Para ti, Todos los Días

.+.+.Cap.1: Buscando un ayudante.+.+.

Casado, enamorado y lleno de sentimientos, era como se sentía, muy emocionado por compartir su nido de amor con el hombre que lo espero por tantos años; tan hermoso, tan fuerte, y sin poder dejar de querer besar sus labios, una y otra vez. Amado, querido y encantador.

Wei Ying, ahora en el cuerpo de Mo Xuanyu, ahora esposo del famoso Hanguang-jun; y él, el recordado ex Patriarca Yiling, dos hombre bastante diferentes, pero con un deseo muy grande de justicia. Volver a la vida fue bastante reconfortante, porque pudo arreglar algunos asuntos de su vida pasada y de como se dio cuenta de como el Lan lo amaba desde hace ya mucho tiempo, y no notaba las intenciones amorosas que le quedan transmitir Lan Zhan desde hace mucho.

Paso lo que paso; ahora sus corazones y sus sentimientos estaban mas que descubiertos, enamorados y realmente felices, con todo lo que se pudieran demostrar; eran una pareja muy dispuesta a amarse sin importar quien se les interpusiera, o que problema tuvieran en cualquier momento lo resolverían.

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Precisamente ese era el momento indicado para Wei Ying, en el cual estaba deseoso de enseñarle algunas cosas a su amado Lan; lo amaba mucho y aunque tenía un fuerte deseo por su marido, deseaba hacer, y demostrarle todo su lado mas travieso, divertido, y muy pasional.

-Tan lindo eres, que deseo darte muchos besos...-sonreía de una manera divertida Wei Ying mientras tocaba la blancas piernas del Lan, y relamia sus labios manchados con los líquidos de su esposo, quien estaba semidesnudo en el piso del Jingshi.

-Wei Ying...-pudo decir entre gemidos el Lan, al estar con sus túnicas a medio abrir, y sobre todo porque Wei Ying estaba en medio de sus piernas desnudas y pálidas.

-He he si hubiera sabido que eras así de lindo, te hubiera dado todo desde que estudiaba aquí en Gusu-le recordó cuando eran dos jóvenes e interactuaron mucho, aunque sus caminos fueron otros.

-Yo...-deseaba mucho decirle a su marido que siempre deseo hacer esas cosas con él, y de como su mala experiencia, no lo dejo actuar.

-Pues ahora podemos recuperar todo el tiempo en que no estuve; puedo abrazarte y besarte todo lo que quiera hasta que te sientas satisfecho...-dijo eso, pero en realidad depositaba un suave beso en la entrada ya abusada de Lan Zhan.

-...-Lan Zhan apretó fue labios, su cuerpo sentía una sensación muy fuerte, un deseo incontrolable que trataba de no desenfrenar.

-¡Lo quiero!-exigió porque su esposo siguiera dándole de sus ardientes toques que lo enloquecian.

-No podre negartelo...-besaba el vientre del Lan haciéndolo estremecer, ese bello cuerpo de Hanguang-jun era un deleite para él, todo lo que sentía cada vez de que lo profanaba, cada vez que lo hacían.

Sus dedos era los que se encargaban de suavizar aun mas la entrada ya rosada de Wangji en un intento por prepararlo para lo que pronto vendría para el hombre mas alto. Aunque no tenía su cuerpo original, podía darle todo lo que sentía a Lan Zhan, y éste era muy complaciente sin importar en que cuerpo estuviera, estaba impresionado por el gran amor que le tenía, lo amaba no por su cuerpo, sino por su ser y su corazón, y por ser el hombre del cual se enamoro, y estaba enamorado, y amaría toda su vida.

-...-

Sus labios no querían soltarse, deseaban besarse hasta que sus labios se agotaran por completo, y no podían dejar de abrazarse, deseaban amarse con ese fuerte amor, y cuando por fin las embestidas hicieron que el sudor brincara de sus cuerpos, y que dejaran expresar sus mas íntimos deseos. Desde que aclararon sus sentimientos todo era muy perfecto, y cada quien demostraba el amor del otro de una manera muy especial.

-Te amo...te amo...-palabras hermosas que hacían derretir el corazón.

-...-

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