El Hijo de Deucalion

I.- "Manada de Alfas"

Derek se encontraba suspirando mientras miraba a su manada, los cuales no apartaban la mirada del ventanal del loft donde había un gran símbolo.

- ¿Nos vamos a quedar todo el día viendo ese símbolo o nos vas a decir que significa? – preguntó Lydia cansada del silencio y el nerviosismo de los demás.

- Es el símbolo de la manada alfa. – dijo Peter mientras se sentaba en las escaleras de caracol.

- ¿Manada alfa? – preguntó Jackson alzando una ceja.

- Si, ellos tienen cuatro alfas y muchos betas. Son una manada nómada que busca más hombres lobos para ser más fuertes.

- ¿Y qué quieren aquí? – preguntó Erika mientras se pintaba las uñas.

- Solo hay dos opciones: ellos vienen por Derek para que se una a su manada o vienen a que seamos aliados. Con Deucalion nunca se sabe. – comentó Peter restándole importancia.

- Rayaron mi ventana Peter, están locos. – se quejó Derek pensando lo mal que estaban de la cabeza para trepar hasta su piso para pintar el absurdo símbolo de su manada.

- Les gusta llamar la atención. Créeme si quisieran matarnos ya lo hubieran hecho; hay rumores acerca de la mano derecha de Deucalion es quien ha acabado con todos sus enemigos. Dicen que es un demonio y no deja a nadie escapar.

- Lo único que nos queda hacer es esperar que ellos quieran contactar con nosotros. – dijo Derek de manera seria sin apartar la mirada del símbolo.

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A la mañana siguiente la manada se encontraba frente a la entrada del instituto, Derek se había ido casi de inmediato después de dejar a Isaac y Cora.

Un jeep negro llamó su atención, de el salieron unos gemelos con una sonrisa arrogante antes de ser golpeados por un castaño de piel blanca adornada por lunares, vestía unos tejanos negros, una playera gris ceñida la cuerpo de maga corta y unas botas militares negras. Sus ojos eran cubiertos por unos lentes de sol.

- ¡Mitch! – se quejó uno de los gemelos mientras frotaba el área dañada.

- No sean engreídos y por favor intenten hacer amigos. No quiero que me llame el director de nuevo por alguna tontería. – les dijo el castaño de manera seria para después mirar a la manada y sonreír levemente. Subió a la camioneta y salió de ahí.

- ¿Quién era ese? – preguntó Lydia con una sonrisa en su rostro.

- Que Parrish no te vea babear por el chico que parece tutor de esos dos. – comentó Allyson con diversión.

- No parece lo es, también es nuestro hermano mayor de cierta forma. – les dijo uno de los gemelos con una sonrisa cargada de orgullo.

- Lobos. – dijo Scott dejando sus orbes dorados brillar.

- Idiota. Pareces nuevo. – le dijo el otro de los gemelos mientras cubría los ojos del otro lobo.

- Si. Somos alfas y parte de la manada de Deucalion.

- Soy Ethan y él Aiden, ahora cachorros Hale no venimos a hacer enemigos solo queremos una alianza y una vida tranquila por un tiempo.

Scott asintió más tranquilo, sus ojos dejaron de brillar.

- Ahora vamos, ustedes nos enseñarán todo este lugar. – dijo Aiden tomando por los hombros a Malia, quien solo alzó una ceja.

- Espero que Derek y Peter no tengan estos encuentro. – comentó Isaac mientras que Ethan reía levemente.

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Derek se encontraba en el supermercado, mantener una manada de adolescente no era para nada divertido y juraba que la mayoría tenía padres. Peter decía que él se volvió la parte paterna y ahora solo tenía que encontrarles una mamá, a veces lo odiaba.

- No te recomiendo llevar todas esas porquerías, puede que sean adolescentes tus chicos pero también deberían de comer de manera saludable. – le dijo un castaño, sonrió y se quitó los lentes de sol dejando ver unos hermosos ojos whiskey.

- ¿Cómo sabes...? – un dulce aroma llegó a su nariz – Alfa.

- Algo así, es bueno conocerte Derek Hale. – le dijo el castaño mientras le guiñaba un ojo y comenzaba a dejar vegetales y otras cosas en el carrito del Hale.

- ¿Qué haces? – preguntó Derek saliendo de su ensoñación, algo en él había encajado al ver los ojos del castaño, algo que solo le pasaba a pocos lobos y era con lo que soñaba cuando era niño.

- Necesitas alimentar bien a tu manada. Ethan y Aiden no podrían hacer la mirad de las cosas que hacen si no comieran bien.

Derek sonrió levemente, este chico hacía lo que quería.

- Tú sabes mi nombre pero yo no sé el tuyo.

El castaño lo miró mientras dejaba brillar sus ojos carmesí asegurándose que no había nadie cerca.

- Mieczyslaw Genim Steiner, pero puedes decirme Mitch, Mica o Stiles. – le dijo el castaño para después irse dejando al lobo con una sonrisa en el rostro.

- Mi compañero tiene personalidad. – susurró mientras miraba todas las cosas que había puesto en su carrito tratando de no reír.