♥ Capítulo único. ♥

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Mira el reloj en su muñeca, chista la lengua y procede a ponerse de pie.

¡Una mierda! No va a esperar más tiempo, ¿Cuántas habían sido? Quizá tres veces el último mes. Si deseaba terminar con eso que ellos tenían, bien podría tener el coraje y mandar todo a la mierda.

Pero Félix siempre se manejó de forma diferente al de ojos avellana. Lix era más del tipo de persona que no deseaba tener un compromiso, todo el tiempo yendo y viniendo, como un mar que recibe a todos los ríos. «Exasperante» piensa Bang Chan después de pagar la cuenta del pequeño establecimiento que ambos frecuentan, y donde en algún punto de hace dos años se conocieron.

Christopher está cansado de aquello ¿Qué tipo de relación tienen? Se encuentran cuando alguno de ellos está necesitado de amor y de caricias lastimeras, después cada quien vuelve arrastrándose hasta su ratonera, solo hasta el siguiente encuentro.

Para Chris, esta relación se está volviendo sumamente estresante, pero ¿por qué? Se hubo preguntado la primera vez que el rubio canceló por situaciones escolares. Después de eso lo plantó tantas veces como se puede contar con los dedos de ambas manos, incluso de los pies; harto de la situación, él solo busca respuestas. Está cansado, cualquiera lo estaría.

Él piensa que el curso de esta No relación se está yendo al traste ¿está preocupado? Le duele aceptarlo, pero en realidad se siente como si un auto le hubiese pasado encima una y otra vez. ¿Qué es lo que ocurrió? Fue acaso el hecho de nunca ponerle nombre a su relación fallida, quizá Yongbok ha encontrado a alguien más con quien revolcarse.

El castaño se aburré de esperar así que camina hasta la salida de aquella cafetería, hace un ademán de abrir la puerta, pero esta se abre antes, dejando entre ver a la persona esperada.

La sonrisa de Félix lo golpea haciendo que dé un par de pasos hacia atrás. Su sonrisa siempre le ha parecido sublime —al igual que esa estela de estrellas que descansan sobre gran parte de su rostro—, mucho más bella que ver diez mil atardeceres; y si hay algo que Chris ama, es ver los colores degradarse hasta dar paso al anochecer. Él puede sentir su cuero cabelludo estremecerse, ¿Cómo mierda va a reclamarle algo si solo desea abrazarlo?

—¿Te ibas hyung? —La voz un tanto grave y pausada de Yongbok juega con el pulso del mayor.

—Llegas tarde —responde mientras sale por la puerta del lugar.

El rubio frunce el entrecejo, le obsequia de nuevo una sonrisa a su hyung y entra a la cafetería. El mayor no hace ademán de seguirlo, se queda de pie fuera del establecimiento, casualmente el atardecer impregna de nostalgia la gran ciudad. Chan enciende un cigarrillo y espera unos minutos hasta que Félix sale de nuevo.

En su mano lleva dos cafés, ofrece uno y el otro comienza a beberlo. Chris estudia por el rabillo del ojo las expresiones del de pecas, parece cansado y un tanto enfermizo.

—¿Dónde has estado? —Trata de no sonar preocupado, pero sabe que ha fallado.

—Ya sabes... aquí, allá. La universidad me tiene vuelto loco.

Christopher aprieta la mandíbula ante las palabrerías del Lix. Él se enteró por medio de un conocido que el menor se dio de baja ese semestre «¿por qué mientes» la pregunta se clava en su pecho como una enorme estaca.

—¿Cuánto tiempo más me ibas a tener esperando? Sabes que me desagrada esperar.

El chico asiente algunas veces antes de seguir bebiendo su café. Para él la situación no era precisamente fácil, este era su tercer mes viviendo literalmente intoxicado; el menor había sufrido de tantas recaídas que ya ni siquiera podía recordar cuando fue la última vez que no estuvo dopado.

【Un lugar especial.】ᴄʜᴀɴʟɪxWhere stories live. Discover now