sinverguenza; bajifuyu

mitarai

Keisuke estaba enojado. No, decir que está enojado, no estaba a la altura de lo que sentía, estaba furioso y quería golpear algo o alguien, no le importaba. Ver la estúpida cara de Mitarai lo enfureció aún más.

— ¿Por qué diablos estás caminando conmigo? — Baji lo miró con desdén. Mitarai se encogió de hombros.

— El delincuente bonito me dijo que te acompañara.— Respondió el chico con sencillez, ignorando el tono que Baji había usado con él.

— ¿Te refieres a Chifuyu? — Mitarai asintió a su pregunta. Baji apretó los dientes mientras pretendía estar lo más normal posible.— Deberías ir a tus clases curriculares antes de que tu madre llame a los bomberos.

"Y porque si vuelves a abrir la boca te voy a volar dos dientes".

Baji podía sentir que la ira se apoderaba por completo de su autocontrol ante la mera mención del nombre de su vicecapitán siendo llamado "delincuente bonito". Estaba a punto de hacer volar a Mitarai, pero eso solo lo metería en problemas y su idiota fachada se iría al infierno. Se pellizcó con todas sus fuerzas para calmarse.

— Hey Mitarai...— Dijo Baji con una voz de ultratumba haciendo que su compañero lo mirara de inmediato.

— Pero no me mires así.— Mitarai se quejó lastimosamente cuando la amarga mirada de Baji se fijó en él. Baji suspiró con frustración. Mitarai era un grano en el culo, pero tuvo suficiente la suficiente decencia de decirle el mensaje que Chifuyu le había dejado.

Y el sinvergüenza también había llamado a Chifuyu "Delincuente bonito". Maldito cuatro ojos.