30 cm.

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Jeongin es un niño alegre de tan solo un metro sesenta y un centímetros. ¿Tiene algún problemilla con eso?, pues no, puede hacer cosas que "gente grande" no.

Aunque sí había algo que le molestaba... el que haya treinta centímetros de diferencia de altura con su pareja. ¡Minho era tan alto!, sin duda le molestaba tener que pararse de puntitas y tratar de llegar a darle un pequeño besito ó que su mayor se tenga que agachar un poco para simplemente abrazarlo.

A Jeongin le molestaba los un metro noventa centímetros de su novio.

[ . . . ]

El menor se encontraba en la casa de su pareja puesto que se había quedado a dormir ahí. Le agarro algo de hambre así que, como pudo, salió de los brazos de su mayor pues lo tenía bien abrazado de sus caderas.

Salió rumbo a la cocina, desde que llegó, había visto una bolsa de papitas en la repisa, así que fue por ella.

Como pudo trató de alcanzarla, y al ver qué la repisa era demasiado alta para él, fue por una silla, pero aún así, no llegaba ni siquiera a rozar la bolsa. Sin duda otra cosa que odia, es que no logré ciertas cosas por lo alto que se encuentran.

Con un puchero y algunas lagrimitas de frustración se fue directamente a despertar a Minho para que lo ayudara.

—H-Hyung...—dijo moviendo el brazo del dormido, viendo como empezaba a abrir sus ojos.

—¿Jeonginnie?—preguntó preocupado cuando pudo acostumbrarse a la luz que entraba y finalmente pudo ver bien el rostro de su novio que contenía unos restos de lágrimas.

—Hyung... no llegó a agarrar una bolsa de papas—respondió algo avergonzado mientras se ocultaba en el cuello del mayor. Escuchó un "¿Quieres que te ayude verdad, bebé?" a lo que asintió y recibió un besito en la cabeza.

Minho se levantó cargando a Jeongin con él encima, como si fuera un bebé, lo que es cierto; Jeongin es el bebé de Minho.

Lo bajo una vez que llegó a la cocina y fue hasta la repisa, agarró la bolsa como si nada y se la entrego a su novio que la recibió con un brillo en sus ojitos, repitiendo muchas veces "woah, hyung es tan gentil", "gracias" y "te amo".

A Minho le encantaba lo tierno que puede ser su novio, sus cachetitos rellenos, sus manitas, su estatura. Oh, sí, sin duda amaba la estatura de su bebé, amaba ver cómo se paraba en puntitas para llegar a él, amaba que le pidiera ayuda para llegar o agarrar ciertas cosas, porque él no llegaba. Amaba que hayan treinta centímetros de diferencia y que eso no los separe en absoluto.

Sin darse cuenta, ya se encontraba dándole de besos en las mejillas a su novio.

—¡N-no!, ¡amor! —gritaba el menor rojito—¡Hace cosquillas!

—¿Por qué mi bebé es tan tierno?—preguntó dando un besito en los labios contrarios—¿por qué?—y así sucesivamente.

—¡Amor!, tú también eres tierno—y le devolvió un besito en la mejilla.

—Aww, te amo.

—Yo también, hyungie.

Y se dieron muchos besos más.

  ⋆ ࣪.   𝟥𝟢 𝖼𝗆 Where stories live. Discover now