Chapter One

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Adaptación Permitida
Autora Original: HueningPicaFresa






Los rayos del poco sol que hay ese día alumbran los techos de madera de cada casa en aquel pueblo, el pelinegro de cabello levemente largo peinaba suavemente sus hebras azabache mientras acomodaba la capa roja en su parte superior.

Llevaba una canasta café cosida a mano sujeta por sus dedos mientras va a paso tranquilo por la acera de piedra, la leve brisa le mueve la prenda de tono carmín.

Choi Beomgy es considerado uno de los omegas más hermosos de aquel pueblo y con toda razón pues es meramente encantador, desde sus ojos pequeños de tono avellana, sus labios levemente grandes de tonos rosados, su cuerpo esbelto y llamativo, su cabello sedoso y buenos modales lo convierten en lo que los alfas buscan, sin embargo Beomgyu no está interesado en ser marcado por ninguno de los alfas del pueblo.

Acomoda sus ropas antes de abrir la puerta de madera de aquella panadería, inhala el aroma de pan recién horneado y se acerca al mostrador donde otro omega de cabello rubio; con aroma a miel y en estado de gestación le recibe con una sonrisa.

-Buenos días Ning necesito mi pedido ¿Ya esta listo?.- pregunta suavemente y el contrario asiente, rebusca en su canasta un par de monedas para pagar los ricos panes que el omega tiene envueltos en unos trozos de papel de un color crema.

-Calientes y suaves Beomie.- El rubio contesta y el pelinegro guarda los panes después de dejar un par de monedas en el mostrador de madera. -Hueles mucho a frutos rojos te recomiendo llegar pronto a donde sea que vayas si no quieres que una tragedia suceda.- Le aconseja suavemente el rubio y Beomgyu asiente y sale a paso apresurado del local después de agradecer.

Cruza la plaza y saluda rápidamente a las personas que lo halagan y le desean un buen día, también mira incomodo a los alfas que siempre le proponen que se vuelva su omega, el hielo está resbaloso así que estuvo apunto de caer un par de veces.

Esta apresurado pues quiere llegar tan pronto como sea posible a aquella cabaña escondida entre los árboles y pinos del bosque.
Siente una miraba pesada sobre si pero no le da importancia porque esta demasiado ocupado en que sus botas no se hundan en la nieve que hay en el bosque.

La caperuza evita que la nieve que cae de las ramas de los pinos le moje la cabeza. Sujeta con fuerza la canasta y sienta ya la incomodidad del celo comenzar a abarcar su delgado cuerpo.

Se muerde el labio y sigue caminando hace mucho se alejó del pueblo y llegó al centro del bosque siente sus piernas doblarse así que comienza a respirar con fuerza, tiene ganas de tirarse en la nieve y esperar que el calor baje.

Pero no puede

No cuando siente una presencia acercarse rápidamente a donde está, tiene terror así que se levanta y corre tan rápido como sus piernas y la incomodidad en su vientre se lo permiten la tierra mezclada con agua congelada le minimizan la velocidad de la huida.

La canasta sigue en su mano izquierda; jala el gorro de su capa hasta tapar su cabeza su flujo le tapa levemente la visión del panorama.

Respira con fuerza ya que necesita detenerse a inhalar y exhalar pero no puede porque el miedo y el celo lo están carcomiendo, los cuervos volaban en lo más alto y eso le asustaba. Sus piernas se ponían pegajosas por el lubricante y se preguntaba si llegaría a su destino.

Tropieza tan cerca del lugar que sería su salvación y no puede evitar llorar mientras ve la comida en su canasta regarse por el suelo nevado, sus piernas se aprietan buscando bajar el calor y la capucha está mojada por el agua que cae del cielo en los indicios de lluvia. Observa con dolor la extensión boscosa mientras su vista se pone borrosa, su omega está llorando por un poco de contacto mientras se remueve como un cachorro en su interior.

El frío le está quemando pero no tanto como el éxtasis que recorre su delgada anatomía.

Pobre Caperucita ya no puede aguantar más porque la lluvia y la nieve comienzan a caer con fuerza sobre si.

Esta perdido hasta que unos brazos lo toman con fuerza haciéndolo chillar hasta que se desmaya por el horrible celo quedando así a merced de quien le ha salvado de morir por hipotermia.


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Se remueve entre las sábanas sus piernas están cosquillando y algo mojado se pasa por sus muslos con rapidez. Abre lentamente sus ojos mientras sus cabellos lacios se resbala por su rostro, frota sus ojos y mira con extrañes la habitación rústica que le reside como primer panorama al despertar.

Solo trae su suéter de lana amarillo y su capa, el castaño frente a él lo observa mientras pasa el trapo mojado por los muslos del omega limpiando el lubricante.

-¿Qué hacías por este rumbo Caperucita?. -Beomgyu tiembla cuando escucha la voz del ojiplata que no lo está mirando sin embargo ejerció presión sobre sus muslos. -Te dijeron los aldeanos que ya no te acercaras.

-Sin embargo sabes que no puedo estar muy alejado de ti.- El de cabello más largo se inclina hasta rozar sus labios con la mejilla del contrario.


-No juegues con Fuego Beomgyu.

-¿Qué vas a hacer lobo, Comerme?

-...


Y todo pasa en un borrón hasta que Beomgyu termina de rodillas frente al alfa pasando sus labios por la extensión del mayor.

-Caperucita que boca tan buena tienes.

-Es para comerte mejor.











Corregido: 26/Jun/22

Caperuza Roja [TaeGyu] Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora