Primavera

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Era primavera cuando nos conocimos.

Las flores de cerezo estaban en plena floración.

Inundando el pavimento con un hermoso color rosado.

Encendiendo la llama de los jóvenes enamorados.

Fue un día normal.

Al menos eso era lo que esperaba.

Hasta que tú, junto con tu brillo.

Entraste por esa puerta y le diste vuelta a mi mundo.

'¿Cómo puede existir alguien tan guapo?'

Fue mi primer pensamiento al verte.

'...Si tal solo pudiéramos ser amigos...'

Te presentaste...

Eras alguien tan rígido.

Tan frío e imponente.

Seguramente alguien como yo no sería de tu agrado.

Sí... el mundo no es una novela...

Pasaron los días.

Siempre caminaba detrás de ti.

Nunca creí que me verías.

Pensé que sería invisible para ti.

Era un día de primavera.

El viento llevaba flores de cerezo.

Todo estaba pintado de rosado.

Un día perfecto para enamorarnos.

Ese día volteaste hacia mí.

Me miraste a los ojos.

Me sentí completamente hechizado.

Ojalá el tiempo se detuviera.

Tus ojos eran tan profundos.

Y yo solo quería ayudarte a quitar la oscuridad dentro ellos.

Si tan solo pudiera ayudarte...

¿Me darías la oportunidad de estar a tu lado?

Me dijiste que caminara junto a ti.

Me preguntaste mi nombre y sobre qué estaba leyendo.

Nunca pensé que te interesaría saber algo sobre mí.

Pero lo hiciste.

E hiciste que un brote floreara en mi interior

Un pequeño brote que me dijo que todo estaba bien.

Las flores de cerezo seguían cayendo.

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