"Nada es tan bueno ni nada es tan malo"

11 4 1
                                    

Me acerco cada vez más a un jardín inmenso y la profunda oscuridad de la noche no me deja ver el final de ese jardín. Pero no es un jardín cualquiera. A primera vista,te dan ganas de visitarlo,incluso de sacarle un par de fotos a sus flores,pero hay más. Cuando vi ese jardín por encima,percibí la vibra de que detrás habría más,como el que sigue una corazonada y acierta. La entrada está tan bien adornada y decorada,que el impulso de echar a correr hasta el final te ciega. Al pasar la entrada,no te deja apresurarte,sino ir lento,despacio y sin prisa. Lleva carteles con avisos respecto a la velocidad. Quiere que veas todos sus detalles,que contemples todas y cada una de sus flores,sus olores,sus colores. Quiere que lo veas todo y descubras lo demás. Al principio,hay huellas,pisadas de zapatos que se entrecruzan entre sí. Al adentrarte un poco más,puedes encontrarte pétalos por el suelo,encima de esas pisadas,incluso pétalos pisados por la marca de un zapato. Hay un precioso camino que a los lados debió de tener farolas altas,porque el suelo está repleto de cristales rotos,ahora sólo hay un par de farolas y una de ellas parpadea torpemente. Hay cachos de estatuas rotas a un lado del camino,como si hubiesen sido golpeadas por una bola de demolición,pero hay algo más. La única estatua que está intacta,es la de un trono de piedra,pero no hay nadie sentado,ese lugar está vacío. Lo extraño de éste jardín es que nadie lo esté cuidando,no hay trabajadores,sólo puros visitantes. Si miras a tu derecha,puedes ver a una mujer arrancando una flor. Esa es la ironía del ser humano,que el parezca tan bonito una flor,que en vez de cuidarla,la arranca.
Es verano,¿cierto?
Pero la brisa que balancea estás flores es gélida y helada. Es una brisa de pleno diciembre,es el frío de diez inviernos juntos.
Sigues caminando,a unos pocos metros se puede aprecias una fuente. Es una fuente común,no tiene nada de especial,salvo el cartel de "agua contaminada".
Pasas de largo,porque no tienes sed y tampoco ganas de morir,sólo de seguir investigando el jardín,tu corazonada es cada vez más fuerte,hay algo más detrás de tan bello caos.
El camino sigue y a su alrededor hay muchos tipos de flores y plantas distintas. Entre ellas,se distingue el tulipán más atractivo a la vista,el tulipán "reina de la noche"
Una flor cuyos pétalos son negros,con pequeños toques degradados a rojo.
Hay miles de flores distintas,pero todas tienen algo en común,su base es el negro. Son flores cuyos pétalos son,en su mayoría negros,con pequeños toques azules,rojos,morados y amarillos.
El clima se torna más frío aún,mientras pequeños copos de nieve comienzan a llover para teñir el suelo de una manta blanca preciosa. El frío te está helando las manos,llevándolas al punto de la hipotermia. Piensas en retirarte,piensas que la corazonada será una estupidez y que no merece la pena,pero a pesar de pensar en todas las razones para irte,sientes una por la que quedarte,aunque sea una corazonada sin ningún fundamento ni autenticidad.
Sigues caminando y el camino se acaba,ahora toca seguir por la capa blanca que cubre todo el suelo. A tu alrededor parece que hubo árboles anteriormente,si,antes,porque ahora sólo quedan los troncos cortados. Hay frutas en descomposición en el suelo,tiñendo la nieve de otros colores mientras se hunde en ella.
Increible,¿verdad? Cómo puede estar un lugar tan descuidado y destrozado pero no desprender ningún hedor nocivo,sino al contrario,desprender un aroma que se podría aspirar por horas.
La luz de la luna es lo único que alumbra el camino,y en él,se pueden observar gotas de sangre. No es sangre fresca,no está caliente. Es sangre seca,desde hace bastante tiempo. Al frío se le suma un viento capaz de hacerte retroceder cuatro pasos hacia atrás,pero no te dejas derribar. Cuánto más quieres acercarte,más te aleja. Te frustra,querer avanzar y que la fuerza del viento sea más fuerte. Además,golpea con rabia,como si quisiese derribarte y enterrarte en medio de aquella nieve,dejarte morir a causa de la hipotermia. El camino te ha debilitado,pero haces ademán de todas tus fuerzas y consigues pisar más fuerte que la ira del viento. Consigues avanzar,acercándote a una valla de bienvenida,una entrada a alguna parte del jardín,dejando atrás el vendaval. Tus ojos debido al frío están rojos y la visión se te nubla,pero consigues identificar la entrada.
El ambiente se está volviendo mucho más oscuro y hostil. Distingues miles de lápidas rotas acompañadas de flores marchitas y descolocadas,un cementerio. Apresuras tu paso,pues al fondo se consigue ver una casita alta,una especie de templo,conocido como un panteón. De reojo,observas las fechas,algunas son antiguas,pero muchas son recientes y las recientes ni siquiera tienen flores. Te acercas cada vez más a la puerta del panteón. Es de cristal negro y a los lados tiene dos estatuas,estás están sin romper. Las estatuas son de dos leones,uno a cada lado de la puerta,mirando al frente. Al abrir la puerta,la cerradura apenas cede,como si ese pomo no se hubiese girando en siglos,pero tras unos intentos,cede y se abre,dejando paso al interior. El calor amenaza con dejar tu piel en carne viva debido a las llamaradas,se está incendiando.
Echas un vistazo hacia atrás sin cerrar la puerta y observas el exterior. Afuera todo está cubierto de nieve y el viento arrastra consigo los copos de nieve que van cubriendo casi por completo las tumbas,pero vuelves a mirar hacia adelante. Dentro del panteón todo está en llamas,¿cómo es posible? Hay un incendio en medio de la varios kilómetros de nieve. Apenas puedes echar un vistazo rápido a lo que tienes delante. Las paredes están adornadas de fotos que están ardiendo,no conoces ninguno de los rostros que ves en esas fotos. Hay peluches que están ardiendo,junto a más juguetes. En las fotos aparece un niño,pero no puedes distinguir a tiempo su rostro,pues las llamas terminan por consumir los rostros de las fotos. Tratas de arrojar nieve encima,pero ese fuego es demasiado potente como para extinguirlo,no puedes. Decides salir del panteón y cerrar la puerta,no sabes cómo apagar el fuego,ni siquiera si debes. Tras dejar atrás el panteón,se reanudan las gotas de sangre que van dejando un camino que decides seguir,no sabes a dónde te llevará,pero insistes en asumir el riesgo de lo que puedas encontrarte. A medida que avanzas,las gotas de sangre se convierten poco a poco en huellas. Un ruido te pone en alerta y tu corazonada,la misma que te hizo entrar al jardín para luego después descubrir que se trataba de un cementerio,empieza a ser cada vez mas fuerte. Tratas de correr,aunque tus músculos estén entumecidos por el frío y tus huesos tiriten. Aunque tus labios ya estén tomando una tonalidad morada y tus manos estén perdiendo sensibilidad,aún tratas de levantar cada vez mas rápido tus pies,los que constantemente se entierran en la profunda nieve. Ya no vas dejando huellas,ahora estás creando todo un camino gracias a los pasos apresurados con los que divides la nieve. El cielo te otorga la vista de la luna llena,rodeada de estrellas y acompañada por murciélagos. El ruido se intensifica,te estás acercando. Hay miles de escenarios y pensamientos en tu cabeza sobre lo que te espera. No tienes idea de con que te puedes encontrar y vuelves a pensar en si deberías dar vuelta atrás y olvidarlo todo,pero no puedes. Ya has sentido el frío absoluto y el más caliente de los incendios,todo en el mismo lugar. Ya has visto la belleza de las flores y el desastre de las estatuas y las farolas. Ya has visto que al principio había muchos visitantes y desde hace un buen tramo,ya no queda nadie,esas personas se quedaron en la entrada,sin atreverse a mirar más allá,por eso debes seguir,por eso vas a seguir. Hay una fuente custodiada por muchos árboles a su alrededor,vestidos de blanco. Ya no hay ningún camino a los lados por el que guiarse,pero ahí está la fuente. Es de cristal,el agua transparente que brota de ella se ve tan pura que te recuerda la sed que tenías al principio,pero joder,es tan bonita que no te atreves a interrumpir su ciclo metiendo las manos ahí. A un lado de esta,consigues ver hasta dónde llega el rastro de sangre. Debajo de uno de los árboles que rodean la fuente,descansa un lobo negro y herido. A su alrededor hay un charco rojo de sangre que resalta encima de la nieve junto al pelaje del animal,que es más oscuro que la propia noche. Te acercas al animal,aún respira. Su pecho sube y baja a un ritmo agónico,está muriendo. A perdido demasiada sangre y es posible que esté sediento y hambriento. Bajas la vista para observar la razón de su agonía,una rosa. Tiene casi toda una rosa clavada en el pecho. De las espinas brotan gotas de sangre y del pecho el charco. Los pétalos están machados por la sangre del animal,el cual te está mirando fijamente a los ojos. En sus ojos hay agonía,hay cansancio por todo lo que ha luchado y por todo lo que lucha ahora,debatiéndose entre la vida y la muerte. La lucha efímera que puede decidirse en cualquier instante. En sus ojos hay melancolía,una alegría triste,él sabe que va a morir. Jadea y su hocico parece sonreír,pero la nostalgia y melancolía se hacen demasiado presentes. Le revuelves el pelaje con lágrimas en tus ojos,sientes bajo las yemas de tus dedos las cicatrices en la piel del lobo. ¿Cuánto habrá tenido que sufrir para llegar hasta ahí?
Los ojos del lobo te están mirando,no quiere que te vayas. Él sabe que va a morir,pero en su mirada vive una esperanza de que lo salves,de que no lo dejes morir en la nieve.
Tú también tienes una pequeña esperanza,no pudiste apagar el fuego pero tienes la esperanza de poder salvar al lobo.
Querer salvar al lobo sería aferrarse a esa fugaz y efímera esperanza de salvarlo,a pesar de que la situación ofrezca más agonía que cura.
¿Sacrificarías el dolor de perder la esperanza si muere por el intento de mantenerla por salvarlo?

Más allá del jardín Where stories live. Discover now