0. Caos

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Club nocturno "Blue's Burn"







Busan, Corea del Sur.









Daewon ha sonreído tanto que la parte trasera de su cabeza dolió.

Pero no le ha tomado mucha importancia, se estaba deleitando tanto ante la escena que sus bonitos, pero macabros, ojos estaban presenciando; aquel hombre con quién se acostó, con quién pasó una maravillosa velada en una de las habitación del club se hallaba inerte, con un gran charco de color carmesí rojo, brillante y poderoso, a su alrededor que se intensificaba con el pasar de los minutos.

Ese olor tan característico de la sangre – un olor metálico fuerte y atrayente – fue lo que más había llamado su atención y es que el tener una que otra manchita en su rostro y parte de su cuello sólo ayudaba a que su lado salvaje quisiera salir a la luz. Por ello es que no pudo permanecer ajena a la situación y terminó arrodillada a su lado, manchando sus piernas de la sangre a su vez en que tomaba la mano fría del hombre, dejando caricias en su cabello y aprovechando que no se quejaría, enredó sus dedos en las hebras del mismo.

Era una lástima que la situación finalizará así, había pasado un espléndido momento junto a aquel hombre de nombre desconocido, pero no tuvo más opciones que alejarlo a su manera. Él le insistió en querer más y aunque estaban sus reglas impuestas cuando aceptó trabajar en el club, el hombre se atrevió a intentar quitar su máscara a la vez en que murmuraba sus deseos de apreciar el rostro de la mujer que le proporcionó un magnífico polvo.

¡No tuvo más opciones!

Estaba prohibido tocar de más.

No quería que nadie se percatará de su identidad, de la clase de persona en la que se convirtió, de lo que cargaba sobre sus hombros, las razones detrás del por qué hacía todo esto y era capaz de soportar las miradas lujuriosas de los hombres en este nefasto lugar, aún cuando le producían arcadas.

Una verdadera lástima, porque se suponía que se prometió a sí misma no volver a cometer estos actos tan atroces – para cualquiera, menos para ella –, pero digamos que tampoco hay algún sentimiento de culpa por haber matado a una víctima más de sus garras. Sólo hizo lo que debía hacer, defendió su privacidad.

Sí, tal vez no era la solución más viable, pero al momento en que el cuchillo atravesó su pecho una y otra vez, subiendo hasta su garganta, sintió esa adrenalina que conocía fluir por sus venas y quiso continuar apuñalando el cuerpo de alguien que sólo quería admirar su belleza.

¿Para qué mentir? Lo disfrutó, apreció y recordará en esa mente extraña la bonita obra de arte que realizó. "Debería tomar una foto y enmarcarla" piensa con su vista fija en el hombre.

Deslizó sus dedos por el corte en su cuello donde aún había rastro fresco de la sangre, analizó aquel precioso color carmesí intenso impregnarse en su piel y ladeó su cabeza a un lado, centrando su atención en el rostro del hombre. Sus ojos aún permanecía abiertos, ella había sido lo último que él vio.

El ruido de unos pasos detrás lo la alarmó del todo, supuso que sería su jefe quién se estaba acercando, aunque no le iba a resultar para nada grato el hecho de que otro cliente terminó en otras condiciones a cómo llegó. No ha volteado en ningún segundo, pero sí que sus oídos se agudizaron al oír su jadeo de sorpresa y, sin ser consciente, su expresión se transformó.

Aceptó trabajar en este negocio por cerca de tres años, cuando cumplió los veintitrés años y se había visto en la necesidad por obligación de aceptar el empleo, aunque no haya sido su primera opción.

Unholy [Moon Taeil - NCT] PAUSADAWhere stories live. Discover now