Capítulo 12

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12._ Una conexión, y un regreso

Tayden

Tres meses después había mejorado muchísimo, ya no le tenía tanto miedo a la espada del oponente y en una que otra ocasión, había estado a punto de desarmar a Priamos.

Con el paso del tiempo también me di cuenta de que extrañaba algunas cosas, como poder levantarme un poco más tarde o salir a alguna aventura con Hughes.

¿Eso es todo?

¿De qué hablas?

¿No extrañas a alguien más?

Bien, ya sé por dónde vas.

Sí, extraño a Emersyn.

Con frecuencia la imagino, en su habitación o paseándose por los jardines ahora sin su caballo, también me pregunto si ella me extrañaría igual que yo, a veces tengo ganas de regresar sólo por unos momentos y verla, que ella me regale esas miradas y sonrisas que me dejaban sin aliento, o que salgamos juntos por un rato, sin que nadie nos vea.

¿También un besito?

Me sonrojo de sólo pensarlo, pero no estaría mal.

Algo que también me preocupa es Daileass, sé lo mal que puede hacerla sentir y no quiero que ella esté triste todo el tiempo, si hay algo que detesto y me hace entrar en pánico es verla llorar. Pero por ahora debo concentrarme en el entrenamiento.

Me encuentro peleando a espada con el rey Priamos, mientras tanto me va dando indicaciones, o me felicita por algunos movimientos, entre tanto, Caelum, Camelum y Eldora, observan a cierta distancia.

Pero de pronto, me siento extraño, es como si me hubiera ido a otro lugar durante un instante, lo cual, hizo que el rey (tal vez accidentalmente) me hiciera un corte a mitad del antebrazo, donde no había armadura.

—¡Por Bylur! —chilló Eldora quien se acercó rápidamente.

No había visto la gravedad del corte, la sangre goteaba hasta el suelo y dolía demasiado, Priamos me hizo sentarme en el suelo, mientras yo me agarraba el brazo adolorido.

—¿Qué ha pasado? Estabas tan bien. —Yo sólo negué con la cabeza, el dolor me impedía hablar.

—Tranquilo, no te asustes, yo puedo curarte. —Eldora estaba tan asustada como yo, tomó mi muñeca y luego colocó la otra mano sobre mi herida.

Lo siguiente que vi no pude creerlo, ella cerró los ojos mientras controlaba su respiración, de sus dedos salía luz dorada, como hilos, que se enredaban alrededor de mi brazo y (por increíble que parezca) cerraban la herida.

Miré mi brazo, muy sorprendido, no había quedado ni una cicatriz, marca, o evidencia de que me habían cortado la piel, sólo quedaba la sangre seca.

Moví el brazo, lo toqué, me pellizqué para asegurarme de que no fuese un sueño y Eldora me miraba con cierta diversión.

—¿C-cómo... cómo hiciste eso?

—Es parte de mi naturaleza.

—¿Y qué clase de naturaleza es la tuya?

—Soy un hada, un hada sanadora ¿No lo sabías? —frunció el ceño, negué con la cabeza y ella acomodó su cabello detrás de su oreja, mostrando que era larga y puntiaguda.

—¿Llevas meses viviendo con nosotros y no lo sabías? —Caelum tenía una expresión de "¿es en serio?"

—¿Y no se supone que las hadas tienen alas? —seguía confundido.

Los pasadizos del castillo [COMPLETADA]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin