El lila brillante y oscuro me envuelve en el agua. Casi parece que preveo el futuro, aunque mi opción favorita nunca ha sido desangrarme en una bañera.
Pero mi cuerpo desnudo flota y el calor me hace sudar. Mis ojos se cierran y me viene el recuerdo de esta noche. Soñé con ella.
Pausa: si quiero que quien me lea entienda una mínima parte de esta historia tengo que empezar a poner nombres.
Se trata de una de mis mejores amigas y por ahora no le voy a poner nombre.
He soñado que me despertaba y ella dormía a mi lado. Me nacía abrazarla, pero por dentro veía rojo de pensar en tenerla aún más cerca. Hasta en sueños respeto nuestra amistad.
Spotify ya me ha puesto dos canciones seguidas que me ponen, creo que ya ha captado como estoy.
Por cierto, ¿debería describirme?
Creo que no sabría hacerlo. No sé qué quiero que se vea de mí. Bueno, quiero que se vea todo, pero no quiero que te lleves una impresión errónea de mí. Si piensas que soy un desastre, quiero que tengas los suficientes argumentos sólidos para decirlo.
También me gustaría ver quién aguanta hasta el final de esta historia y creo que casi involuntariamente iré poniendo filtros para ir dando lugar a que quien no me aguante que lo sepa cuanto antes.
Aquí viene el primero:
Solar virgo, ascendente escorpio y lunar aries.
Tu bomba atómica favorita, además que me clava bastante.
En fin, entremos en materia, que para eso estamos aquí.
Soy estudiante. Estudio dos carreras a la vez, ya os diré cuáles, el caso es que estudio a las personas. Voy por tercero, este año cumplo ya 22 y no creo que sea el momento de hablar lo que siento de pensar que cada año pasa más rápido el tiempo, pero ya lo hablaremos.
Es enero. Si eres estudiante sabes lo que eso significa. Caos, estrés, ganas de hacer de todos menos estudiar y estar todo el santo día con la cabeza en lo que tienes que hacer para salir medianamente vivo de este mes. Enero y septiembre son los meses que más odio.
¿Adivinas por qué septiembre?
Recuerda que soy virgo. Cada septiembre tengo menos ganas de ser. Me da pánico, todo lo que puede ir mal, suele ir mal. Aunque los dos últimos cumpleaños resultaron bastante divertidos, por eso de acabar con todos mis amigos borrachos y semi desnudos por la calle, y al siguiente año por aquello de la orgía. Nada que deba preocuparos, quizás algún día cuente esa historia.
He parado en seco. Esta es la segunda semana de exámenes, llevo ya cuatro y la semana que viene se vienen tres. Joder, que acabe ya la puta pesadilla ésta.
Estoy en la bañera, y he teñido de lila el agua. Se ve bonito. Hay gente a la que le da miedo ponerse bombas de baño oscuras, a mi me alucina. Hay purpurina en el agua y ya en mi piel. La textura del agua en mi piel me hace sentir más ligera y se siente agradable. Decido cerrar los ojos y hago una rutina de cuidado de piel, manicura, pedicura y me dejo fluir por la música que Spotify me pone, que casualmente parece la típica playlist que se pone tu colega el que va de sexy para follar (pd. si tú eres el colega, esto ha ido por ti y follar con música no está tan mal, a mi me lo enseñó lo colega el que va de sexy para follar).
Decido hundirme en la bañera y dejar a mi cuerpo ser. Respiro profundo y siento que desaparezco.
