La Flor

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Hace mucho tiempo, en un pueblo muy lejano de nombre Camelot, vivía una mujer cuyo nombre era Sandra. Ella era una mujer viuda, con su cabello largo, negro y ondulado, con ojos grandes de color azul y la piel blanca como un papel.


Ella trabajaba como empleada doméstica en una casa con dueños adinerados, pero hace unos años atrás la tuvieron que despedir por su salud. Padecía de una enfermedad llamada asma alérgica; esta enfermedad fue causada por el polvo que inhalaba en su trabajo. Después de que la despidieran, apenas tenía dinero para mantener a su hija (si tiene una hija). Su hija se llamaba Miranda, ella era una chica de 9 años a quien le encantaba jugar con el agua y la tierra, pero ya no podía jugar porque tenía que cuidar a su madre por su enfermedad.


Miranda era la que buscaba la comida, mientras que su madre, con todo el cuidado del mundo, buscaba monedas de oro para pagar las deudas que su esposo había dejado en ese mundo. Buscaba las monedas en las calles adineradas del pueblo.


Un día, Sandra estaba buscando monedas cuando vio a un hombre "adinerado" pasar por la misma calle. Ella pensó que le podría dar aunque sea una moneda y fue a pedírsela diciendo:

-Hola, Señor, buenos días. ¿Usted me podría dar una moneda de oro para mantener a mi hija?

-Hola, bella dama, buenos días. Me encantaría poder darle un poco de monedas, pero no traigo nada encima. -respondió el hombre. 

La mujer, desconsolada, le dijo: 

-Bueno, muchas gracias.

La mujer ya se estaba yendo para donde su hija, que estaba al otro lado de la calle con una pequeña fundita de arroz que tenía en la mano y que había conseguido. Pero la mujer escuchó a lo lejos una voz, era el Señor llamándola para darle algo. La mujer fue hacia donde el señor y él dijo:

-No le puedo dar monedas, pero le puedo dar esta pequeña flor de amapola blanca, que significa "Esperanza".

La mujer, confundida, lo miró y le dijo:

-¿Para qué voy a querer esta flor de amapola? ¿Acaso va a crecer y me va a dar monedas para mantener a mi y a mi hija?

El señor le respondió sabiamente con esta frase:

"El dinero no es la única respuesta, pero marca una diferencia".

El señor le dejó la flor a la mujer y se fue.

Continuará...


flor de esperanzaWhere stories live. Discover now