Cap 29.-

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Alexia/Angie

Llegue a casa después de que Nicolás me dejo, me recargue en la puerta de la entrada y lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas sentía un hueco en mi pecho que no me dejaba respirar, nunca creí que volver podría ser tan doloroso, vi a mi padre después de mucho tiempo y solo quería correr, abrazarlo para decirle cuanto lo amo y cuanto lo eh extrañado, decirle lo difícil que a sido estar sin el... sin sus consejos, sin mi madre, soy alguien completamente extraño para mi misma.—¡Por que me haces esto!— golpee la puerta lo más fuerte que pude — ¡si eres el destino por que dejas que pase esto... si puedes cambiarlo!— arroje al suelo algunas fotografías de la familia de Angie, arroje todo lo que pude tratando de así poder calmar la frustración que sentía— ¡Que quieres de mi! —grite hasta que mi garganta comenzó a doler, relámpagos comenzaron a escucharse y una tormenta comenzó a caer, me vi frente al espejo como todos estos días tratando de acostumbrarme a este cuerpo, a verme y no verme al mismo tiempo, sin pensarlo hice puño mi mano y golpee el espejo haciendo que callaran cientos de pedazos de él al suelo. Caí de rodillas mi mano sangraba pero no podía sentir dolor, sentía que me ahogaba en ese lugar, todo comenzó a darme vueltas por la sangre, me recosté en el suelo, lloré hasta que no pude mas.

—Tu deceso era regresar— escuche su voz escalofriante, lo busque con la mirada pero no podía verlo— te ayude a hacerlo, no puedes venir y decir que no estoy haciendo nada para ayudarte.

—No lo haces...— susurre.

—¡Tonta!— gritó al mismo tiempo que un relámpago retumbó— he hecho que vida con vida tu y el se encuentren, en cada época, en cada milenio, en cada maldito siglo los eh puesto uno en el camino del otro y...

—¡Terminamos muertos!— lo interrumpí y varios rayos cayeron haciéndolo aparecer en el lugar, camino hacia mi sobre los cristales y se puso de cuclillas al estar junto a mi.

—Es su destino...— susurro y bajo su mirada, me levante quedando frente a él.— No puedo hacer nada Alexia— era ,la primera vez que me llamaba por mi nombre.

—¿Por que?— lo mire fijamente— solo dame una razón y te prometo que nunca volveré a cuestionarte.

— Por su pasado...

—Nuestro pasado siempre a sido como nuestro presente...— lo interrumpí y me tomó fuerte del brazo haciendo que me callara.

—¡No su pasado como humanos!— levantó la mirada sus ojos estaban llenos de lágrimas, ni en mis sueños más locos hubiera imaginado que el Destino tuviera sentimientos, ni si quiera que algún día podía estar hablando con él como si fuera una persona mas.

—¿De que hablas?— susurre y el solo me miraba.

—Hay cosas que es mejor que no recuerdes —sus labios formaron una pequeña sonrisa triste, soltó mi brazo que aun tenía sujeto y con su pulgar limpio algunas lágrimas que aun bajaban por mis mejillas.— alguien espera por ti afuera— fruncí el ceño, él se levantó del suelo y dio un par de pasos— Alexia, ten una buena vida como Angie, — sonrió— disfrútala mientras puedas — caminó hasta la puerta y antes te de llegar a ella desapareció junto con los relámpagos de la lluvia.
Me quede unos segundos sentada en silencio, solo escuchando el agua chocar con mi ventana, tratando de analizar todo lo que me estaba sucediendo aunque no le encontraba ni un poco de sentido ni lógica. Me levante y fui al baño a lavar la mano que me había cortado al romper el espejo, lo hice con los ojos cerrados para no ver la sangre, busque en el botiquín y puse unas cuantas gasas y un vendaje, camine hasta la ventana y lo vi a lo lejos, venía corriendo bajo la lluvia, las palabras del destino vinieron a mi mente "alguien te espera afuera" no lo entendí hace algunos minutos. Salí del departamento corriendo, presioné el botón del elevador varias veces tratando de que así se apresurara en llegar pero fue en vano así que comencé a bajar por las escaleras de emergencia, vivía en un tercer piso así que no eran tantos escalones,baje hasta llegar a la recepción, lo busqué con la mirada y no lo encontraba, salí de el lugar y comencé a caminar bajo la lluvia, hasta que lo vi de rodillas en medio de la calle.

El último besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora