Oscura realidad

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La oscuridad era negra y densa en el cielo, donde las estrellas se habían desvanecido por alguna fuerza siniestra. Era evidente la señal de mal augurio, porque se sentía diferente a las noches anteriores, algo tiznada, envolvente y por sobre todo, fría en demasía. 

La ventisca hacía bailar a las hojas secas y empujaba el columpio, una y otra vez, una vez más, aguzándose aquel chirrido con cada vaivén; que era audible desde mi lecho, (en realidad dormía sobre un colchón que estaba sobre el piso de tatamis), me incomodaba un poco aquel rechinar; lo admito!, pero no era para tanto, o eso creí momentáneamente, hasta que...

—bang!!!— 

Desperté un poco asustado, pues un brusco golpe se oyó en la persiana de la ventana, desde afuera.

 "Que demonios!!.."

Lo dije muy fuerte, (no se si mi madre logró oírme?), mi corazón estaba a mil por hora!, por eso descubrí la frazada con premura, para fijarme hacia el ventanal, donde se mostraba la silueta de una rama balanceándose con el ventarrón. Se veía aterradora e imponente, emulando el brazo de algún ser mitológico que golpeaba; una y otra vez. (el zumbido se filtraba por el resquicio de la ventana y se oía como el alarido de alguna entidad escalofriante). Eso imaginé. 

"Era solo eso!, el susto que me di!"... 

Traté de tranquilizarme, cerrando los ojos un poco más sosegado, al conferir que no había ningún peligro para mí, pero luego de un breve instante, el ladrido del perro del vecino me exasperaba hasta la coronilla. Pues las ondas sonoras retumbaban en mis tímpanos. Me coloqué los meñiques, pero aún así podía oírlo claramente.

 "Cállate maldito perro!!"

 Grité enfurecido, por instinto, aunque era de esperar que el animal me iba a ignorar. En ese momento recordé algo que leí en una novela, no sé cual era???...Mencionaba que —el can ladraba en la medianoche—. Momento en que los espectros y espíritus salían del limbo, hacia el mundo material, y supuestamente estos animales eran capaces de sentirlos. Me asusté un poco y me sentía susceptible en ese instante. Por casualidad miré la hora, que marcaba las tres y media!!!... —la hora muerta!!!—, la hora en que los espíritus atraviesan el portal, para hacer el mal a la humanidad. (La hora en el cual el demonio se liberó del infierno)...se presume que seres extraños de ultratumba aparecen para contactarse con algún ser humano que estuviera despierto a esa hora. (Yo lo estaba! por eso empecé a temblar y sudar profusamente!). Además los animales como el cuervo y el gato, supuestamente logran ver a estas "entidades", de allí, si alguien oye a un cuervo graznar...justo se dejó oír el maldito pajarraco,...Me dio un susto casi de infarto!...

Faltaba nada más oír a mi querido gato maullar, pero al parecer estaba durmiendo, o tal vez salió a pasear??

 Me cobijé en la frazada, a modo de "protección", para no ver lo que viniera, si es que de casualidad apareciera algo que no quisiera. La mente traicionera, me alimentó con imágenes de toda clase de cosas grotescas y terroríficas. Como la mórbida sensación de que un muerto estaba observando fijamente, mientras me mantenía oculto, esperando que asomara mi cabeza para hacerme algo infernal y espantoso!!!...Un poco dubitativo, pero más aterrado, miré desde dentro de la frazada, aprovechando que tomaba bocanadas de aire. 

Yo sentía como se me acababa el aire, después de permanecer escondido como un cobarde, hasta que no aguante más y que se vea de una vez lo que fuera! me daba igual!...

 El closet estaba semi abierto y noté una sombra oscura allí, como del tamaño de una persona adulta, que permanecía Inmutable, como si tuviera vergüenza de mostrarse ante mí. Me era algo familiar su apariencia, la había visto ya!...si se acuerdan de Sadako, sabrán de que hablo?. 

Esa cosa en el closet, era famélica, oscura y larga, se parecía a ella, o eso creí. Ya la veía venir sigilosamente, arrastrándose como un reptil. Casi pudiendo oír esos pasos pegajosos sobre el tatami, avanzando lentamente; para cogerme los pies con esas lívidas manos frías, observandome a través de esa larga cabellera negra y profiriendo su risa macabra. Me acurruque a toda prisa, ocultando mis pies, porqué no quería experimentar esa desagradable sensación por nada en este mundo. hasta que extendí mi mano derecha para tomar la linterna, que siempre la tenía conmigo, a modo de prevención, si llegara a ocurrir apagones, o para espantar a algún intruso. La encendí y alumbré en dirección a aquella cosa, que era tan solo una simple chamarra negra, que estaba colgada en el perchero del closet. Me sentí aliviado de que no fuera la querida "amiga", porque un susto suyo hubiera sido mortal para mi endeble corazón. 

Ya estaba muy agotado de tanto imaginar, así que me dispuse a descansar, aunque la noche hiciera todo lo posible para amedrentar...Casi lo logré, mi cuerpo se había entumecido, no sentía absolutamente nada, pero aún así no lograba entrar en sueño. Poco a poco sentía como algo me oprimía el pecho, algo que se iba haciendo pesado y más pesado. Trataba de mover los brazos para quitármelo de encima, pero no lograba moverme.

 —porqué?—

 Pensé algo asustado. En el dicho popular japonés dicen que cuando uno siente un peso encima, (cuando se está durmiendo), es porque un difunto se ha subido sobre tu cuerpo!!!...que horrenda y asfixiante sensación. Traté de gritar para pedir ayuda a mi madre, pero no podía proferir palabra alguna. Después de mucho esfuerzo y forcejeo...

 "Socórroooooo!!!..."

Por fin logré hacer mi descargo, pero al hacerlo, la puerta, en forma brusca se abrió, golpeando la pared con mucha fuerza. 

"Que demonios haces aquí???.eh?..te he dicho que no volvieras más a esta casa!!!"...

Alguien me encandiló con una linterna, su silueta era la de un hombre robusto, que me tomó del cuello, casi ahorcandome y no podía respirar, ni tampoco responder a sus cuestiones. Me temblaban las piernas y un hilo húmedo bajó de mi pantalón. Era el vecino de al lado, el señor Nakayama; sus ojos estaban rojos y furiosos, podía oír el crujir de sus dientes mientras me gritaba, acompañado de escupitajos y rebuznos.

 "Cuantas veces tendré que repetírtelo??. Ya es la tercera vez que te encuentro por aquí!!..maldito vago, pordiosero!!!...vete a buscar albergue en otro lugar, o te daré tantos golpes, que no te olvidarás de mi en tu mísera vida. (El grandulón me zarandeó la cabeza). 

Me sentí miserable y humillado en ese instante, lo único que me quedaba en la vida era esta casa que ya la había perdido, porque me endeudé hasta el cuello. Y este hombre se aprovechó de mi desgracia, quedándose con mi propiedad por un precio irrisorio, ridículo!..

Esa era mi terrorífica y escalofriante realidad, peor que ser acosado por Sadako o por algún ser maligno de inframundo. 

La nostalgia de haber tenido un hogar, alguna vez. El recuerdo de haber vivido en un lugar cálido, durante épocas frías. Todo eso fue arrasado por el ventarrón, quedando solo el montículo de desgracias, que llegaron de golpe en mi desdichada vida. Primero la partida de mi madre por una enfermedad incurable, luego mi querido gato, fiel compañero de toda la vida, que murió en las fauces del desalmado perro del "querido vecino". 

Después de aquello, todo se me vino abajo, como piezas de dominó. Lo único que me quedaba en esta vida, eran los recuerdos e imaginación.

                                                                                      Fin 

Oscura realidadWhere stories live. Discover now