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Tzuyu caminaba por el pasillo como todos los días, deteniéndose al escuchar la misma voz de siempre. - Hola, te he estado esperando. - dice la chica mientras le guiña un ojo.
- Lo que deberías hacer es darte un baño. - le contesta la contraria y sigue su camino.

Estaba a punto de llegar al elevador, cuando otra chica le pide que la espere para que puedan caminar juntas, a lo cual no se pudo negar.
Mina, la vecina de Tzuyu, no le molestaba ir con ella, de hecho la mayoría de veces solo finge prestarle atención, no es que sea aburrida, solo que a veces no quiere escuchar cosas sobre Legos o pingüinos y hoy era unos de esos días.
De repente todo se detuvo en el mundo de Tzuyu al ver saliendo del elevador la imagen de sus sueños, Park Jihyo.
- Buenas noches Tzuyu y Mina. - saluda con una sonrisa. La taiwanesa solo logró levantar su mano en forma de saludo, odiándose a sí misma por no poder articular ninguna palabra.

Al llegar a su apartamento, Tzuyu se dirige a su escritorio para escribir. Esto se había vuelto ya una costumbre desde que se dio cuenta de su enamoramiento.
Escribe una carta sobre sus sentimientos por aquella chica de grandes ojos, pero nunca tiene el valor para entregársela.

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Tzuyu caminaba muy lentamente con la esperanza de verla, a lo que sale una mujer y la invita a su casa. - Chica, ven a verme.
- No me van las ancianas. - le responde con una sonrisa burlona.
En realidad, Nayeon no es tan vieja; sin embargo, disfruta molestarla.

En ese momento Jihyo sale a caminar y saluda con una sonrisa que hace saltar el corazón de Tzuyu.



La taiwanesa entra a su departamento molesta porque no pudo responder el saludo de Jihyo.
Desde que Tzuyu llegó a los departamentos tuvo un interés por la coreana, este aumento cuando la chica le ayudó y encontró a su perrita Kaya, desde ese día Jihyo es la protagonista de todos sus sueños.

Así que se ha decidido confesarle su amor sin importar si la respuesta es negativa, aunque preferiría que no sea así.

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Ahora se encuentra frente a la puerta 512, su corazón está latiendo tan fuerte que siente que saldrá huyendo.
Toca su puerta y se le enchina la piel, una chica rubia abre la puerta y el corazón de Tzuyu se quiebra.

Realmente sintió su corazón quebrándose, cuando de repente le pregunto. - ¿Buscabas a mi hermana? - Tzuyu solo logró asentir, la rubia grito el nombre de jihyo y volvió a entrar a su departamento.
La espera se le hizo una eternidad y no dejaba de temblar, incluso tenía ganas de vomitar, hasta que Park Jihyo apareció.
Ella vestía una camisa blanca, con una corbata y unos jeans.
- Hola Tzuyu, ¿qué te trae por aquí? - pregunta la coreana con curiosidad.
- ¿Tienes hambre? - logra articular.
Jihyo un poco confundida, asiente.
- Bien, entonces vamos, te invitaré la cena.
- Solo me voy a poner zapatos. - la coreana le contesta mientras baja su mirada hacia sus pies.
- Claro, te esperaré.

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Se habían decidido por un restaurante de comida china y ahí estaban sentadas esperando su comida, ninguna se animaba a hablar primero.
- Bueno...
- Yo... - las dos hablan al mismo tiempo y ríen.
- Adelante tu primero.
- Gracias. Te preguntarás el por qué te he invitado a cenar. - Jihyo asiente.
- Bueno, hace mucho que quiero hacerlo solo que no tenía el valor necesario. Park Jihyo me gustas, no, es más que eso, estoy enamorada de ti. Creo que eres la mujer más hermosa y amable que he conocido, me encantaría que me dieras la oportunidad de conocerte. - Tzuyu expulsó todo el aire que no sabía que estaba reteniendo.
- Yo no sé qué decir, pensé que no te agradaba. - le dice la coreana.
Tzuyu ahora está confundida. - ¿Por qué suponías eso?
- Para empezar el día que encontré a tu perrita, tú solo la recibiste y me cerraste la puerta en la cara, también cada vez que te saludo tú solo me miras como si quisieras matarme o algo similar. - dice Jihyo riendo al recordar.
- Entonces ¿Por qué me sigues saludando? - ahora Tzuyu estaba más confundida.
- No lo sé, así soy supongo y la mayoría de veces asumo que tienes un mal día o algo similar. - Jihyo confiesa.
- Oh, lo siento, soy muy tímida cuando se trata de ti. - dice Tzuyu sintiendo sus orejas arder de la vergüenza.
- Te ves linda, cuando te pongo nerviosa. - Jihyo suelta de repente y la taiwanesa siente que muere.

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Las dos chicas estaban en frente del apartamento de la coreana, ninguna se quería despedir.
- Entonces...
- Quieres... - las chicas rieron nuevamente por la coincidencia
- Me divertí mucho hoy. - dice Jihyo mientras abre su puerta.
- ¿Te gustaría repetirlo? - pregunta Tzuyu con un poco de miedo.
- Me encantaría.

La chica del apartamento 512Where stories live. Discover now