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Los días pasan en el ajetreo de la rutina: trabajar, dormir y comer.

Con el final del verano, el calor es insoportable a veces, y el restaurante está más ocupado que nunca con personas que buscan refugio dentro de sus paredes frescas y oscuras.

Casi se mata trabajando, aceptando turnos que la gente ofrece y quedándose solo hasta tarde, a pesar de no ser necesario. Puede sentir las miradas en su espalda de sus compañeros de trabajo y amigos, los cuales están conspirando sobre lo que le pasa, pero hasta ahora ninguno ha sido lo suficientemente valiente para preguntar.

No está seguro de lo que diría, de todos modos. ¿Jaebeom me dejó después de tener algún tipo de arrebato emocional extraño en mi apartamento cuando traté de tener sexo con él?

Nadie, excepto Jackson, sabe siquiera sobre su... lo que sea que tenga con Jaebeom; por lo que saben, derramó café sobre él una vez y luego tuvo que ser su mesero por la noche.

Algunos de ellos pueden saber acerca de su beso en el club a través de rumores o secretos revelados, pero no es del todo de conocimiento común y, de cualquier modo, el alcance se detiene allí. Solo Jackson sabe que tienen sexo e incluso aún no sabe toda la historia. A este ritmo, no está seguro de que alguna vez lo haga. Ya que Jaebeom había dejado su mensaje de texto leído hace cuatro días, no está del todo seguro de volver a saber de él.

Finge que la idea no le revuelve el estómago, pero lo hace y lo odia.

Alguien toca su hombro. Se vuelve para ver a Mark de pie con su delantal enrollado como la camisa de un anciano y colgado alrededor de su cuello mientras un cigarrillo apagado cuelga de su boca.

—Parece que te vendría bien un cigarrillo —sonríe suavemente.

Jinyoung se ríe en voz baja, cruzando los brazos.

—¿Qué te hace decir eso?

Mark asiente hacia él.

—Prácticamente puedo ver la tensión en tus hombros, Jinyoung-ie. ¿Quieres hablar acerca de ello?

Se encoge de hombros, fingiendo desinterés.

—No es gran cosa

Con una burla, Mark sacude el paquete de cigarros en su dirección para que la columna de uno sobresalga de la caja verde azulada y blanca.

—Vamos. No tenemos que discutirlo, pero al menos ven a tomar un respiro. Siento que no has salido del restaurante ni una vez en toda una semana

Solo han pasado cuatro días, pero Jinyoung no corrige su exageración. La comisura de su boca se curva hacia adentro y luego cae, empujando suavemente los cigarrillos de Mark hacia él.

—Sabes que no fumo, pero te voy hacer compañía

Mark asiente y vuelve a guardar la caja en el bolsillo de sus vaqueros. Conduce a Jinyoung por la puerta trasera de la cocina, al callejón detrás del restaurante y se aleja hacia la pared del edificio opuesto.

La noche es embriagadora, la humedad le pega la camisa a la espalda como una segunda piel en apenas unos minutos. Hay una ligera brisa en el aire que susurra la promesa de días más fríos por venir, pero se extingue y deja que el sudor se acumule en la garganta de Jinyoung.

Se apoya contra la pared justo al lado de la puerta trasera mientras Mark pone un pie sobre el ladrillo y coloca una mano sobre su cigarrillo para encenderlo.

Tomando una calada, Mark entrecierra sus hermosos ojos hacia él. Sopla el humo y se cruza de brazos para hablar alrededor de donde cuelga de la comisura de su boca.

Bendita sea mi mala suerte [Bnior/JJP]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu