Día de suerte

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Cuando la escuela Gotham abrió sus puertas el se aseguró de llegar en el momento en que las  miradas se iban hacia Bruce Wayne o mejor el emo pero que te partiría la cara si lo insultas, era un chico de una familia prestigiosa por lo que lo primero que pensó Edward era ;¿ Que hacía el en un basurero como está escuela?

La Escuela era la peor del estado o del país, la educación era precaria, los niños ricos hacían lo que querían y la demanda como acoso estaban a la orden del día; no podía decir nada de él ya que era huérfano por lo que se esforzaba por obtener una beca e irse de allí.

Era inteligente, posiblemente el más inteligente de la clase  pero aquello no valía para sus compañeros que le humillaban cada día pero no era tan malo de hecho pertenecía el club de lectura dónde conoció a Bruce y dónde se enamoro.
Lo vio por accidente cuando esté le tocó el hombro.

—Disculpa,¿ Este es el club de lectura?—.
—Si..—.

Casi se queda pegado viéndolo pero sin embargo no pudo enrojecerse ante su figura; su cara parecía se perfectamente detallada con aquella piel blanca y aquello amurada deprimida con aquel cuerpo que intimida a cualquiera, sin hablar de su espalda.

Se acordaba muy bien de ese día donde hablo aunque hayan pasado cinco meses aún solía verlo con aquella mirada que le acompañaba a Bruce: indiferente y con maquillaje corrido.

Nadie pensaría que el tenía mejores notas y que era el preferido de los profesores junto con la escuela a diferencia de otros chicos ricos que no sabían la tabla del cero.

El era diferente.


Tenía un club de fans conformado por chicas y chicos que le adulaban pero el no había caso o más bien fingía.

Cuando llegaba a su casa, lo primero que hacía Edward era ver la fotografía de Bruce que sacaba en secreto y las  tenía guardada que le hacía suspiros  tenía  sueños e fantasías con el chico pero sabía que eran solo fantasía suyas ya que nunca le había hablado en serio  a Bruce ya que cada vez que lo hacía se avergonzaba por lo que su paranoia crecía.

Todas las chicas le tenían asco, su único considerable amigo era un matón llamado Joker que solía defenderlo pero casi no se veían mucho; lo consideraba un amigo ya que pasaban tiempo juntos pero con la llegada de Bruce su amistad moría lentamente.

Era obvio que Joker y Bruce parecía
n ser “cercanos” ya que habían peleado muchas veces, una vez casi acaba con la expulsión pero sabía que Joker siempre volvía, por lo que significaba otro encuentro con Bruce.
Y aquello era un problema.

Joker era un matón que tenía una pandilla, lo habían intentado expulsar muchas veces y el reformatorio lo recibía como en casa, al principio pensó que Bruce lo evitaría pero todo cambio aquella tarde en que vio a ambos sentado y riéndose cosa que lo saco de onda pero también le enfureció.
Nunca nadie además de el había visto sonreír a Joker y a Bruce.

Aquello hizo que se desquitará escribiendo, llorando pero también maldiciendo tirando todo a su paso para luego llorar más mientras veía las fotos de Bruce.
Se desahogo en su blog contándole a sus seguidores como el chico que le gusta andaba con el maton del salón.
Cuando inició su segundo años se enteró que Joker se fue nuevamente al reformatorio y también vio a Bruce nada cambiado pero para  nada pero para Edward siguió siendo hermoso, se sentó al lado de el aunque esté no se diera cuenta de su presencia pero respirar el mismo aire que él le hacía cosquillas en las piernas.
Se inscribió en un concurso de acertijos en mayo,  le emociono mucho  ya que era amante de esos desde pequeño.

El concurso decía así;

Crear un acertijo y publicarlo, si nadie adivinaba la respuesta tenías un punto.
Cuánto más puntos resuelvas más puntos ganarás.

Si obtienes 100 puntos asegúrate ganador.
Premios: un rompecabezas, una consola y puntos para materias que más le dificulten.

Para muchos aquello era una estafa pero para Edward aquello era su vida, le costó toda la noche hasta crear el acertijo perfecto y publicarlo, solo basto que el resolviera los otros acertijos.

Pudo ser el día más bonito cuando ganó sin embargo sus compañeros no le notaron pero a él no le importaba en absoluto ya que había ganado y era lo único que le importaba.

—Hola—.

Se asustó hasta ver qué Bruce estaba parado frente a es con esa mirada desinteresada que tanto le encantaba
—Hola— intento no desmayarse.

—¿Ganaste el concurso?—.

—Pues…si—.

—Genial—.

Edward sonreía nervioso y sus hagas ocultaban aquella mirada de deseo, todo sus dedos tratando de calmarse y tratando de que palabras decir.
—¿Quieres sentarte conmigo en la cafetería?—.

Obvio que si.

—Si ningún problema—.

La cara de Bruce dio una pequeña sonrisa  y aquello hizo que Edward se abrazara a si mismo dando nuevas fantasías, Estaban en una cita; bueno no, pero era lo más cercano para el de anteojos ya que si tú Crush te invitará a comer con el era un premió.
En definitiva era su día de suerte.




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⏰ Última actualización: Apr 20, 2022 ⏰

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