía sabía que el tipo no lo dejaría de molestar y no le daría ni un solo consejo efectivo.

y con Tim pues... era igual de inexperto en el tema como él o eso creía y era demasiado orgulloso como para pedirle ayuda con su relación y sentimientos, más bien lo llamaría desconfianza y vergüenza de admitir que tenía sentimientos.

abrazo sus piernas contra su pecho con fuerza, esa noche había pedido no salir a patrullar lo que extraño y sorprendió demasiado a todos, aunque nadie lo cuestionó, tal vez era mejor salir y desahogarse golpeando criminales, pero no se sentía ni siquiera con esos ánimos.

reprimió un sollozo apretando los labios, dejando que las lágrimas cayeran con cuidado por sus mejillas muriendo en su mentón y labios, su nariz roja al igual que sus mejillas e incluso sus ojos estaban teñidos de un carmesí, ya hinchados de tanto llorar.

era el único que estaba en casa, sin contar a Alfred que estaba en la cueva ayudando con lo que podía a los muchachos y a Batman, por lo que se estaba permitiendo llorar en silencio y en la oscuridad de su enorme habitación sin miedo a ser descubierto siendo vulnerable.

no entendía porqué le causaba tanta vergüenza verse descubierto siendo sensible o sentimental como cualquier adolescente normal, pero así se sentía.

sus pensamientos abrumadores le comían la cabeza que no se dió cuenta cuando llamaban a su puerta con cierto sigilo y cuidado, no fue hasta que la tuene luz del pasillo iluminó un poco la habitación mas sin embargo no volteó a ver quién era ni dijo nada, tenía que recomponer su voz antes de abrir la boca y correr a quien sea que entró a su cuarto sin su autorización.

- creí que estabas dormido, ¿por qué no respondías? - preguntó el intruso, encendiendo la luz. irritando la vista del dueño de la habitación, ni un quejido o insulto obtuvo como respuesta. - ¿Damian, sigues vivo?

- vete al carajo Drake y lárgate de mi habitación.

a pesar de su inútil intento por sonar indiferente e intimidante, su voz sonó dolida y algo rota, cosa que no pasó desapercibida por el tercer Robin que se acercó sigilosamente a la cama, donde el demonio estaba hecho bolita.

- ¿te sientes bien?, ¿estabas llorando acaso? - dijo lo último un poco burlón, sonriendo con burla. se paró junto a la cama cruzándose de brazos, esperando una respuesta negativa o algo por el estilo para seguir molestando, pero sólo obtuvo un lastimero quejido por parte del menor, lo que le hizo borrar su postura y tomar una de preocupación.

- hey, ¿de verdad estabas llorando?

otra vez no obtuvo respuesta, suspiró profundamente y se sentó en la cama sin permiso, intentando buscar en su interior una forma de hacerlo hablar para poder consolarlo.

𝗠ᴏᴍᴇɴᴛᴏ ᴅᴇ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora