Parte 1

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¿Cuánto tiempo había pasado? Una pregunta que a veces surgía en su mente, pero terminaba por restarle importancia. Qué caso tenía cuando él había sido el único responsable de su actual estado.

Sabía el castigo que le deparaba desde el momento en que empujó a Luo Binghe al Abismo sin fin, aun cuando fue por protegerle de los cultivadores que se acercaban en ese momento quienes no dudarían en culparlo del ataque demoniaco.

¿Tenía envidia del chico? Sí.

Tuvo una madre que lo amo y protegió, entró a una secta a la edad adecuada para cultivar, sin mencionar el increíble potencial, quizá por el hecho de ser un medio demonio, pero... no cualquier demonio...

Un demonio celestial.

Siempre lo supo desde el momento en que posó sus ojos color jade en la pequeña figura que escarbaba en la tierra. El parecido era innegable...

Su Xiyan

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La conoció hace tiempo en la Conferencia de la Alianza Inmortal cuando era apenas un discípulo. Quedó grabada en su mente al ser quien quedó en 1er lugar, superando a Yue Qingyuan, quien quedó en 2ndo.

Una mujer admirable... y estúpida pensó, cuando en una de sus misiones se topó con una vista un tanto peculiar.

Vio a la mujer hablando con un hombre. Se le notaba molesta, pero – a su vez – encantada.

En algunas ocasiones se llegó a topar a la pareja que evidentemente parecían disfrutar de la presencia del otro.

No creía que a Su Xiyan le gustaran esa clase de hombres... posesivos... o al menos es lo que intuyó las pocas veces que se los llegó a encontrar.

Tuvo que pasar un tiempo antes de enterarse que el hombre que cortejaba al discípulo principal de Huan Hua se trataba nada más que de Tianlang-Jun, un demonio celestial soberano del reino demoniaco.

Cuando escuchó al maestro del palacio Huan Huan, Lao Gongzhu, hablar sobre el posible ataque de Tianlang-Jun hacia el reino humano sabía que mentía, pero de qué servía que él lo supiera cuando nadie le creería. Probablemente lo acusarían por coludir con demonios y ejecutarían en el acto.

Ni siquiera Yue Qingyuan, quien solo le daba disculpas vacías, le creería. Siempre se ponía del lado de los demás, nunca de Shen Jiu.

*

*

El día del asedio, más de 100 cultivadores fueron elegidos para luchar contra Tianlang-Jun. Él no fue uno de ellos ya que era débil, su núcleo lisiado por años de abuso.

Aun así, salió de la seguridad de su secta, tratando de que nadie lo viera o, al menos, que creyeran que iba a otra de sus visitas al burdel. Era preferible que pensaran eso a la verdadera razón del por qué salió...

¡Buscar un bruto demonio celestial!

¿Por qué hizo algo tan estúpido? Quizá por el asco que sentía hacia el maestro del palacio, un asco que aumentó cuando pronunció el nombre de su discípula principal.

¿Enserio nadie se dio cuenta? Incluso tenía una mirada lasciva al pronunciar el nombre de Su Xiyan.

Shen Jiu quería vomitar.

*

*

Tantas veces le había dicho a su Qi-ge que no fuera impulsivo... y aquí estaba él, buscando a un demonio celestial que podría matarlo con un solo dedo.

Shen Jiu y las dos puertasWhere stories live. Discover now