01 | Esto que llamamos vida

307 57 28
                                    

Timba

En el momento en que quiero arrepentirme, me doy cuenta de que es demasiado tarde.

Una vez termino de subir, me quedo admirando las vistas que la altura del juego mecánico nos da en cada vuelta. Nunca antes me había subido a una rueda de la fortuna, mucho menos acompañado de alguien. Mis ojos, que estaban perdidos en las vistas del lugar, viajan disimuladamente hasta él. Al verlo de reojo siento un revuelo en el estómago, está tranquilo y distraído, su cabello blanco se mueve de una manera muy suave gracias a la brisa de verano.

Su rostro se muestra inexpresivo, pero aun así se nota algo de alegría en él y en el brillo de sus ojos. Como siempre desde que lo conocí.

Y es entonces cuando me doy cuenta de lo mucho que lo estoy mirando.

Rius me tiene jodido.

En un principio esto se suponía que iba a ser una salida solo para Trollino y Mayo, quienes querían celebrar su segundo aniversario como pareja. Pero en cuanto Mike escuchó la palabra «feria», también quiso ir; luego le siguió Raptor junto a Sparta; después Víctor seguido de Rius. Y Trolli no tuvo más opción que dejarnos ir con ellos.

Debo admitir que salir todos juntos de vez en cuando es agradable e incluso divertido. Pero deja de serlo para mí cuando, por cualquier motivo por más insignificante que sea, comienzan a molestar con el Riumba. A veces desearía poder intercambiar unas palabras con él sin que intervengan, es mi amigo y hay días en los que quisiera poder charlar un rato sin alejarlo por lo que dicen los demás. A pesar de que todo lo que dicen sea cierto.

—¿Estás aburrido? —En ese instante su voz rompe el silencio que se había instalado entre nosotros.

«Nunca me aburriría de estar contigo».

—Un poco —respondo sin interés. Se toma unos segundos antes de volver a preguntar:

—¿En qué piensas?

«En lo mucho que me encanta estar cerca de ti».

—En que no creo aguantar los siguientes quince minutos en esta cosa sin dormirme.

Sonríe. Y sin darme cuenta, yo también lo hago. Pero dejo de hacerlo en cuanto se voltea para mirarme.

—¿Quieres hacer algo divertido? —inquiere con un deje de emoción en su voz.

—Quisiera saber, ¿cuándo es que piensas callarte? —cuestiono ignorando su pregunta. Y, de pronto, una mueca de fastidio se hace presente en su rostro.

—Suenas igual de amargado que siempre —resopla, sonando como si hubiera dicho la cosa más obvia de todas. —Dijiste que estabas aburrido, ¿no quieres hacer algo más entretenido?

Suspiro, resignado. Sé perfectamente que no importa cuánto me niegue, va a seguir insistiendo.

—Bien —termino aceptando. —¿Qué es lo que quieres hacer?

Entonces vuelve a sonreír. Odio lo mucho que me gusta su sonrisa y el efecto que tiene en mí.

—Estaba pensando en largarnos de aquí. Quiero decir, no es que vayan a darse cuenta de que no estamos, o al menos no lo harán en las próximas dos horas.

—¿Y adónde iríamos? —le espeto. La verdad que tan mala idea no me parece, sí que quiero largarme de aquí. Pero realmente no me importa a dónde vayamos, si voy con él, cualquier lugar se convertiría en un buen lugar.

—No lo sé, pero de que vamos a hacer algo más interesante que solo dar vueltas en un juego, seguro.

Y así nos pasamos los siguientes minutos, hablando sobre cualquier tema que se nos ocurra. Al final no ha sido tan malo subir junto a él. Que, de hecho, fueron los demás quienes me obligaron a hacerlo, pero una parte de mí se los agradece.

Esto Que Llamamos Vida Where stories live. Discover now