𝗼𝗻𝗲. 𝓽he 𝓪rrival

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓞𝐍𝐄 ❜ ┊ೃ
¡ 𝓽𝐡𝐞 𝓪𝐫𝐫𝐢𝐯𝐚𝐥 !
























Después de unos minutos, habíamos llegado al lugar esperado.

—Quédense aquí. —dije y baje del auto.

Estacione el auto frente a la veterinaria y me adentré a ella. Al entrar me encontré al doctor con una cachorro acostado en una camilla en muy mal estado.

—¿Se curará? —pregunte con pena por el animal.

El doctor quien estaba de espaldas se sobresaltó al escuchar mi voz. El se voltea y queda pasmado en su lugar. Me acerqué lentamente a él, mientras él intentaba moverse.

Pose mi mano sobre el cachorro para acariciarlo mientras no despegaba mi vista del doctor. Detuve su mano con fuerza que venía a mi con una jeringa con algún líquido adentro. Doble su mano apretando mi agarre haciendo que soltara un jadeo de dolor y soltara la jeringa.

Mis ojos se tornaron de un color negro profundo y alguien o más bien algo del poso a mi lado asustando al doctor aún más.

—Busca. —ordene a mi sombra.

La sombra empezó a caminar mientras destruía todo a su paso buscando. Iba a tirar al suelo al doctor cuando un rugido me espantó, solté a Deaton y me aleje.

La sombra desapareció y mis ojos volvieron a su color natural. Vi a un chico moreno con garras, colmillos y sus ojos eran de color dorado. Estaba ayudando a Deaton y lo puso detrás de él en modo de protección.

Me volvió a rugir mientras se acercaba a mi. Intente buscar con la vista una sombra en donde pudiera ocultarme. Corrí bajo la camilla en donde antes estaba el cachorro y desaparecí.

Me oculté entre otras sombras hasta salir de la veterinaria. Corrí hasta el auto y me subí. Ambas castañas me miraron extrañadas y yo arranqué.

—¿Que pasó? —me pregunto Gwen al ver lo rápido que iba. Pude ver desde el retrovisor cómo tenía que sujetarse de algo.

Lindsay puso su mano sobre mi brazo y lo acariciaba para calmarme. Baje la velocidad y conducí en total silencio hasta casa. La casa donde nos quedábamos.

—¿Lo conseguiste? —me pregunto la brujita sentándose en un sillón frente al televisor viendo cómo Gwen se iba a buscar comida.

—No. —respondí frustrada soltándome a su lado. Gwen se unió a nosotras y me abrazo en forma de apoyo con un trozo de pastel en la mano—. ¿No comiste hace 2 horas?

—Sí. Pero me dio hambre otra vez. —dice dándole una gran mordida a su pastel.

—Que sorpresa. —espetó Lindsay con sarcasmo encendiendo el televisor y cambiando de canal ya que no había nada bueno que ver.

Al fin se decidió por una comedia romántica, como siempre. Quedó ella sola en la sala viendo su película ya que Gwen se fue a buscar más comida y yo me fui a mi habitación a pensar en cómo encontrar el maldito libro.

Había muchas personas que buscaban el libro, pero morían en el intento. Según la leyenda, es un libro místico que posee conocimiento infinito y le da a sus lectores lo necesario para construir y obtener aquello que más anhelan.

Las tres lo buscábamos. Teníamos nuestras diferentes razones pero yo, yo deseaba tenerlo en mis manos. Lo necesitaba, lo quería.

Lindsay lo quería para controlar sus habilidades. Wendy no lo quería, simplemente nos acompañaba y nos ayudaba a buscarlo. Yo lo quería para algo diferente.

Llegue a mi habitación, y sobresaltándome al ver había alguien más. Saque el poco aire que había guardado mis pulmones y me acerqué a la cama donde estaba él.

—¿Lo conseguiste? —pregunté, la cosa negra y oscura negó y gruñí. Con un movimiento de mano la sombra desapareció.

Me tire a mi cama pensando en las mil posibilidades que había para conseguir el libro. Pero ninguna era lógica. Me deshice de la chaqueta que tenía puesta y la tire al suelo. Me quite las botas y me acomode en la cama para por fin dormir.

Aunque eso no duró mucho. Los gritos de Lindsay rondaron por toda la casa, haciendo eco. Cubrí mi rostro con la almohada, sabiendo lo que venía.

Escuché como la puerta se abrió, los pasos de Lindsay se encaminaron hasta mi ventana y abrió las cortinas dejando que la luz entrara en mi habitación.

—Hey, es hora de levantarse.

—Linds, ¿podrías cerrar las cortinas? Por algo están colgadas ahí. —dije aún con la almohada en la cara. Apreté mi agarre en esta cuando las manos de Lindsay intentaron arrebatármela. Lográndolo. La luz del sol llegó hasta mis ojos encandilándolos.

Cubrí mis ojos con mis manos, luego las moví hacia las sabanas de la cama para sostenerme cuando Lindsay me jalo de los pies con sus poderes haciendo que cayera al suelo. Jadee al sentir el frío suelo contra la suela de pie.

—Levántate y cámbiate. No lo repetiré otra vez. —dijo a lo lejos, ya que no estaba en mi habitación.

Por si no había quedado claro, la brujita es la mamá del grupo. Pero a ninguna nos molesta. Más bien, Wendy y yo nos aprovechamos de eso. Nos lava la ropa, nos hace de comer, etc. Y nosotras le pagamos con... con... ah si, con amor.

Me cambie de ropa como la brujita lo ordeno y ya estando lista baje a la sala donde Lindsay corría de un lugar a otro y Wendy estaba sentada en la mesa viéndola con gracias mientras comía.

Algo que me encantaba de Wendy, era que es una de esas chicas que por más que comas, nunca engorda. Y si Wendy quisiera se comiera el mundo entero, y no engordaría. Más yo como una simple galleta y ya subí 8 kilos de más.

Todas subimos al auto para dirigirnos hasta a preparatoria. Llegamos a dirección en busca de nuestros horarios. Lindsay mostraba una sonrisa para dar una buena impresión mientras que Wendy y yo éramos vale madres.

La directora en cuanto nos vio borró su sonrisa y nos entregó los papeles. Por suerte las siguientes 4 clases nos tocaba juntas. La brujita estaría ahí para ayudarnos a socializar ya que la loca y yo era antisociales.

Y así empezó nuestro día.

shadow   𖦹   isaac lahey ✓Where stories live. Discover now