Parte III: Encuentro y dudas

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Si no puedo beber lo dulce de tus labios tal vez puedas dejarme beber lo cálido de tu corazón.






Xiao Zhan metió una de sus largas piernas entre dos lobos y pateó lo que suponía que eran sus costillas, no lo sabía con exactitud, al otro creyó darle en el cuello

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Xiao Zhan metió una de sus largas piernas entre dos lobos y pateó lo que suponía que eran sus costillas, no lo sabía con exactitud, al otro creyó darle en el cuello. El par de animales gruñeron en protesta pero siguieron atacándolo.

Maldición.

Quería asesinarlo por entrar en su territorio.

La lluvia y el suelo lodoso en donde se encontraba atrapado dificultaba sus movimientos de lucha contra tan feroces animales.

Ya había asesinado a uno pero la oscuridad de la noche podría haber escondido a varios más bajo su manto.

Un grito ahogado salió de su garganta cuando uno de los lobos mordió su brazo haciéndole soltar su filosa espada.

Sus Blancas túnicas ahora estaban cubiertas por una mezcla de tierra húmeda, gotas de agua y su propia sangre.

Xiao Zhan no era una simple damisela, era un hombre adulto, delgado pero con músculos magros debido a toda una vida de trabajo.

Su puño pegó en el hocico del lobo que se había atrevido a morderlo, el otro atacó de inmediato recibiendo una traicionera estocada con la espada que hace unos momentos yacía en el fango formado por la lluvia torrencial.

Xiao Zhan se apoyó en ella, se tambaleó y volvió a hundirse en el charco de agua y barro. Estaba agitado, jadeando por aire, escupiendo sangre proveniente de alguna otra herida existente en su cuerpo.

Sus dedos volvieron a hundirse en el barro para tomar una porción de éste y cubrir la gran mordida de su brazo en un desesperado intento por detener la terrible hemorragia.

Sus manos se sentían tan frías, jadeó cayendo de cara contra el barro. Trago agua de lluvia, lodo y pasto. Su visión se llenó de esa espesa sustancia a pesar que sus ojos se mantuvieron cerrados. No podía ver, también se le dificultaba respirar.

Su pecho subía y bajaba pegando contra el suelo de aquel bosque maldito.

Maldita noche, maldito clima, maldito él y su suerte.

Y mil veces maldito aquél ser que estuviese atado al otro lado de su hilo.

Tenía mucho que hacer, no podía morir aquí. Debía matar al portador de la maldición y volver con su familia.

Sonrió sin gracia.

¿A quién quería engañar?

Ese bosque sería su tumba.

Un lobo volvió a aullar a la distancia.

Se quitó el barro de las pestañas y vomitó todo lo que su estómago tenía.

Inmortal [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora