parte II: Bosque y maldición

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¡Mirad! Viene la luna de sangre.
Temida y venerada por los pueblos antiguos de todo el mundo, un extraño y maravilloso espectáculo que alienta a las parejas a resolver sus diferencias y a todos los seres humanos a emitir cánticos y oraciones para detener su agonía sobre cada rincón de la Tierra.

Temida y venerada por los pueblos antiguos de todo el mundo, un extraño y maravilloso espectáculo que alienta a las parejas a resolver sus diferencias y a todos los seres humanos a emitir cánticos y oraciones para detener su agonía sobre cada rinc...

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Inmerso en la espesa arboleda, Xiao Zhan camina tratando de no tropezar con ramas secas o molestas rocas, su andar es alumbrado solamente por la luz de la luna llena y rojiza.

Su larga cabellera negra baila al compás del viento nocturno junto a sus impecables túnicas blancas, las cuáles  hacen contraste en la oscuridad del bosque.

Tampoco se permite retroceder, ni siquiera le hace caso a los escalofríos de su cuerpo, por temor a lo desconocido, lo desvíen de su objetivo; matar al horrible monstruo, quién arruinó su pacífica y espléndida vida con tan solo despertar.

—Seguramente es una pálida anciana, toda arrugada y encorvada—. Xiao Zhan frunció el ceño y sacudió su cabeza con asco.

—¡No! quizás sea un viejo como el señor Wen ¡Agh!—. El pelinegro gruñó ladeando su rostro y se agachó evitando que un par de molestas ramas golpearan su rostro.

Un lobo aullaba a la distancia.

El aullido siguió y siguió. Parecía acercarse, Xiao Zhan se inquietó al captar que no provenía de un sólo animal.

¡Era una jauría!

Un escalofrío bajó por su columna vertebral y se tambaleó, logró apoyarse contra el tronco de un robusto árbol para relentizar su respiración, ésta le impedía escuchar de manera clara la posición de la salvaje manada.

También consiguió desenfundar su espada con manos temblorosas, la cuál había olvidado que traía consigo.

Por un instante, agudizó su sentido auditivo cerrando los ojos, pero le fué imposible captar algo más allá de lo humanamente posible.

La noche era fría, las nubes grises podían verse a través de las altas y finas ramas, ellas se iban acumulando sobre el manto nocturno como indicio que llovería nuevamente luego del eclipse

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La noche era fría, las nubes grises podían verse a través de las altas y finas ramas, ellas se iban acumulando sobre el manto nocturno como indicio que llovería nuevamente luego del eclipse.

Inmortal [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora