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El día en que su hermanita pequeña, de tan sólo tres años de edad, Gin, murió en sus brazos; la vida de Ryūnosuke se derrumbó aún más. Estaba solo en el mundo. Solo en el funeral de su hermana.

No quería llegar al suicidio. Sus ganas de vivir eran cada vez más fuertes, aunque tenía muchas razones para abandonar su vida y dejarse morir.

No tenía un hogar estable. Vivía en una casa de madera, en medio del bosque, rodeado de animales peligrosos.

No tenía familia.

Tenía una enfermedad que requería de tratamientos médicos bastante costosos. Su situación económica no alcanzaba para tanto. Sólo fue capaz de pagarse dos tratamientos, y se sentía mejor. Sus pulmones estaban bien dentro de lo que cabe.

Ryū se enteró de la adopción de padres. Estaba dispuesto a hacerlo, ya que no requería de dinero para lograr aquello.

Anochecía. Cerró puertas y ventanas de la casa, antes de irse a dormir.

— Akutagawa. Me dejaste encerrado. Seguramente papá me está buscando como loco.

Se quejó Atsushi, de catorce años. Un joven de especie tigre y humano que vivía en el bosque y pasaba el día entero durmiendo en la casa de Akutagawa, por comodidad.

— Jinko. ¿Otra vez en mi cama? Por esta razón no me he ido, porque no quiero que tú goces de mis cosas. Aprovechado.

El chico tigre sonrió. Estaba de pie cerca de una ventana, mirando al exterior. Aunque estuviera en su forma de humano, su cola y orejas de tigre eran visibles.

— Hmm. Me gusta estar en tu casa, Akutagawa. Es muy cómoda.

— Pero es estúpido. Tú eres el príncipe Tigre, el hijo del Rey tigre Fukuzawa. ¿Cómo puedes estar más cómodo en una casita miserable como la mía?

— Por eso mismo. Porque es pequeña... Supongo.

🐾

Al día siguiente, los anuncios de la adopción de padres aparecían cada vez más frente a Akutagawa. En televisores gigantes de la ciudad, en carteles pegados en los postes, y en otras formas de publicidad que pudiera haber.

Se dirigió al sitio de los padres dispuestos a ser adoptados, y entró, decidido. Sabiendo que esos padres adoptivos, eran en realidad vampiros disfrazados de humanos. Seres que no tienen sentido de pertenencia Vampiresca, sino humana.

Sentía miedo. Miedo a que sus nuevos padres lo rechazaran por ser "feo", por su supuesta escasez de cejas, por su pálido color de piel y su delgadez.

— ¡Bienvenido, niño! ¿En qué podemos ayudarte?

Recibió con optimismo el dueño de la fundación. Akutagawa sonrió un poco y se acercó más al escritorio.

— He venido a adoptar padres. O al menos un padre. Uno que sea bueno conmigo, que pueda cuidarse a sí mismo y a mí también. Que me brinde apoyo y me haga sentir en compañía.

Respondió serio. Decaído.

— Muy bien. Tengo un candidato perfecto para tí.

Envío mensaje al candidato más especial para Akutagawa. A los pocos minutos, un hombre joven de aparentes veintidós años de edad, cabellera pelirroja y baja estatura, salió, situandose frente al azabache.

— Jefe, ¿es él? ¿Él es el chico que busca un padre?

"Él se ve tan joven... Incluso es un poco más bajo que yo. ¿Podrá cumplir con mis expectativas? ¿Por qué él estará en este trabajo tan extraño?".

Pensó.

— Así es. El chico se llama Ryūnosuke Akutagawa. Es un huérfano en busca de padre. Pero veo que lo que en verdad necesita es un padre maternal, y Chūya-kun, eres el más indicado aquí. Dime, niño, ¿te gusta este hombre como padre?

Ryū lo observaba, de pies a cabeza. No tenía nada de qué quejarse. Chūya parecía ser perfecto, después comprobaría que en realidad lo era.

— Sí. Me agrada.

🐾

Una vez en casa, en medio del bosque...

Chūya revisaba cada rincón de la casa, asegurándose de que nadie estuviera dentro. Ningún extraño.

— ¿Q-Qué estás haciendo?

— Listo. Terminé. Ryū-kun, ¿Está bien que te llame de ese modo?

El azabache se ruborizó.

— Sí...

— Hagamos de tú y yo, esa familia que quieres tener. Una familia también puede ser de dos, y ahora soy tu padre y me esforzaré por ser el mejor. ¿Quieres darme un abrazo, pequeño?

Las lágrimas no tardaron en salir. Akutagawa lloraba por su soledad, lo que había sido de su vida, por su miseria. Mientras que Chūya, tenía otras cosas por las cuál llorar, y un pasado devastador que lo hizo tomar la decisión de dedicarse a trabajar como padre adoptado, aún cuando el sueldo no era muy alto.

Se separaron del abrazo, y sonrieron.

— Dime lo que quieres cenar y lo prepararé para tí. Mientras, puedes darte un baño.

Dijo amable.
Ryūnosuke limpió sus lágrimas antes de obedecer.

— Tú... ¿Por qué trabajas en ese lugar? Creo que... Pudiste ser modelo, o actor...

Chūya rió.

— Tengo una razón muy fuerte. He sido adoptado dos veces antes de que tú me adoptaras, y esos chicos sólo me engañaron. Me golpearon por ser de baja estatura. Pero ¿Sabes algo? Presiento que contigo será muy diferente y que algún día los dos encontraremos la felicidad y el sentimiento de estar en familia.

— Chūya-san... Tú... ¿Alguna vez tuviste hijos propios?

Chūya no respondió. Simplemente fue hacia la ventana a mirar el exterior. Todo era oscuro, los árboles cubrían la poca luz reflejada en la Luna.

— Ryū. Ve a ducharte. Te estaré esperando con la cena.

AU, VAMPIROS, FURROS, SAD, NO SAD.

Opiniones?? Para seguir con esta rara historia.

La descripción, el primer párrafo en la descripción es real.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2022 ⏰

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