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 Los pasillos del instituto, la sala de profesores, la máquina expendedora, las cápsulas de café...Los mismos alumnos a los que había dado clase hacía unos años...Casi todo le era familiar y, simultáneamente ajeno. Así como se había percibido a sí mismo al mirarse al espejo por primera vez después del accidente...

Erwin llevaba casi dos años sin pisar el instituto donde solía ejercer como profesor de historia. Acababa de reincorporarse a las clases hacía poco menos de una semana. Necesitaba distraerse, aunque nada pudiera ya ser cómo antes. Tal vez volver a tener cerca a sus viejos amigos le haría bien...Eso había pensado en un principio, pero ahora sentía que el resto del personal del instituto estaba encerrado en una burbuja en la que él ya no podía volver a entrar. Se sentía aislado, a pesar de que conocía a casi todo el mundo...

Solo había una persona que estaba más apartada del resto que el propio Erwin...

Hange le había hablado de él una tarde. El nuevo conserje, un ex recluso que acababa de cumplir condena en el centro penitenciario, y que había sido empleado en el instituto mediante un programa de reinserción social.

La primera vez que Erwin posó sus ojos sobre él, quedó sorprendido. Aunque se avergonzaba de lo estereotipado de su imaginación, esperaba encontrarse con un tipo grande, musculoso, quizá con alguna que otra cicatriz...Lo único que Levi tenía en común con esa imagen era su perpetuo gesto de pocos amigos, su mirada fiera...

Era delgado, pálido, de muy baja estatura, y tenía un olor y aspecto limpios. Durante la pausa entre clases, iba a la sala de profesores y se preparaba un té, y saludaba con un gesto apenas perceptible. No hablaba con nadie y nadie hablaba con él. Todo el mundo le tenía miedo, y los alumnos solían bajar la cabeza y apartar la mirada cuando se cruzaban con él en los pasillos. Siempre era puntual y hacía su trabajo a la perfección, marchándose también a su hora. No parecía molestarle que el resto del personal del instituto lo hubiera condenado al ostracismo. Tal vez entendía sus prejuicios.

Tal vez no tenía nada que perder porque, al igual que Erwin, ya lo había perdido todo...

Por primera vez desde el accidente en que perdió a su padre y también su brazo derecho, Erwin se sentía intrigado, interesado, casi cautivado...La curiosidad que le causaba Levi le distraía de su sentimiento constante de culpa, el mismo que le atormentaba desde aquel aciago día.

El nuevo conserje, por su parte, no parecía nada dispuesto a satisfacer aquella curiosidad. Por más que Erwin insistiese en saludarle, tratara de iniciar conversaciones con él o se sentara a su lado en el comedor, solo conseguía arrancarle suspiros exasperados, malas miradas o algún que otro monosílabo. Ni siquiera lo miraba con lástima o con curiosidad a causa de su evidente discapacidad. Erwin agradecía esa naturalidad, pero Levi seguía siendo un enigma que no sabía si podría descifrar algún día...

Aquel lunes, tenía un par de horas libres. Estaba deambulando por el pasillo, a punto de unirse a Hange para tomar un café en la sala de profesores, cuando vio a Armin Arlert, uno de sus alumnos más brillantes, saliendo de una de las aulas. Había terminado el examen y le habían sobrado casi veinte minutos del tiempo límite. Cargaba varios libros bajo los brazos y se dirigía a la biblioteca. Erwin sonrió. Aquel chico le recordaba tanto a su propia infancia, cuando la vida era sencilla y no tenía mayor preocupación que adquirir todo el conocimiento que su cerebro fuese capaz de procesar...

Un par de chicos de último curso se cruzaron entonces con el chico rubio, ocasionando que tropezara y cayera, los libros cayendo pesadamente al suelo. Parecía que iban a arrinconarle para seguir atormentándole. Erwin no tuvo tiempo de reaccionar, porque antes de que nada de eso sucediera, Levi Ackerman se plantó en frente de los dos alumnos, y bastó una mirada para que ambos salieran corriendo. El conserje le tendió la mano a Armin, y le ayudó levantarse y a recoger los libros. El joven se había hecho rozaduras en las manos y en las rodillas, de modo que Levi insistió también en acompañarle a la enfermería.

"I Will (see your body bare and still i will live here)"  -  (ERURI)Where stories live. Discover now