11. Mi pequeño egoísta

309 60 2
                                    

Cuando Gun abre la puerta de su departamento, está todo totalmente a oscuras, hay mantas en las ventanas, cojines en el suelo y lo que cree Off, por lo poco que se ve, son sábanas en forma de casita, como las que le hace a Nirin cuando juegan al c...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando Gun abre la puerta de su departamento, está todo totalmente a oscuras, hay mantas en las ventanas, cojines en el suelo y lo que cree Off, por lo poco que se ve, son sábanas en forma de casita, como las que le hace a Nirin cuando juegan al castillo.

—Espera aquí. —Gun suelta su mano, caminando rápidamente hasta el centro de la sala donde enciende una serie de lucecitas de tono amarillo tenue sobre las sábanas que sirven de techo—. Taráaaan...

En el suelo, hay cojines y mantas acolchadas reunidas todas en un manto suave y mayormente blanco, si no fuera porque los cojines de los sillones son azul turquesa. Hay un bowl enorme de palomitas de maíz, dos vasos para servir la soda de esa botella enorme, un pequeño refugio para dos, con la computadora portátil de Gun sobre una mesita. El profesor se mantiene con los brazos extendidos, enseñándole orgulloso y nervioso su obra.

—Hiciste... Todo esto... ¿Por mí?

—Si fue demasiado no dudes en decírmelo, a veces suelo exagerar las cosas y... —Gun se mira los pies, de pronto demasiado nervioso de haber sido muy empalagoso en la sorpresa y que a Off no le gustara, pero este lo toma de los hombros, recorriendo su pulgar el contorno de su rostro.

—Es perfecto. —Off le sonríe, con agradecimiento en sus ojos, conmocionado de verdad ante tan maravilloso gesto. Le besa la frente, sostiene su rostro con cuidado y escucha como a Gun se le va el aire de repente—. Gracias Gun...

—No es nada... Has tenido días difíciles, creí que podría ayudarte un poco, ya sabes...

—Oye... —Off se aleja un poco del abrazo, una sonrisa que el profesor no alcanza a verle, mientras le recorre la espalda con cuidado—. ¿Me golpearías muy fuerte si te empujo?

—¿Eh? — Antes de que pueda seguir preguntando si escuchó bien, Off lo toma firmemente de los hombros empujando al pelinegro hasta que ambos caen sobre los cojines, entre risas y sábanas acolchadas. —¡Off!

El más alto se cubre los ojos con los antebrazos, retirándose de encima del profesor para protegerse de los golpes que seguro vendrán. Una de las almohadas cae sobre sus brazos, amortiguando su cara del ataque de venganza del bajito.

—¡Pude haber muerto!

—Wah, wah, wahhh Guniee ~ no seas bebé. —Off abraza la la almohada del ataque contra su pecho, haciéndole pucheros a Gun—. Yo te protegí.

—Grosero. —Gateando, Gun alcanza la laptop, encendiéndola y apoyándola en sus muslos—. Yo elijo la película, es tu castigo.

—Hubiera preferido una patada... —Off se quita el saco, colocando la prenda en un rincón del suelo. Se recuesta con la almohada bajo la cabeza, viendo desde su sitio la espalda del pelinegro.

Cuando le película está lista y las palomitas entre ambos, Gun se recuesta sobre el pecho del más alto, con su cabeza de lado. Off le hace rulos en los mechones oscuros, mientras miran la película en un cómodo silencio únicamente roto por el tronar de las palomitas de maíz en sus bocas.

—Off... —Gun gira la vista, viendo dormitar al alto que dejó de hacerle círculos en el cabello, comprobando que se está quedando dormido—. Off, ve a descansar...

—No. —abre los ojos, se talla con los puños cerrados y bosteza, antes de apretar entre sus brazos al pequeño, contra su pecho—. Ya pasó, no tengo sueño.

Gun se endereza, colocando ambas rodillas en el suelo a los costados del más alto, quien lo sujeta de las caderas con cuidado.

—¿Qué tal tu día?

La pregunta lo toma por sorpresa y Off abre los ojos, parpadeando muchas veces.

—Oh, bueno, fue...

—¿Malo? —insiste el pelinegro, sus manos sobre el pecho contrario—. Puedes decirme...

—Recibí una llamada del colegio de Nirin... —Gun asiente, su sonrisa rota al recordar cuando Off le llamó contándole que tendría que cambiar a la pequeña de escuela. —La madre superiora me llamó para quejarse de, bueno, de mi persona o algo así.

—¿Pasó algo malo?

—No. —Off niega, calmando un poco a Gun acariciando su espalda sobre la camiseta de algodón. —Nirin hizo un dibujo de nosotros cuando le pidieron dibujar a su familia...

—Oh, vaya...

—Sí, debiste escuchar cuando —la superiora— me preguntó si era homosexual. —una vaga risa escapa de sus labios—. Poco más y me envía al confesionario.

—Es bastante complicado que el único jardín de niños público de la zona sea católico. —Gun se muerde el labio, mirando a algún punto detrás suyo.

—Y... Tú, ¿Qué... Qué le respondiste?

Divertido por la expresión en su rostro, Off sonríe de lado, jugando a tocar la cadera del contrario bajo la tela de su camiseta.

—Le dije que.... ¿Cuándo te pintaste el cabello, Gun?

—Off, es en serio...

—Ya, ya... —le roba un pico de los labios, pero la angustia no abandona la carita de Gun—. Bueno, le dije que la familia de mi hija consistía en su abuela, su padre y el hombre que amo, si eso me hacía homosexual, entonces sí, lo era.

Los ojos oscuros de Gun miran a todos lados del rostro ajeno, en cada rincón, mientras le tiemblan las manos tratando de recordar cómo hablar sin tartamudear, sin romper a llorar.

—¿Qué?...

—Que te amo. —Off le limpia las lágrimas de los ojos antes de que caigan—. Gun sonríe, las lágrimas escapan de sus mejillas a pesar de los esfuerzos de Off y lo besa, sin saber que más hacer o decir, tratando de transmitir todo eso que lo abruma, que le hace cosquillas en las puntas de los dedos, lo que le provoca sonrisas temblorosas en los labios entre cada beso, mientras vocaliza en voz bajita las palabras.

—Te amo, te amo te amo... —entre besos, Gun habla con un hilo de voz, sintiendo la risa ronca de Off.

—Tendrás que ayudarme, Gun, soy nuevo en esto. —Off une sus narices por la punta, jugando a acariciarlo con suaves movimientos—. Eres mi primer novio, bueno, lo serías, si aceptas claro, siempre puedes decir que no o...

Gun lo calla con un beso, uno que le saca una sonrisa.

—Claro que acepto, tonto. No puedo permitir que caigas en manos de otro hombre y no sepa enseñarte...

—Pequeño egoísta...

Off lo abraza contra su pecho, sentado Gun en su regazo, iluminando las tenues luces su rostro.

Mi pequeño egoísta...

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ 

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un novio para papii - H.A #1Where stories live. Discover now