P R Ó L O G O

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La mayoría de veces no rasgo tanto las cuerdas de la guitarra, pero hoy, el enfado la ira me carcomían por dentro, ¿cómo podía él ser así de imbécil con la chicas que le admirán?, ojalá algún día se de cuenta de que la mayoría vienen a ver a Robert.

Paré en el momento el que sentí mis dedos bastante rojos e irritados, decidí ir al labavo para calmar la rojez antes de salir a tocar de verdad en este bar perdido en mitad de la nada con luces de neón rosas y azules.

-Vuelvo enseguida.-Dije con desgana.

-No tardes Dylan, salimos en dos minutos.- Me recodó Robert que estaba sentado en el sofá del camerino.- Y olivda esa ira, sabes que no va a cambiar.

No dije nda, simplemente salí de allí rascandome la nuca y mirandome la mano derecha, iba tan distraído que no vi co o una chica de pelo largo negro se tropezaba conmigo por ir también distraída buscando alguien.

-Lo siento.- dijo con voz aguda y temblorosa, su cara estba adornada con dos ojos veredes imponente unos labios muy bonitos, no nos egañemos.

-No te preocupes, me llamo Dylan ¿tú?.- ¿QUÉ HACES IDOTA?
lo que qurías en el fondo.

Ella sonrió y me dijo su nombre.- Me llamo Laila.

Y en ese momento me quedé mirándola, hizo un gesto con la mano al ver a quién estaba buscando y se fue dedicandome otra sonrisa.

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Hola Hola, nos volvemos a leer después de un tiempo, os dije que Alba y Lucas tenían más cosas guardadas, pues aquí esta la historia de su hija Laila, contada desde el punto de Dylan.

Ya me direís que os parece esta toma de contacto con la historia, espero que os encante tanto como su primera parte.

Un beso buenas vibras para todos.

Estrellas de Media Noche (segunda parte de LCDL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora