Jean:¿Dónde esta ella?. - cuestionó observando el salón de fiesta con sus invitados. - Disculpe, perdón...
Agregó mientras caminaba entre la multitud, ya que accidentalmente había chocado con un mesero. Por estar buscando desesperadamente a su recién esposa Gema.
Jean:Mucho tiempo sin verte, ¡Qué bueno verte!. ¡Oh, muchas gracias por venir!. - estrecho la mano con los familiares de su esposa. -
Sasha:Ya veo que ansias la luna de miel, ¡Felicitaciones!. -
Jean:¡Oh, sí estoy...! Definitivamente estoy deseando que llegue la luna de miel. - sonrió para luego alejarse a seguir buscando a su amada. - No tienes ni puta idea. - susurro. -
Después de haber buscado a su esposa y saludando a los invitados durante 10 minutos, Jean finalmente encontró a Gema saludando en la recepción.
Jean:¡Ahí estas!. - afirmó. - Hey, cariño ¿Dónde has estado? Te extrañe...
Gema:Pero la última vez que te vi fue ya hace 10 minutos. Después de haber llegado al salón querido. - sonrió. -
Jean:Lo sé, solo te fuiste 10 minutos. No puedo soportar estar lejos de mi esposa por mucho tiempo. - afirmó. - "Mi esposa". - recalcó. - Nunca me cansaré de decir eso.
Gema:Lo mismo puedo decir de ti cariño. - arrugó la nariz la rumana. -
Jean intento darle un beso apasionado, a lo que la rumana noto de inmediato y por lo mismo lo esquivo.
Jean:Bebé, vamos ¿A quién le importa si la gente ve?. Tengo permitido besar a mi esposa ¿No?. - hizo una pausa. - Pero si soy honesto... Quiero hacer mucho más que besar ahora mismo.
Gema:¡Jean!, están nuestros invitados aquí deberías disimular tus ganas...
Jean:Bebé me estas matando. - hizo un puchero. - Vaya si no quieres que te folle aquí al aire libre... Podemos ir a algún lugar más privado. No tienes idea de lo mucho que te deseaba en todo el maldito día. Apenas pude evitar salir corriendo contigo en mis brazos, antes de que el sacerdote pudiera decir "Ahora los declaró marido y mujer".