ACUARELA - relato erótico

0 0 0
                                    

ACUARELA 
 
Estoy en mi cuarto escribiendo un nuevo poema frente a mi computador. Estoy escribiéndolo mientras espero que se seque una acuarela que acabé de pintar. Aún quedan materiales sobre la mesa en la que ilustro. La ventana da a la calle y se ve la gente pasar a través del velo que impide que ellos me vean a mí. Entras a mi cuarto, no sé de dónde. Te diría qué llevas puesto, pero ya te enterarás a medida que transcurra este relato.  
 
Te vienes hacia mí mientras sigo sentado. Como mi silla es de esas que giran, me giras hacia ti, abres tus piernas estando frente a mí y te sientas. Empiezas a desabrochar mi camisa roja a cuadros muy lentamente y sin dejar de mirarme a los ojos; cuando vas por la mitad intento besarte pero, con un ágil movimiento lo evitas y muerdes mi mejilla. Tus caderas empiezan a moverse suavemente mientras yo te tomo de la cintura y terminas de desabrochar mi camisa.  
 
Sigues sin dejarme tocar tus labios con los míos, eres muy mala. Me hablas al oído, me dices: "[...]". Me excita la idea de escuchar eso con tu voz susurrante y sensual. Mis manos se empiezan a colar lentamente bajo tu blusa, quiero colonizar tu espalda con mis dedos, con mis uñas. Me quitas la camisa, te quito ese saco abierto que traes puesto. Trato de apretar tus caderas con mis manos, pero tú, agresiva las quitas y las dejas colgando. Me quitas la camiseta; me empiezas a besar el cuello, deslizas tu lengua por él con un excitante vaivén. Pasas tus uñas desde mis labios, bajando por mi cuello, siguiendo por mi pecho hasta mi ombligo; me quitas la correa; desabrochas mi pantalón. Sola te quitas la blusa.  
 
Te vienes hacia mí, coges mis mejillas con tus manos haciendo presión con tus uñas, me llevas hacia ti y me das un beso de esos que van lento pero con el salvajismo de una gata en celo. Me excitaste con eso. Nos besamos, nos besamos, nos besamos y nos seguimos besando.  
 
Mis dedos se empiezan a deslizar de abajo hacia arriba en tu espalda. Me abrazas por el cuello, mientras yo, empezando a tomar el dominio del momento te abrazo doblando mis brazos para que mis manos se aferren a tus omoplatos solitarios mientras mis codos quedan a la altura de tu cintura. Mis brazos están apretando suavemente tus senos. Hago que tu torso se pegue mucho al mío. Las yemas de mis dedos bajan firmes desde tu nuca hasta el broche de tu brasier, el cual tomo con los dedos de mi mano derecha; cuando lo hago, tú te alejas de mí y me dices que no; con una de tus manos tratas de evitar que lo haga pero te traigo hacia mí con mi mano izquierda, te beso, te muerdo el labio inferior de tu boca e, inevitablemente, desabrocho tu brasier. Irónicamente eres tú misma quien saca tus brazos de él; pero el brasier sigue ahí, sostenido por nuestros dos torsos unidos.  
 
Te agarro de la cintura, te arrastro suave hacia atrás y tu brasier, lento y excitante, va cayendo hasta dejar al descubierto tus senos. Lo estoy viviendo en cámara lenta, como si fuese eterno ese momento (como si estuviese escuchando “Samba Pa Ti” de Carlos Santana); veo cómo van brotando, voy viendo el borde de tus pezones y un poco más. Cuando cae, lo tomas y lo arrojas bien lejos. Te beso un poco más, deslizando mi lengua de lado a lado por el labio inferior de tu boca. Beso tu cuello como si me lo quisiera devorar, pero con mucha delicadeza, pues es tan suave que me nace tratarlo como el pétalo de un girasol (aunque quiera comérmelo como un turrón de café).  
 
Mis labios fríos y húmedos bajan por tu cuello a medida que te voy llevando un poco hacia atrás para poder bajar más, te estoy tomando de la cintura mientras mis besos siguen un poco más, voy llegando a tu pecho, sigo bajando por la mitad de él, bajo más y más, y más, y más, y más... Poso mis labios fríos en medio de tus senos, duros y cálidos. Empiezo a jugar con mi lengua. Juego como si estuviese besando tu boca. Empiezo a dar muchos besos por aquí, por allá. Me acerco a tu seno derecho rodeándolo con besos; tu seno se ve acorralado por mis labios. Me voy acercando a tu pezón dando muchos besos en forma de espiral hasta llegar a su borde. Mi lengua empieza a pasarse de abajo hacia arriba como si estuviese comiéndome un helado de chocolate. Pongo mis labios y lo beso, a excepción de la punta; beso aquí, beso allá. Apretando fuerte tu cintura pongo tu pezón en mi boca y empiezo a besarlo con mucha delicadeza, haciendo que cada vez se ponga más firme (así como yo me empiezo a poner cada vez más). Lo beso con más pasión, lo lamo. Con la punta de mi lengua juego con la punta de tu pezón haciendo que haya infinidad de roces intensos.
 
Tomas mis mejillas de la misma manera que hace un momento, me miras, me besas, me muerdes suavemente el lóbulo de la oreja derecha y finalmente me susurras: "¡Hazme tuya! ¡Hazme tuya ya! ¡Ahora!". Por fin lo pediste.
 
Hago que te pongas de pie, me botas a la cama, te subes sobre mí pero hago que te levantes. Tomo tu cintura, y sin dejar de verte a los ojos te arrastro conmigo hacia la puerta de mi cuarto. Te beso muy profundamente. Me pego a ti mientras deslizo las yemas de mis dedos firmes por tu espalda. Agarro tu cola con mis dos manos y te traigo hacia mí para que me sientas con una parte de tu cuerpo. Meto mis manos entre tus cabellos y vuelvo a morder el labio inferior de tu boca. Te doy media vuelta. Quedas de frente a la puerta de mi cuarto dándome la espalda. Mi pecho contra tu espalda. Hago que tu cabello quede sobre tu hombro derecho.

Teniendo total acceso a tu cuello le doy libertad a mi boca. Mis manos se posan sobre tus senos, haciendo una presión muy suave la palma de mis manos sobre tus pezones. Pongo tus pezones en medio de los dedos índice y corazón de cada una de mis manos. Y te beso el cuello. Dejo que mi mano derecha baje hasta el caucho de tus bragas, que se asoma entre las olas de tu pantalón abierto. Mi dedo índice (el de mi mano derecha) se cuela entre los labios de tu boca, lo chupas, lo dejas empapado de tu saliva; con ese dedo mojado comienzo a jugar con ese caucho. Dejo que mi dedo se deslice de lado a lado asomándose un poco más allá. Mientras lo anterior sucede, mi mano izquierda, teniendo tu pezón izquierdo en medio de dos dedos, se empieza a abrir y cerrar (como si tu seno fuese una bella y suave pelotita), y sin dejar de hacer eso mis dos dedos de abren y cierran como unas tijeras, asimismo, mi mano se empieza a mover en círculos. Aprieto como pelotita, muevo en círculos, y abro y cierro mis dedos como tijeras. 
 
Te excitas mucho y te sacas tu pantalón, zapatos y medias, y me incitas a hacer lo mismo. Yo quedo completamente desnudo; tú quedas en bragas. 
 
Sigo acariciando tus senos. Me pego a ti. Con mi dedo juguetón molesto en ese caucho; mi dedo se desliza de aquí a allá. Mi dedo se cuela más, más, más y más. Dejo que entre, mi mano, en tus bragas, y la poso sobre tu monte de venus y empiezo a acariciar con las yemas de mis dedos muy lentamente.
 
Me pego mucho a ti y sacas tu cola para sentirme más. Notas como me voy poniendo de firme, y todo es por ti, todo es para ti. Empiezas a mover tu cola. Te quito tus bragas. Me vuelvo a pegar a ti. Ahora, a carne viva, sientes mi erección. Mi sexo erguido y muy caliente se posa apuntando hacia arriba entre tus nalgas frías y suaves con una piel que quiero besar. Tus nalgas las acaricio lento pero firme. 

Tus nalgas frías se empiezan a calentar poco a poco. Mi sexo se empieza a poner mucho más duro. Quiero seguir calentándote pero tú me gritas: "¡Ya! ¡Hazlo! ¡Hazme tuya! ¡Penétrame!". Yo acomodo mi sexo para que quede en medio de tu cola pero apuntando a tu sexo. La punta de mi sexo roza la entrada del tuyo. Dejo nuestros cuerpos así y mi mano decide seguir jugando con tu sexo. Mi sexo juega, juega, juega... 
 
Estoy a punto de empezarte a masturbar con mi mano mientras nos movemos, cuando de repente, te das la vuelta salvajemente y quedas frente a mí. Me abrazas fuerte y me besas, muerdes mi labio inferior. Empiezo a jugar con tus pezones: lo hago con mi boca. 
 
Te acuesto sobre mi cama, empiezo a besar el tobillo de tu pierna izquierda, luego el de la derecha. Así voy llenando de besos tus piernas, besos profundos y muy lentos que van subiendo más y más y más. Cuando llego a tus rodillas cambio los besos por pequeñas chupadas lentas pero intensas a tu piel, a la piel de tus muslos. Mi boca sube. Sube más. Sigue subiendo más, y más, y más (alternando las piernas), y más. Me centro en tu muslo derecho. Voy más arriba de la mitad, voy subiendo, subo más y más. Saco mi lengua y la deslizo hasta llegar cerca de tu sexo. La punta de mi lengua empieza a deslizarse de abajo hacia arriba muy cerca de tu labio íntimo; siento con ella el calor que emite y la humedad que empieza a empaparte completamente. Acerco más mi lengua a ese labio suave y colorado.  
 
Poso la puntita de mi lengua sobre la parte baja de tu labio, y muy lentamente, la deslizo hacia arriba rozando ese botoncito de placer que ya está por reventar y que me pide que lo ponga en mi boca mojada y fría; pues como acababa de beber un vaso de Coca-Cola con hielo, voy chupando uno de esos hielos. 
 
Coges mi cabello, abres tus piernas bastante y arrastras mi cabeza hasta que mi lengua y mis labios queden en la entrada de tu sexo. Haces fuerza con tus manos para que empiece a masturbarte con mi boca (me dejas claro una vez más que hoy no quieres un momento romántico, quieres sentirme). Mi lengua entra y sale de tu sexo como si fuese un pene. Saboreo como si fuese un helado. Beso como si quisiera devorarlo. Pongo mis labios en alguno de los de tu sexo y los deslizo de arriba abajo, y lo chupo. La entrada de tu sexo se vuelve mi cena ¡me lo quiero comer! 
 
Dejo que mi lengua entre bien en tu sexo, muy profundo, y estando allí no paro de saborear las paredes de tu vagina con mucho cuidado pero con mucha pasión. Con tus dos manos abres los labios de tu sexo y abres más tus piernas; tu sexo está aún más expuesto para mí. Ahora no aguanto y me lleno de deseo salvaje, así que hago todo lo anterior y empiezo a chupar, lamer, saborear y besar mucho, muy rápido y profundo, y más rápido, más, más, y más profundo, más, más, más y más rápido, y más, y más, y más, y más... Pongo tu clítoris en mi boca y lo chupo y lamo con cuidado, más rápido, y más, y más (gimes y te estremeces alocadamente), y más, y más...

¡Pum! Tuviste tu primer orgasmo, y fue en mi boca.
 
Quedas tendida en la cama pero con las piernas muy abiertas. Descansamos unos minutos.
 
Empiezo a acariciar los labios de tu sexo con las yemas de mis dedos, te quiero hacer un masaje Yoni pero me dices: “¡Mastúrbame!”. Empiezo a acariciar con dos de mis dedos los labios de tu sexo. Acomodo mi dedo índice y sin calentarte más (más no puedo) te penetro con él. Siento y mojo las paredes de tu sexo y cambio mi dedo índice por mi dedo corazón. Lo meto y lo saco muy despacio; sigo haciéndolo mientras te beso mucho. Me acomodo en medio de tus piernas y sigo, meto, saco, meto, saco, meto, saco, meto, saco… Mientras lo meto y lo saco, mi otro dedo flexionado va dando golpes suaves a tu clítoris. Meto y saco mi dedo empapado de tu excitación. Introduzco también mi dedo índice y meto y saco.
 
Le bajo al ritmo para empezar a flexionar mis dedos como si estuviera llamando a alguien con ellos. Meto mis dedos profundamente y los saco flexionándolos como te dije, lo hago lento y muy firme. Cambio el modo de hacerlo, solamente flexiono mi dedo índice: lo empiezo a mover así pero esta vez muy rápido mientras que a la vez te penetro repetidamente. Y así empiezo más rápido y profundo, y más, y más, y más, y más. Mi pulgar frota tu clítoris cada vez que te penetro. Te penetro y repito el proceso una y otra vez; rápido y más rápido, y más, y más, y más... ¡Wow! Siento contracciones en tu sexo y escurre tu excitación. Tuviste  tu segundo orgasmo.
 
Ahora, te pido que te voltees para empezarte a hacer un masaje de cuerpo completo, y sí, de nuevo me pides que quieres placer: me dices gimiendo: "¡Quiero terminar contigo! ¡Termina dentro de mí!".
 
Pongo mi lengua en medio de tu sexo y deslizo hacia arriba presionando y arrastrando con ella un poco de tu excitación. Sigo subiendo por tu ombligo, tus senos (que me detengo a contemplarlos: son hermosos y los saboreo), tu cuello, tu boca. Te beso, no paro de hacerlo. Mi sexo se empieza a frotar contra el tuyo. Me gusta sentir tu sexo frotándose contra el mío, como si te masturbaras con él. De hecho, lo coges con tus manos y comienzas a masturbar tu clítoris con la punta. Lo acomodas (mi pene) en la entrada del tuyo y lentamente voy penetrándote hasta llegar al fondo. Me rodeas con tus piernas. 
 
Empiezas a levantar y bajar tus caderas. Tus uñas van dejando huella en mi espalda y tus dientes van dejando fuertes (pero excitantes) marcas en mis hombros. Me muevo contra ti, mucho. Saco mi pene hasta la mitad y lo meto, repito eso, y otra vez, y otra, y otra, y otra... Empiezo a embestirte de placer. Te doy más y más, y más, y más... Me levanto un poco y te doy más. Te empiezo a besar y a acariciar los senos con una de mis manos mientras te sigo embistiendo mucho. Estoy muy duro y a punto de reventar.
 
(Aunque intente cambiar de posición o escenario, no me dejas, quieres más en ese momento y ya). 
 
Meto mis dos manos debajo de tu cuerpo, con ellas agarro tu cola y empiezo a acariciarla mucho haciendo que te levantes más y más hacia mí. Te beso. Sin dejar de acariciar tu cola ni de besarte, sigo con nuestro intenso momento.
 
Te doy más, más, más (somos uno sólo), más, y más, y más rápido y más duro... Agarro tus manos con las mías cruzando los dedos y no dejamos de movernos. Tus manos las pongo arriba de tu cabeza, como si te tuviese atada; y nos movemos más.
 
¡No aguanto! 
 
¡Bum! Sientes como exploto dentro de ti, sientes como sale mi excitación caliente invadiendo tu interior. Con movimientos leves nos vamos deteniendo. Me abrazas, te beso, y sin salirme de ti te digo: "Me debes una tarde para hacerte el amor como un príncipe. Aunque debo admitirlo: me encantó que hiciéramos el amor como locos".
 
Me salgo, te beso, me abrazas, y nos quedamos abrazados con tu cabeza en mi pecho y mi mano en tu mejilla.
 
(2014/2015 – Modificado: 2017)

Hai finito le parti pubblicate.

⏰ Ultimo aggiornamento: Mar 01, 2022 ⏰

Aggiungi questa storia alla tua Biblioteca per ricevere una notifica quando verrà pubblicata la prossima parte!

AcuarelaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora