Parte única

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Bienvenidos a un one-shot yaoi nada cristiano lleno de groserías y obscenidades sobre el ship Renkaza en un AU escolar. Disfruten:

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Viernes, última hora de clase, la asignatura de historia, a puntito de acabar. El joven pelirrosa de 15 años solo puede desear que la alarma suene para que acabe su sufrimiento en esa horrible cárcel llamada instituto y empiece por fin la diversión del fin de semana. No ha prestado atención en absolutamente toda la hora, ¿Pero cómo podría siquiera pensar en tomar apuntes? Es totalmente imposible que dedique un solo segundo a eso, no si está viendo a su profesor.

Él lo sabe, lo sabe perfectamente. Puede ver su impaciencia en sus ojos cada vez que deja de mirar la pizarra para darse la vuelta y verlo. Ambos lo ocultan sin problemas, pero están deseosos de que el aula se vacíe por completo y así poder dejar de aparentar. Mostrarse mutuamente cómo realmente son el uno al otro.

Su dulce sonrisa lo hace sentirse casi como tumbarse en el césped mientras recibe los cálidos rayos del Sol en un día de primavera, pero aún así puede ver esa pizca de rebeldía que nadie más que el menor conoce en él.

Y ahí está, el sonido de la campana que indica que las clases han terminado por fin. Los segundos en los que los alumnos van dejando el aula se hacen una eternidad. Pero ni siquiera el tiempo puede detener lo que está por llegar cuando el alboroto de los estudiantes cesa.

--- ¿Impaciente? --- Pregunta el rubio viendo la rapidez con la que su alumno favorito se levanta para sentarse sobre su mesa sin ningún descaro.

--- Te he dicho mil veces que no juegues conmigo, Kyōjurō. --- Dice con el ceño fruncido, casi con mal humor, el más joven de ellos. Una leve risa escapa de su profesor al oírlo, solo para ponerse entre sus piernas acariciando con su mano subiendo desde sus gemelos hasta sus muslos a la vez que rozaba sus labios.

--- Enojón. --- Una de sus manos sube hasta el lóbulo de su oreja palpándolo lentamente, examinando con la yema de sus dedos los piercings del menor. --- ¿Este es nuevo? --- Afirma más que pregunta con una sonrisa, sabiendo con exactitud cómo alborota el cuerpo de su pelirrosa solo por estar con su otra mano masajeando su muslo.

--- S-sí, ¿Qué importa?

--- Sabes que me encanta conocer perfectamente cada parte de tu cuerpo, Akaza.

"Maldito", esa es la palabra que le dedica en su mente mientras aprieta las piernas dejando que su profesor siga jugando con su oído a la vez que roza su cuello a pesar de saber cuánto lo ha deseado toda la semana.

¿Es egoísta e injusto? Sí, pero Kyōjurō ama provocarlo hasta tenerlo a sus pies. No se doma a una bestia dándole todo lo que quiere cuando lo pide. No está mal un poco de juego previo, hay que saborear cada bocado poco a poco, con deleite.

--- Si sigues así, me iré. --- Sentencia con decisión Akaza después de haber tragado saliva. A Kyōjurō se le escapa una carcajada ante su amenaza, la cual no le asusta lo más mínimo.

--- Tú y yo sabemos que no quieres hacer eso.

--- ¿Que no? --- Akaza rápidamente posó sus manos sobre su pecho empujando.

Antes siquiera de haber usado toda su fuerza Kyōjurō agarró sus dos muñecas y lo hizo tumbarse sobre su escritorio, sacándole un quejido por la brusquedad con la que realizó esa acción, para luego conquistar su boca introduciendo su lengua y jugar con la del contrario agitando su cuerpo aún más de lo que ya estaba.

PROFE - Rengoku × Akaza One-shot +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora