Parte unica

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—¡A-ahh! ¡más!— un gemido agudo, aunque algo robotico sonó por todo su apartamento gracias a las bocinas de su computador, mientras los movimientos de su mano que envolvían su pene de arriba hacia abajo en movimientos frenéticos se volvían cada vez más rápidos.

Esta vez, el gemido que se escuchó salió de sus propios labios mientras echaba su cabeza hacia atrás y se recargaba en el respaldo de su silla y seguía moviendo su muñeca.

—¡Mngh aah!— se oyó de nuevo, otra vez, ese sonido tan dulce que lo ha hecho correrse una infinidad de veces antes.

Jamás dejó de mover su mano, abrió los ojos y miró de nuevo hacia la pantalla de su computador, la vulgar imagen del cuerpo de aquel camboy/actor porno.

Estaba de espaldas, podía ver su cintura estrecha y los músculos de sus brazos moverse, la deliciosa curva que se formaba en su espalda baja cuando ese gordo culo comenzaba a salir. Los hoyuelos de su cadera sin duda eran sus favoritos y fantaseaba con, algún día, poder hundir sus pulgares en ellos.

Se podía ver la imagen de la entrada del chico, y como esta se abría y le daba paso a un juguete de goma que simulaba un miembro, y con ayuda de sus tonificadas piernas, rebotaba sobre de el y gemia agudo.

No hizo falta mucho para que se viniera sobre su mano mientras sus gemidos le hacían coro a los del camboy a través de las bocinas de su computadora. Y no era la primera vez, ese pelirrojo era como su kriptonita, jamás se aburriría de él, no importa cuantas veces repita sus videos, una y otra vez, grabandose de memoria el sonido de sus jadeos. Y el adoraba hacerlo.

Jadeando se tomó unos segundos intentando recuperarse de su orgasmo mientras el video de "BedRiot" como se hacía llamar en aquella página porno en donde hacia sus directos y subía sus videos, continuaba. El video todavía duraba 15 minutos más, y el sabía, de sobra, en cuantas posiciones el se penetraba con aquel juguete de goma. Era uno de sus favoritos en realidad, y aunque quisiera seguir tocandose mirando lo que restaba del video y venirse por segunda vez, tenía que terminar de empacar sus cosas para la mudanza que no tardaría en llegar.

Estiró su brazo hasta llegar a la pantalla de su laptop y la bajo cerrando el video.

Katsuki tenia una adicción, y es que estaba obsesionado con la pornografia. Pero no cualquier pornografia. A él solo le interesaba su amado "BedRiot".

Lo conoció hace un año aproximadamente, su novia lo acababa de terminar, y después de que eso ocurrió se quedó sin opciones con quien follar.

Y bueno, el, tiene necesidades. Así que hizo lo mismo que cualquier persona soltera hace cuando el calor y la lujuria indunda sus cuerpos por completo. Fue a paginas porno.

Busco por horas algún video que le resultará minimamente interesante pero nada lograba llamar su atención. Y frustrado planeaba saltarse la hora de la paja porque no encontraba absolutamente nada.

Hasta que un anuncio, de un chico llamado "BedRiot" diciendo que estaba en vivo llamó su atención un poco. La imagen de su foto de perfil era una suya, o más bien de su culo.

Estaba recostado sobre una cama mientras mostraba su redondo trasero a la cama el cual tenía un dildo adentro. Y eso fue lo que llamo su atención.

En realidad, creyó que solo miraría un en vivo como muchos otros, si tenía suerte, sería suficiente como para hacerlo masturbarse y llegar y nunca más volvería a saber sobre ese camboy.

Pero vaya que se equivoco, quedo completamente obsesionado por el.

Era el chico más hermoso que jamás había visto en su vida, sus gemidos eran como música para sus oídos, la forma en como grababa sus videos, y como llamaba sus fans. A BedRiot le gustaba preguntar como quería que el los llamara a ellos durante el en vivo.

Camboy |KatsukiriWhere stories live. Discover now