My Miracle

Milagro

Los personajes pertenecen a la serie Sen Çal Kapımı, sólo la idea de esta historia es mía.

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Las náuseas no eran normales para un simple dolor estomacal o una intoxicación alimentaria, Eda lo sabía, pero no quería pensar en la otra posibilidad, no quería porque le asustaba muchísimo estar sola si llegaba a ser cierto, quería a Serkan con ella.

Lloraba todos los días, no había sido así al principio, pero estos últimos días no dejaba de llorar y estaba cansada, sólo quería dormir y despertar para el almuerzo porque no podía retener nada en las mañanas. Las clases habían comenzado y no podía faltar a ninguna, eso la hacía volver a su habitación sólo a llorar.

¿Dejaría de hacerlo? Después de irse de Estambul, después de darse cuenta que Serkan hablaba en serio cuando decidió terminar su relación, después de reflexionar y aceptar que juntos no se estaban haciendo bien ni ninguno era feliz, lloró todo un día en compañía de sus amigas. Lloró hasta que se levantó e hizo su maleta, eso hacía tres semanas.

Eda respiró hondo para tranquilizarse, no era la primera mujer en hacerse una prueba de embarazo en otro país cuando el quizás padre del bebé estaba lejos y no la quería. No era la única así que, si las demás pudieron, ella también, ¿cierto? Sólo tenía que respirar y esperar unos minutos.

No había pensado qué hacer si era positivo, su mente estaba en negación, no podía estar embarazada justo ahora, qué broma cruel del destino era esta. No lo merecía.

Dio un salto cuando la alarma del celular sonó, se acercó a apagarla y tomó el test que dejó encima de la cama. De acuerdo, era sencillo, sólo tenía que leer.

«Embarazada.»

Según lo que leyó en internet, no hay falsos positivos.

Estaba embarazada en Italia, en su último año de universidad, a miles de kilómetros de su familia y sin Serkan.

Uff, qué se supone que haga, por qué ahora, por qué aquí.

Debía decírselo, no podía ocultarle un hijo a su padre, merecía saberlo, pero... ¿y si no lo quería?

¿Ella lo hacía? ¿Lo quería?

Se llevó ambas manos a su vientre y lo observó. Dentro de ella estaba creciendo un bebé que sería de Serkan y ella, tenía ahí una pequeña parte del hombre que más amaba, era imposible no quererlo, lo quería... porque después de todo lo que pasaron juntos este bebé era el milagro de su vida, tendría una parte de él por siempre.

—Hola, bebé —dijo Eda mirando su vientre mientras sonreía—. ¿Qué haremos ahora, eh? ¿Llamamos a tu papá? Sinceramente... sinceramente es lo que más temo, ¿sabes?

Eda no quería interrumpir la vida de Serkan, él había dejado muy claro con palabras duras y acciones que rompieron su corazón, que ya no la quería en su vida ni junto a él, por lo que esta llamada telefónica la tenía nerviosa. No contestaría, lo conocía muy bien, no daría marcha atrás.

No insistiría una segunda vez, así que le envió un mensaje diciéndole que necesitaba hablar con él, tampoco se sorprendió cuando leyó su respuesta. Definitivamente Serkan Bolat había roto todos los lazos con Eda Yıldız, ella podría estar muriéndose y él no querría enterarse.

Le dolió su respuesta y sin embargo lo esperaba, esta vez la decisión de Serkan por alejarla todo lo posible y que se fuera había dado resultado, no habían excusas ni secretos como antes, no había amnesia ni ex novia manipulándolo, no, este era el nuevo Serkan que el cáncer dejó, y no le gustaba, lo amaba y daba gracias todos los días porque estaba vivo, pero daría lo que fuera por volver a tener a su Serkan.