•Único capítulo•

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Había pasado todo un día entre las diferentes actividades en grupo, los recesos donde jugamos metegol y las diferentes comidas.

Llegó la tarde y era hora de prepararse para la cena, donde se imitaba una gala (pero nada formal) para darle la bienvenida a los nuevos integrantes.

Debía encontrar a mi compañera de cuarto para poder entrar a la habitación, ya que solo había una llave.

Siempre me fue fácil recordar nombres “raros” o poco escuchados, porque llamaban mi atención e intentaba memorizarlos. Pero lamentablemente, esta no era una de esas ocasiones. No podía recordarlo por mucho que lo intenté, y no la veía por ninguna parte en el hotel, tampoco afuera.

Así que sin más opciones, tuve que acercarme a su hermano, el chico de ojos celestes.

Siempre me ponía nerviosa hablar con otras personas, así que torpemente le pregunté el nombre de su hermana, y si sabía donde podría encontrarla, pero él tampoco sabía en dónde estaba.

Olvidé mencionar que no teníamos celulares para comunicarnos porque los habíamos entregado al entrar la noche anterior.

Con mi cara roja de vergüenza por no recordar el nombre de mi compañera (y por tener que hablar con su hermano), me dirigí a la habitación de todas formas, esperando que las chicas de la habitación de al lado estuvieran allí.

Al fin pude entrar a mi habitación y comencé a preparar mis cosas para bañarme.

Recién empezada la noche, debíamos esperar en la entrada del comedor, para entrar en fila mientras decían nuestros nombres. Nos dijeron en el momento que había que ingresar en parejas, y todavía no tenía con quién entrar, cuando el chico de ojos celestes se me acercó.

Él estaba demasiado cerca y yo muy nerviosa. Sus ojos grandes y celestes eran demasiado intimidantes, no por miedo, sino que provocaban que te perdieras en ellos.

En ese momento sentía mis mejillas arder, mi cara debió parecerse al color de la camisa que llevaba puesta, bordó.

Sonreía por los nervios y por un lado quería salir corriendo de ese lugar. Pero sus ojos…

—No tengo con quién entrar —dijo esperando una respuesta.

Enmudecí. Abrí mi boca, pero no supe qué decir, hasta que vi a su hermana y por fin respondí.

—Podrías entrar con tu hermana. Los hermanos siempre son una buena compañía. Yo voy a entrar con ella —. Tomé del brazo a una amiga que estaba cerca.

Su sonrisa desapareció, y en su lugar dejó ver una expresión de decepción. Miró al suelo y se fue al lado de su hermana.

Me sentí muy mal, sobretodo porque sí quería entrar con él, pero en ese momento no supe qué decir y respondí lo primero que se me vino a la cabeza.
Algo por lo que me arrepentiré el resto de mi vida.

Solo me queda recordar lo estúpida que fui y sus hermosos ojos celestes.

Nota de autor:

¿Qué habrían hecho ustedes en el lugar de esta chica?

¡Los leo en comentarios!

El chico de ojos celestes | One shot |Where stories live. Discover now